Las lecciones no aprendidas de la guerra de los Seis Días

Ensayo Original. Publicado también en INFOBAE el 11/06/2017, en una versión acotada.

Fuerzas blindadas israelíes en acción en el desierto del Sinaí, el 5 de junio de 1967. Las causas que llevaron a la guerra de los Seis Días recuerdan que hay lecciones no del todo aprendidas a la hora de evaluar la situación en Medio Oriente. Crédito por la imagen: AFP / Getty.

El 5 de junio marcó el quincuagésimo aniversario de la guerra que cambió la faz de Medio Oriente. Por medio de una operación relámpago, Israel derrotó a las fuerzas egipcias, jordanas y sirias que lo rodeaban. A Egipto le arrebató el Sinaí y la Franja de Gaza, derrumbando la estela de Gamal Abdel Nasser como campeón árabe. En tanto, el rey Hussein de Jordania perdió su control sobre Cisjordania y sobre Jerusalén oriental. Además, Israel le quitó a Siria las alturas del Golán, humillando al entonces ministro de Defensa sirio, Hafez al-Assad (el padre de Bashar).

La victoria israelí llegó como un batacazo. No se creía plausible que el Estado judío pudiese alcanzar semejante victoria. No solo que derrotó simultáneamente a sus vecinos, sino que afianzó su mera existencia como un hecho inalterable. En términos estratégicos de la época, con el incremento de armamento soviético en la región, Israel se convirtió en el cliente cercano de Estados Unidos, forjando una “relación especial” que se mantiene medio siglo después. Tras la muerte de Nasser, Anwar Sadat buscaría algo parecido, cambiando las lealtades de Egipto en favor de Washington. Asimismo, el evidente fracaso de los ejércitos árabes se tradujo en la irrelevancia política del panarabismo. Por eso, desde 1967 en adelante, cada Estado árabe prioriza su raison d’être, velando por sus intereses nacionales por sobre los asuntos de otros países.

Por otro lado, la expansión territorial israelí sobre territorio egipcio y jordano exacerbó el drama palestino, dando inicio a la polémica de los asentamientos judíos, que lejos está de poder resolverse. En este aspecto, la guerra repercutió en la fusión de significantes religiosos con nacionalistas, arrojando un legado dificilísimo de superar. Mientras que el triunfo israelí acrecentó la influencia del sionismo revisionista y religioso, la debacle de las fuerzas árabes repercutió en el fortalecimiento de la causa panislamista, convulsionando reivindicaciones territoriales con motivos islámicos.

Con motivo de la ocasión, varios autores y analistas publicaron crónicas rememorando la guerra, haciendo énfasis en los resultados; explorando estas secuelas punzantes. No obstante, también es conveniente reparar en la discusión historiográfica acerca de sus causas. Vistas en perspectiva, las causas que llevaron a la guerra recuerdan que hay lecciones no del todo aprendidas a la hora de evaluar la situación en Medio Oriente. Continuar leyendo “Las lecciones no aprendidas de la guerra de los Seis Días”

Mosul: revisionismo turco y geopolítica

Artículo Original.

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Recep Tayyip Erdogan dejó recientemente en claro que Turquía tiene que estar involucrada en la liberación de Mosul. Apelando a una retorica revisionista, y articulando argumentos estratégicos, el presidente turco aseguró que su país no se quedaría afuera de la pugna por territorios e influencia en Medio Oriente. Crédito por la imagen: Murat Cetinmuhurdar / Google Maps.

El 22 de octubre, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan sugirió que Mosul y Alepo le pertenecen al pueblo turco, pues durante siglos fueron parte de los dominios otomanos. Sus declaraciones se produjeron durante la apertura de una institución educativa en la ciudad de Bursa, al sur de Estambul. Los dichos coinciden, por un lado, con la ofensiva en Mosul contra el Estado Islámico (ISIS), y por otro, con la campaña rusa-siria contra los rebeldes en Alepo. Según lo marcan los analistas, el mandamás turco, operador político de la llamada doctrina neootomana, está irritado frente al prospecto de verse aislado en la repartija regional que tendrá lugar en Medio Oriente luego de extinguidas las actuales insurgencias. En este sentido, las palabras de Erdogan vienen a expresar las polémicas revisionistas de Turquía, que datan desde hace casi cien años; desde la sucesión otomana y la subsecuente fundación de la república kemalista.

Inserto en esta trama, Erdogan es un demagogo ávido en casa, y sin embargo una molestia para todo mediador internacional que debe tratar con él. Si bien es evidente que, con Rusia asentándose de forma permanente en Siria, Alepo seguirá siendo un objetivo inalcanzable para los turcos, el cálculo es algo más ambivalente en cuanto a Mosul. Esto no necesariamente significa que Turquía vaya a insertarse de lleno en un estado de guerra, pero más bien que buscará apuntar su influencia al sur de su frontera, particularmente en detrimento de los ayatolas y el Estado iraquí, que representan la competencia islámica (chiita) al proyecto (sunita) que enarbola Erdogan.

En todo caso, el presidente turco está más que dispuesto a jugar la carta nacionalista para ratificarse alegóricamente como sultán (así le llaman), haciendo que sea conveniente detenerse en su postura, para analizar si la proyección estratégica a la que aspira Turquía es plausible. Continuar leyendo “Mosul: revisionismo turco y geopolítica”

La diplomacia caliente de Rusia: las armas hablan más que las palabras

Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 24/10/2016.

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Misiles tierra-aire S-400 de medio y largo alcance, desfilando durante el Día de la Victoria, en la Plaza Roja de Moscú, el 9 de mayo de 2015. El S.-400 es uno de los sistemas de defensa antiaérea móviles más avanzados en el mundo. Rusia los desplegaría en Crimea y en Siria para disuadir ataques de la OTAN. Para los asuntos de alta política, la diplomacia rusa se basa en la coacción. Viene acompañada por una ideología paneuroasiática que busca revivir las glorias imperiales del pasado. Crédito por la imagen: Sergei Karpukhin / Reuters.

Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia nunca han estado tan mal en la era postsoviética. La tensión es tal, que, evocando los acontecimientos de la Guerra Fría, políticos, especialistas y militares han puesto el interrogante en la hipotética premisa de una guerra nuclear. La discusión se refiere a la plausibilidad de una tercera hecatombe global suscitada, entre otras cosas, a partir de la contrariedad que mantiene Rusia y el bloque occidental con respecto a Siria. Moscú ha dejado en claro que su intervención en el Levante no estará sujeta a ninguna negociación inquisitiva, la cual busque restringir o limitar el alcance de la influencia rusa en Medio Oriente. Por otro lado, Washington observa con preocupación que está perdiendo su capacidad de disuasión, puesta a prueba por una Rusia envalentonada, que responde más agresivamente a la interposición norteamericana en sus asuntos.

El solo hecho de que un escenario de guerra abierta sea tomado en serio dice bastante acerca de lo volátil de la situación. Como en las relaciones internacionales la percepción ocupa un papel central, hay quienes dirían que –si llegase a ocurrir algún día– semejante conflicto será el resultado de una profecía autocumplida, pues se concede que, con el tiempo, los prejuicios y las palabras hostiles embrollan la percepción que los países tienen el uno hacia el otro. Por eso, cuando Estados Unidos dice que Rusia comete crímenes de guerra en Alepo, los rusos perciben hipocresía, y ante todo una excusa para minar la consecución de sus intereses legítimos. En respuesta, el Kremlin expresa su malestar con amenazas, y más precisamente con la carta nuclear. Pero como lo muestra este caso, las armas suelen hablar mucho más que las palabras, especialmente cuando las primeras son lo suficientemente potentes como para hacer valer las bravatas verbales.

Luego de haberse ocupado de modernizar el arsenal de la otrora superpotencia, Vladimir Putin revivió la vieja usanza soviética de negociar con una pistola sobre la mesa. Esta diplomacia caliente consiste en desplazar las fichas sobre el tablero, creando la impresión de que la dirigencia rusa tiene menos aversión al riesgo que sus contrapartes en Occidente. Por esta razón, una percepción desacertada puede desencadenar decisiones erradas, y arrojar consecuencias fatídicas. Pese a la exhortación de moderación y templanza, las escaladas militares son una constante histórica, que devienen justamente de la capacidad de los líderes por interpretar –correcta o irreflexivamente– la voluntad de terceros actores en el teatro de la alta política. Ahora bien, este augurio pesimista no necesariamente se verificará en el presente. Aunque la tensión geopolítica entre Estados Unidos y Rusia subsistirá como eje de las discusiones, la guerra abierta perfectamente puede ser evitada, siempre y cuando los decisores juzguen correctamente las intenciones de sus adversarios. Continuar leyendo “La diplomacia caliente de Rusia: las armas hablan más que las palabras”

Estado Islámico: yihadistas educados

Artículo Original.

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Mohammed Emwazi, más conocido como “Yihadi John”, el infame verdugo con acento británico del Estado Islámico (ISIS), se había recibido en Administración y en Sistemas Informáticos en la Universidad de Westminster. Eso no impidió que decidiera unirse al grupo yihadista, para luego salir en Internet degollando prisioneros para aterrorizar al mundo libre. Un estudio difundido por el Banco Mundial recogido por algunos medios reconoce que, lejos de ser pobres o iletrados, los yihadistas suelen estar muy educados. Crédito por la imagen: CNN.

Hace pocos días algunos medios internacionales cubrieron lo que a simple vista podría parecer una novedad particularmente notable. Según un estudio del Banco Mundial, los reclutas del Estado Islámico (ISIS) están más educados que la nómina árabe. Según el documento, titulado “Inclusión social y económica para prevenir el extremismo violento”, el 69% de los militantes del grupo yihadista más infame tuvieron como mínimo educación secundaria. Solo el 15% dejó la escuela antes del secundario, y menos del 2% es iletrado. Sin embargo, pese a estos datos concisos, el informe insiste en explicar sus propios hallazgos en base a la “falta de inclusión económica”, que siempre permanece a lo largo del texto en un nivel genérico de abstracción. En efecto, el Banco Mundial contradice el título del reporte con la estadística que sale reflejada del mismo.

Esta ceguera es figurativa de la obstinación de muchos por elucidar las causas de la guerra santa bajo un paradigma materialista. No faltan los intelectuales que explican el yihadismo situando la culpa en el legado del colonialismo europeo, la política exterior de Estados Unidos, y la pobreza o la falta de educación de cuales miserables “víctimas” de la globalización. Por eso, es paradójico que un estudio volcado a entender las variables socioeconómicas detrás del ISIS, descubra que estas no son tan importantes como se presuponía.

En verdad, el reporte del Banco Mundial no dice nada nuevo. Los expertos en Medio Oriente y los especialistas en contraterrorismo vienen percatándose de lo mismo desde hace quince años. Que el terrorista y el yihadista haga lo que haga porque es ignorante o invariablemente pobre es un mito sin ningún tipo de sustento en la realidad. Una y otra vez, desde los atentados del 11 de septiembre en adelante, el perfil de los militantes no coincide con aquel del iletrado o muerto de hambre. Por el contrario, los terroristas suelen provenir de familias adineradas o de clase media. Incluso, muchos de ellos poseen incluso títulos universitarios, particularmente en ingeniería y medicina. Por eso, aunque vale la pena remarcar los hallazgos del reporte, a mi criterio la relevancia del documento estriba de su mediatización en los distintos medios del mundo. Es hora de derribar de una vez por todas el relato incongruente que justifica actos desesperados o dramáticos en la brecha entre ricos y pobres. Continuar leyendo “Estado Islámico: yihadistas educados”

Hillel Neuer: “Soy el hombre más odiado por las Naciones Unidas”

Entrevista a Hillel Neuer, director de UN Watch. Publicada originalmente en INFOBAE el 17/09/2016.

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Hillel Neuer es el director de UN Watch, una organización sin fines de lucro que se dedica a monitorear el comportamiento de las Naciones Unidas (ONU). La organización que preside Neuer suele arrojar luz sobre el doble rasero con el que se manejan los cuerpos de este organismo, particularmente para con Israel. Crédito por la imagen: Marc Israel Sellem.

Hillel Neuer es el director de UN Watch, una organización sin fines de lucro dedicada a monitorear el funcionamiento de las Naciones Unidas (ONU). En particular, se especializa en advertir lo que transpira en el Consejo de Derechos Humanos, con sede en Ginebra. En este sentido, la organización que preside Neuer es conocida por denunciar la doble moral que fecunda en los salones de este foro internacional, acaso el más importante del mundo en lo que hace a la discusión de los derechos humanos.

Neuer es una persona especial. Renunció a una lucrativa y exitosa carrera en un importante bufete de abogados de Nueva York para dedicarse a promover derechos civiles por el mundo. Frecuentemente entrevistado y citado por los medios más importantes, la suya es una de las voces más relevantes en lo concerniente a la promoción de los ideales de ecuanimidad y justicia. Llamé a Hillel por teléfono, y le pregunté qué lo motivo a emprender este camino. Me contó que desde pequeño sabía cuál era su verdadera vocación, y que cuando se le presentó la oportunidad de integrarse a UN Watch, doce años atrás, ni lo dudó.

De él se han dicho muchas cosas. Se ha dicho que está ayudando a transformar la historia; que camina tranquilo, pero con un gran micrófono; que es temido; y que es la pesadilla de los tiranos y dictadores del globo. Lo cierto es que su agenda molesta mucho. Neuer y su equipo suelen traer a perseguidos políticos para que testifiquen ante la ONU, revelando el lado más oscuro de algunos de los regímenes más obtusos del planeta. Para él, lo importante es que estos temas salgan a la luz. El debate público lo es todo, y es la manera más efectiva de inspirar un cambio. Le pregunté por qué UN Watch hace tanto hincapié en la situación de Israel, y cómo haría él para “reparar” la ONU. También, y sin preguntárselo, aprovechó para contarme sus expectativas en función del comportamiento de Argentina ante el mundo. Continuar leyendo “Hillel Neuer: “Soy el hombre más odiado por las Naciones Unidas””

Bibliografía para entender el 11 de septiembre

Reseña de libros recomendados por el autor de este blog. También publicado en POLÍTICAS Y PÚBLICAS.

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Los escombros del World Trade Center después del 11 de septiembre de 2001. Muchas veces me consultan por bibliografia para estudiar el fenómeno del islam radical. Aquí una lista de algunos libros que puedo recomendar. Crédito por la imágen: Alexandre Fuchs / AFP.

A quince años de los fatídicos acontecimientos que cambiaron el mundo, los medios internacionales están pasando revista a los sucesos desencadenados por el terrorismo islámico. Sin los atentados en Nueva York y Washington, no habría habido intervención de la OTAN en Afganistán, y discutiblemente tampoco guerra en Irak. Por otro lado, la guerra contra el terrorismo lanzada por el presidente George W. Bush tiene evidentes repercusiones al día de hoy.

En el ámbito académico, el 9/11 (por la denominación en inglés) influenció una inmensa cantidad de estudios y trabajos como pocos eventos en la historia contemporánea. En efecto, en nuestra parte del globo, el interés del público por las cuestiones islámicas coincidió con un renacimiento en estos estudios, abordando desde luego el fenómeno de los movimientos extremistas. Sin embargo, y no menos importante, distintas disciplinas se sumaron al debate. Hoy la cuestión del islam radical puede ser estudiada desde enfoques multidisciplinarios. Uno puede estudiar la formación de grupos como Al-Qaeda desde un punto de vista histórico, pero también existen aproximaciones que buscan comprender los rasgos psicológicos del terrorista típico. Hay trabajos que se enfocan en el entorno social del yihadista, o en tendencias comunes a todos los movimientos totalitarios.

Hay quienes dicen reflexivamente que el 11 de septiembre inauguró el siglo XXI. Sea como fuere, lo cierto es que la fecha marca una bisagra en la historia. Por ello, a modo de contribuir al recuerdo –para conmemorar y debatir lo que pasó y lo que continúa sucediendo– me gustaría compartir la bibliografía que, a título personal, recomiendo para encuadrar muchas de las discusiones relevantes del presente. Continuar leyendo “Bibliografía para entender el 11 de septiembre”

Los expertos tienen la palabra: ¿es estratégico destruir al Estado Islámico?

Artículo Original.

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En un artículo polémico, Efraim Inbar, un académico especializado en asuntos estratégicos, asegura que es conveniente que el ISIS no sea destruido, pues su permanencia permite que los “malos” del vecindario se mantengan ocupados matándose entre sí. En la foto, un tanque capturado por el Estado Islámico (ISIS) pasa por el norte de Raq en 2014, la capital de facto del grupo. Crédito por la imagen: Reuters / Stringer.

En las últimas semanas se produjo un intercambio interesante entre los expertos asociados del Begin-Sadat Center for Strategic Studies (BESA), un think tank conservador parte de la Universidad Bar Ilán. Por medio de una serie de artículos, tres expertos debatieron si la prospectiva destrucción del Estado Islámico (ISIS) es conveniente en términos de la geopolítica regional.

Efraim Inbar abrió la sesión planteando la pregunta polémica. Académico enfocado en asuntos estratégicos, y director saliente del BESA, Inbar puso en tela de juicio la conveniencia de derrotar militarmente al grupo yihadista más relevante de la actualidad. Su argumento, reducido a una oración, consiste en que un ISIS debilitado pero funcional no es relativamente tan peligroso, y que su misma presencia mantiene ocupados a los otros “malos” de la película, como lo son Irán, Siria y Turquía.

Por lo pronto, a los efectos de interiorizar más acerca de la presente crisis que envuelve a todo Medio Oriente, resulta conveniente detallar los argumentos de Inbar, como así también las respuestas provocadas por su artículo. Continuar leyendo “Los expertos tienen la palabra: ¿es estratégico destruir al Estado Islámico?”

Sobre la reunificación de Corea

Columna invitada. Artículo por Matías Iglesias.

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El Monumento a la Carta de Tres Puntos para la Reunificación Nacional, o Arco de la Reunificación, en Pyongyang, Corea del Norte, inaugurado en agosto de 2001, en la autopista que conduce a la zona desmilitarizada. Con el paso del tiempo, la división de la península coreana parece convertirse en una realidad legitimada, y menos surcoreanos preferirían invertir en una futura reunificación. Crédito por la imagen: Kok Leng Yeo.

La península de Corea permanece dividida desde el comienzo de la Guerra Fría. A pesar de que en varias oportunidades los gobiernos de Corea del Norte y Corea del Sur han proclamado como meta la eventual reunificación de Corea como estado único, las dificultades persisten y algunas de ellas se agravan con el paso del tiempo. El caso es de importancia no solo para la política internacional de Asia sino también para la teoría de las Relaciones Internacionales.

Hay indicios de que la cuestión de identidad común está cambiando de signo en perjuicio de una eventual reunificación. Las dos Coreas comparten la misma etnicidad, historia y lengua. Sin embargo, los sistemas políticos y de valores no podrían ser más opuestos, y la conducta del régimen de Corea del Norte ha contribuido ciertamente a su imagen en el sur: lanzamientos de misiles, pruebas nucleares, abusos de derechos humanos bien documentados, entre otros.

Es cierto que los surcoreanos entienden la diferencia entre el régimen de Corea del Norte y los norcoreanos como población. En particular, las generaciones de más edad conservan una memoria histórica del origen de la división y la separación de sus familias, y se manifiestan proclives al reencuentro con sus parientes. Pero el componente emotivo de la identidad común disminuye con el paso del tiempo. Continuar leyendo “Sobre la reunificación de Corea”

La Teoría de las Relaciones Internacionales y Medio Oriente: liberalismo

Ensayo Original.

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Durante una ceremonia en enero de 2015, palestinos de la Franja de Gaza celebran el apoyo prestado por Turquía, en conmemoración del invidente de la flotilla turca dirigida a Gaza que en 2010 fue interceptada por Israel. Según la teoría liberal de las Relaciones Internacionales, hay variables complejas que crean interdependencia entre los Estados. Las instituciones globales y el comercio son factores que mitigan las adversidades, y dificultan el riesgo de guerra. Además, según los liberales, algunos Estados están mejor capacitados que otros para ejercer el llamado poder blando, la reputación que permite persuadir a otros actores sin necesidad de emplear amenazas. Crédito por la imagen: NTV.com.tr.

Como disciplina académica, el estudio de la diplomacia y de los asuntos internacionales presenta varios marcos teóricos. En esta materia, las teorías imparten aproximaciones conceptuales para explicar y dar cuenta del comportamiento de los actores que influyen sobre el globo. Por supuesto, el principal foco de los modelos teóricos son las entidades políticas, particularmente los Estados

Esbozadas para predecir o explicar el comportamiento de los Estados, las teorías se arraigan en visiones contrapuestas sobre la naturaleza misma de los seres humanos. En este sentido, hay una pregunta que, entre otros interrogantes secundarios, domina el debate: ¿hasta dónde o bajo que circunstancias los Estados están dispuestos a cooperar?

Como parte de una entrega de tres partes, el propósito de este escrito consiste en analizar los méritos y en todo caso la relevancia de la llamada teoría “liberal” de las Relaciones Internacionales, aplicada sobre el escenario de Medio Oriente. En respuesta a la pregunta planteada recién, los partidarios del enfoque liberal tienden a ser optimistas, en la medida que asignan un valor positivo a la colaboración. En cierto punto, la suponen incluso como algo inevitable que opera en beneficio de los intereses de todas las partes. Continuar leyendo “La Teoría de las Relaciones Internacionales y Medio Oriente: liberalismo”

Teoría de las Relaciones Internacionales y Medio Oriente: realismo

Ensayo Original.

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El príncipe de los Emiratos Árabes Unidos, Mohammed bin Zayed Al-Nahyan, en una visita oficial a Arabia Saudita, en abril de 2015. La foto corresponde a la base área Rey Fahd. Según la teoría realista de las Relaciones Internacionales, el poder militar es el factor que más influye en el desarrollo de la política mundial. Crédito por la imagen: The National UAE.

Como disciplina académica, el estudio de la diplomacia y de los asuntos internacionales presenta varios marcos teóricos. En esta materia, las teorías imparten aproximaciones conceptuales para explicar y dar cuenta del comportamiento de los actores que influyen sobre el globo. Por supuesto, el principal foco de los modelos teóricos son las entidades políticas, particularmente los Estados.

Como bien sabe cualquier estudiante de Relaciones Internacionales, los modelos teóricos estriban de una pregunta filosófica fundamental. Como entes racionales por naturaleza, ¿qué somos los seres humanos?, ¿bondadosos o egoístas? En líneas generales, según la respuesta que uno escoja, se estará más cerca de una postura “realista” o de una postura “liberal”. Este debate es el más trascendental de la disciplina. A partir del comportamiento humano, las teorías –realistas o liberales– buscan predecir el comportamiento de los Estados.

En tanto los realistas dirán que los Estados actúan motivados por intereses egoístas, principalmente en función de acrecentar su poder e influencia, quienes suscriben con alguna vertiente liberal dirán que esta machtpolitik, o “política de poder”, no es tan determinante como los realistas sugieren, y que los Estados, en las circunstancias adecuadas, prefieren cooperar antes que desconfiar entre sí.

Por otro lado, dejando de lado el debate entre realistas y liberales, existe un tercer enfoque que viene ganando protagonismo en las últimas dos décadas. Se trata de una perspectiva amplia, en rigor con dos vertientes principales, que adscribe a la opinión de que la cultura tiene un rol preponderante en las relaciones internacionales, puesto que los valores y las ideas de las sociedades sopesan sobre el comportamiento de los Estados. Como hablar de cultura es hablar de algo abstracto –algo con lo que no se puede “experimentar” con facilidad– este es un concepto difícil de definir, y no obstante fácil de comprender. Es evidente que no todas las sociedades comparten la misma cultura, las mismas normas o preferencias, y que esto, a su vez, tiene un impacto en la política internacional. Quienes sostienen que la cultura es algo más o menos estático difícil de cambiar (con especial énfasis en la religión) se llaman culturalistas, y se posicionan más cerca de los realistas. En cambio, quienes sostienen que las normas y preferencias son el resultado de construcciones sociales cambiantes se llaman constructivistas, y se posicionan más cerca de los liberales.

¿Pero cómo aplican estos enfoques a Medio Oriente? Soy de la opinión que, de la misma manera en que no existe una única receta para los problemas del mundo, un solo enfoque teórico no puede abarcar la complejidad y la vertiginosidad del globo. Pero si bien siempre hay un punto en donde los conceptos se complementan entre sí, en algunos casos algunos funcionan mejor que otros. Es decir, una teoría que puede explicar la realidad algunas veces, en determinado tiempo y lugar, posiblemente fallé para contextualizar lo que acontece en otro momento y espacio. ¿Qué hay entonces de Medio Oriente? ¿Qué enfoques teóricos son más adecuados para denotar lo qué sucede?

Como parte de una entrega de tres partes sobre la teoría de las Relaciones Internacionales y Medio Oriente, si por lo pronto tengo que escoger entre una de estas grandes disposiciones teóricas escojo la postura realista. En artículos venideros discutiré las otras aproximaciones. Continuar leyendo “Teoría de las Relaciones Internacionales y Medio Oriente: realismo”