En abril de 2017 Estados Unidos atacó una base aérea siria en respuesta al supuesto uso de armas químicas por parte de Bashar al-Assad. Un año más tarde, Washington vuelve a bombardear intereses del régimen sirio para así castigarlo por utilizar el mismo tipo de armamento. En concreto, el último ataque estadounidense de produjo el 13 de abril y contó con la participación de Francia y Reino Unido, países que sumaron su apoyo para condenar el presunto empleo de gas cloro seis días antes contra la población civil de Duma, ubicada al noreste de Damasco.
Según el Pentágono, los objetivos escogidos fueron un centro de investigación en Damasco que estaría vinculado con la producción de agentes bacteriológicos, y dos instalaciones de almacenamiento de armas químicas en Homs.
Este desarrollo conviene ser analizado y comparado con el ataque que tuvo lugar el año pasado. Si bien las circunstancias en Siria han cambiado, las dinámicas geopolíticas se mantienen constantes. Vista la situación en estos términos, el ataque estadounidense puede verse como un llamado de atención hacia sus enemigos. La verdadera pregunta es para quién es la advertencia, y si realmente tendrá el efecto buscado. Continuar leyendo “¿Qué impacto tendrá el nuevo ataque estadounidense contra Siria?”
El 20 de febrero el presidente palestino Mahmud Abbasse dirigió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) para plantear abiertamente su descontento con la política exterior de la actual administración estadounidense; y, de paso, anunciar que la posición de mediador en el conflicto con Israel está vacante. En efecto, desde que Donald Trump anunciara su disposición a reconocer a Jerusalén como capital del Estado judío en diciembre pasado, el liderazgo palestino llama a desconocer el rol convencional de Washington como broker entre las partes enfrentadas.
A mi modo de ver las cosas, tengo la impresión de que los políticos europeos, en su indigestión por los dichos y hechos de Trump, pueden caer en lo que llamaré la trampa palestina. Me refiero a la errada noción de que contradecir a Trump es justo y conveniente, y que desafiar la postura estadounidense en lo concerniente a Tierra Santa acercará la paz de algún modo, que sin embargo aún no ha sido descubierto.Continuar leyendo “Europa no debe caer en la trampa palestina”
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 19/02/2018.
En la mañana del 10 de febrero un caza F-16 israelí fue derribado luego de haber atacado objetivos iraníes en Siria. Dicho ataque fue una represalia por el lanzamiento de un dron (“Saeqeh”) persa hacia el norte de Israel. Aunque el caza en cuestión fue alcanzado por misiles antiaéreos sirios, los dos tripulantes volaron la aeronave hasta la frontera israelí, logrando eyectarse con vida. Horas más tarde, Israel lanzó una operación aérea abarcadora que resultó en la destrucción de aproximadamente la mitad de las baterías antiaéreas del Gobierno sirio, incluyendo S-200 soviéticos de largo alcance (SA-5 según la designación de OTAN).
Esta secuencia de eventos, y en particular el derribamiento del caza israelí, ha suscitado un debate acerca del grado de discreción que tiene Israel sobre el cielo de Siria. En rigor, la discusión se inició tiempo atrás con la intervención rusa en defensa del régimen de Bashar al-Assad, especialmente luego de que el Kremlin desplazara baterías S-400 de última tecnología a Siria en 2015. También cabe tener presente que Israel no había perdido a un caza en combate desde la guerra del Líbano de 1982. Sin embargo, aunque la Fuerza Área Israelí (IAF) es el caballo de batalla por excelencia del Estado hebreo, la pérdida de uno de sus aviones es un hecho que puede ser interpretado erróneamente. Continuar leyendo “¿Tiene Israel libertad de acción sobre el cielo sirio?”
Artículo publicado en inglés en ACADEMIA el 27/01/2018.
El 10 de noviembre de 1975 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 3379, un documento trascendental en la historia del organismo que confirió legitimidad al antisemitismo en su variante antisionista. Por definición, más allá de controversias relacionadas con el conflicto árabe-israelí, el sionismo es la ideología que pregona el derecho de los judíos a la autodeterminación política. No obstante, la Resolución 3379 estableció que el nacionalismo judío es “una forma de racismo y de discriminación racial”.
En el contexto de la Guerra Fría, el documento fue aprobado gracias a la mayoría automática formada por el bloque oriental, los países árabes, y los Estados alineados a la Unión Soviética, cuya fuerza numérica superó cómodamente el rechazo del bloque occidental. La resolución pasó con 72 votos a favor, 35 en contra, y 32 abstenciones. Historiadores y analistas argumentan que los soviéticos impulsaron la falsa analogía entre sionismo y racismo a los efectos de consolidar la unidad entre Moscú y sus clientes del llamado tercer mundo. Catalogando a Israel como un Estado inherentemente racista, los soviéticos se presentaban como guardianes de la causa antiimperialista, fomentando la solidaridad entre países relativamente nuevos –resultantes del proceso de descolonización– y el bloque comunista. Por este motivo, la resolución fue bien acogida no solamente entre los países árabes, pero por muchos africanos también; que vieron una supuesta conexión entre las políticas racistas de la Sudáfrica del apartheid y el sionismo, un movimiento nacido en Europa.
No obstante, la Resolución 3379 no vino de la nada. Durante mis estudios de maestría presente un trabajo que explora los orígenes de la analogía en cuestión. En esencia, encontré que Moscú comenzó a vilipendiar al sionismo en las Naciones Unidas durante los años sesenta, especialmente en respuesta a la presunta interferencia estadounidense en los asuntos internos de la Unión Soviética. Los representantes norteamericanos condenaban la negativa del bloque oriental a permitir que sus judíos emigrasen a Israel, cosa que a su vez retroalimentaba el arraigado antisemitismo ruso proveniente de la época zarista. Por ello, si bien la analogía entre sionismo y racismo es el resultado de las dinámicas de la Guerra Fría, también es evidente que su formulación fue una exteriorización del antisemitismo imperante en el establecimiento soviético.
El 20 de enero Turquía lanzó una incursión militar al distrito sirio de Afrín lindante con la frontera turca, con el expreso objetivo de derrotar a las milicias kurdas que allí operan. La campaña está dirigida a expulsar a los combatientes de las llamadas Unidades de Protección Popular (YPG), a su vez el principal cuerpo de combate de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), una coalición que forma estatidad de facto en el noreste sirio, y que cuenta con el respaldo armamentístico de Estados Unidos. Irónicamente llamada “Rama de Olivo”, la operación anunciada por Recep Tayyip Erdogan busca concretamente una “zona segura” de treinta kilómetros en torno a Afrín, a modo de poder salvaguardar la seguridad turca y la integridad territorial de Siria.
En la medida en que los medios cubren los acontecimientos en el terreno, quedan interrogantes acerca del impacto de la nueva escalada en el teatro de operaciones sirio. Cabe analizar hasta qué punto la campaña turca tendrá éxito, y qué repercusiones traerá a la reputación o influencia de Turquía en el plano internacional, o mismo por qué Erdogan lanzó la campaña ahora. No obstante, el escenario no estaría claramente explicado sin hacer mención a la coyuntura, y específicamente al papel que juegan las principales potencias involucradas, Estados Unidos y Rusia. Continuar leyendo “Turquía redobla sus esfuerzos en Siria: el escenario regional”
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 20/01/2017.
La publicación de Fire and Fury: Inside the Trump White House (“Fuego y Furia: Dentro de la Casa Blanca de Trump”) a comienzos de enero causó una sensación mediática global. Convertido en bestseller instantáneo, la crónica escrita por Michael Wolff viene a confirmar muchas de las sospechas que tenían los comentaristas estadounidenses acerca del errático carácter del millonario presidente. De acuerdo con el relato que construye el autor, Donald Trump es un hombre que vive por y para sí mismo, es impulsivo, egocéntrico, y tiene déficit de atención: difícilmente el perfil buscado para el cargo con más poder en el mundo.
Asumiendo que las premisas de Wolff están en lo cierto, Trump nunca quiso realmente la presidencia. Toda su campaña fue parte de un bluff para hacerse con fama internacional; un montaje propagandístico para darle prestigio a la marca Trump. En noviembre de 2016 todo el equipo del candidato republicano estaba preparándose para el anuncio de que Hillary Clinton se había robado la elección. No obstante, para la sorpresa del mundo entero, Trump ganó y se hizo con la presidencia. Wolff cuenta que el estupor del magnate frente a su improbable victoria pronto se convirtió en una sensación de seguridad y determinación por ocupar el despacho oval, acaso preparandose para el trabajo más difícil de su vida. Fire and Fury da cuenta de la forma en la que Trump toma decisiones, y ofrece una mirada interesante sobre el modo en el que el presidente articula la política exterior de su país. Continuar leyendo “¿Qué dice “Fire and Fury” sobre la política exterior de Trump?”
En las últimas semanas se han producido movimientos importantes en el sur de Siria, cerca del monte Hermón y de los Altos del Golán. Parece ser que el gobierno sirio y sus aliados proiraníes están emprendiendo una ofensiva contra los rebeldes del llamado Ejército Libre Sirio (FSA por sus siglas en inglés) ubicados en torno a la ciudad de Beit Jin. Los reportes de prensa indican que las fuerzas de Damasco emitieron un ultimátum a sus adversarios, ofreciéndoles una tregua temporaria. Siguiendo el precedente de acuerdos pasados, los rebeldes que así lo dispongan podrán viajar (escoltados por la Media Luna Roja Árabe Siria) a la provincia de Idlib, en donde podrán unirse a la insurgencia islamista que sigue allí sin aplacarse. Por otra parte, quienes no acepten la oferta deberán enfrentarse a una respuesta militar. Al momento de escribir estas líneas parece ser que los rebeldes del FSA están acatando las instrucciones.
Este desarrollo es significativo por dos cuestiones fundamentales. En primera instancia, sugiere que Irán y el régimen de Bashar al-Assad están dispuestos a capitalizar réditos políticos luego de la seguidilla de victorias que vienen obteniendo derrotando al Estado Islámico (ISIS), particularmente expulsando a los yihadistas de Deir Ezzor. Para al-Assad y sus aliados es muy importante proyectar fortaleza y determinación para reunificar Siria. En términos domésticos, la propia legitimidad del régimen descansa en la habilidad o competencia que muestre Assad a los efectos de pacificar el país. En segundo lugar, la ofensiva sobre Beit Jin es significativa porque muestra que el bloque chiita está asumiendo un riesgo calculado a sabiendas de una coyuntura internacional favorable. De este modo, Assad, asistido por Hezbollah, está permitiendo mayor influencia de proxies iraníes en Quneitra, a costas de invitar una respuesta militar israelí.
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 30/12/2017.
Este mes la Casa Blanca publicó la última revisión de la doctrina nacional de seguridad, el documento que a grandes rasgos informa la posición de Washington frente a una serie de desafíos globales que afectan los intereses estadounidenses. El nuevo reporte viene a actualizar los puntos ordenadores explicitados por la administración pasada en 2015, y – a diferencia de la anterior– contiene un lenguaje marcadamente menos idealista.
Para empezar, el texto anuncia una estrategia de principled realism, es decir, “realismo basado en principios”. Para algunos esta construcción es una dicotomía; una forma políticamente correcta para fusionar la cruda realpolitik con decisiones morales, acaso representativas del estilo de vida norteamericano. Por un lado, los “principios” se refieren a promover valores democráticos y prosperidad económica en el mundo. Por otro, el “realismo” reconoce que los garrotes hablan más fuerte que las zanahorias, y que en la política internacional la paz y la seguridad dependen de la voluntad y el músculo militar de las naciones poderosas. En este aspecto, el documento parte de la premisa de que nuestro mundo es hobbesiano, un “todos contra todos” en donde solo sobrevive el más fuerte. Por ello, el texto dispone a Estados Unidos a defender sus intereses a como dé lugar.
Como a Trump le gusta decir, la doctrina se remite al eslogan “Estados Unidos primero” (America First). No obstante, en rigor se trata de una oda al realismo político, que comprende que una democracia no siempre es preferible a una autocracia. Por eso, sea para bien o para mal, la doctrina Trump solo viene a principalizar la fuerza como salvaguarda por excelencia de los intereses nacionales. ¿Cómo se posiciona entonces Washington frente a las debacles de Medio Oriente? Continuar leyendo “La doctrina de seguridad en la era Trump: Medio Oriente”
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 07/12/2017.
El presidente estadounidense Donald Trump anunció el 6 de diciembre que Washington reconocerá de aquí en más a Jerusalén como la capital de Israel. El anuncio desató una ola de críticas desde muchos frentes, comenzando por el propio Departamento de Estado, y continuando por diversos Gobiernos con intereses contrapuestos. A raíz del discurso cabe debatir cómo se desarrollarán las cosas, y hasta qué punto este acontecimiento tendrá repercusiones en el conflicto israelí-palestino, sean negativas, o bien positivas. Sin desmerecer la opinión de una mayoría de analistas y expertos, en este espacio propongo defender la decisión de Trump como un gran acierto en política exterior. Creo que, pese a que la jugada es evidentemente proisraelí, a la larga podría facilitar un acuerdo definitivo.
Por lo pronto, contrarío a la especulación que se reproduce en algunos medios de comunicación, lo cierto es que la decisión de Trump no altera la situación de facto en el terreno. Más allá de las controversias existentes, Jerusalén opera como capital de Israel desde que este ganó su guerra por la independencia. No por poco todos los mandatarios extranjeros que visitan el país son recibidos en dicha ciudad, y no así en Tel Aviv. Ahora bien, es innegable que la decisión de mover la embajada es polémica, y que ciertamente generará mucho malestar entre musulmanes, desembocando en protestas potencialmente violentas. Continuar leyendo “Mover la embajada de Estados Unidos a Jerusalén podría acercar un acuerdo de paz”