La venta del caso AMIA: la estúpida lógica pragmática de un Gobierno insolvente

Publicado originalmente en POLÍTICAS Y PÚBLICAS el 17/01/15.

AMIA
El atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) se produjo el 18 de julio de 1994, cobrándose la vida de 85 personas. De acuerdo con la investigación del fiscal Alberto Nisman, Irán habría sido responsable directo, empleado al grupo libanès para perpetrar el siniestro.

La política argentina nuevamente ha suscitado polémica en torno a la pobre transparencia en los manejos del poder ejecutivo. En esta oportunidad, siguiendo los dictámenes de todo Gobierno populista, la Casa Rosada ha atrofiado el papel del servicio diplomático para timonear la política exterior desde el sillón (presidencial) de Rivadavia. Desde luego que esto no es nuevo. Desde hace tiempo viene discutiéndose que el servicio exterior ha menguado considerablemente. Una razón que da cuenta de esta situación es la intervención de La Cámpora, una presencia que facilita el nepotismo, pero más importante aún, como si de una pantalla de humo se tratara, nubla la distinción entre los intereses nacionales del Estado, y aquellos de la mandataria. Héctor Timerman es justamente canciller porque actúa como una pieza instrumental para llevar al Palacio San Martin hacía esta segunda y desdichada dirección, vinculada con la estrategia personalista de Cristina. De conceder esto como cierto, el caso AMIA, al igual que otras cuestiones centrales en materia de exteriores, queda sujeto a las prerrogativas del despacho presidencial.

Cualquier analista político con un mínimo sentido de decencia coincidirá en que el Gobierno de Cristina Kirchner ha vendido la causa AMIA para obtener a cambio, o bien cierto posicionamiento geoestratégico para la Argentina, o por la tangente, algunas promesas por parte de Irán; cuya realización podrían fortalecer la imagen de Kirchner de cara a una posible segunda reelección – o por lo menos eso pensó la mandataria. Continuar leyendo “La venta del caso AMIA: la estúpida lógica pragmática de un Gobierno insolvente”