Artículo Original. Publicado también en AURORA el 17/05/2015.
Ante las catástrofes internacionales, Israel viene adquiriendo desde hace varios años una reputación positiva por su rol activo y protagónico a la hora de atender el llamado de emergencia. Israel es uno de los primeros países en hacerse presente en la zona de un desastre. Además de enviar prestamente ayuda humanitaria, todo el establecimiento político se enorgullece de enviar equipos profesionales, que incluyen médicos y rescatistas, altamente capacitados para socorrer a los damnificados. Israel, escribe un colega, en este aspecto “ha sido ejemplo global” por su respuesta rápida y eficaz ante las grandes calamidades de la naturaleza. El Estado judío estuvo allí para ayudar a los indonesios en su momento de mayor necesidad tras el tsunami de 2004, para ayudar a los haitianos tras el terremoto de 2010, a los japoneses luego de la hecatombe de 2011, y finalmente, entre tantas otras circunstancias, para auxiliar a las víctimas del reciente terremoto en Nepal.
En relación a este último desastre, algunas cadenas de noticias hicieron eco del nivel de compromiso que mostró Israel para con Nepal. Medios como la CNN, El Informador (de México) El Mundo, El País (de España), The Telegraph, y The Daily Mail tomaron nota de la contribución de Israel. Por supuesto no se trataba de una noticia de trascendente importancia. El hecho importante para los medios no es que Israel haya ayudado a paliar los daños del terremoto. Lo importante es el terremoto propiamente dicho. En todo caso la crónica del esfuerzo israelí, desde un punto de vista periodístico, se inserta como parte de los testimonios y experiencias de los sobrevivientes y rescatistas. Ahora bien, en cambio, HispanTV y teleSUR, medios que responden directamente a la línea oficialista de los Gobiernos de Irán y Venezuela, hicieron noticia aparte por asegurar que el terremoto “devela tráfico de menores a Israel”, y que “Israel trafica con niños de Nepal bajo excusa de ayuda”.
Según leen los titulares de estas últimas cadenas, puede decirse que la aparente intención de estos comunicados es perjudicar la imagen de los israelíes, apelando a la audiencia a creer que estos aprovecharon la catástrofe para cometer un delito atroz. La acusación, supuestamente hecha por organizaciones no gubernamentales, sostiene que israelíes se sirven de mujeres económicamente carenciadas, para que sirvan como madres subrogadas, poniendo su “vientre en alquiler”. Los medios en cuestión denuncian que como los homosexuales israelíes tienen prohibido adoptar niños, recurrir a nepalesas es una solución “atractiva”.
El informe indica correctamente, que de los 25 bebes llevados a Israel, “15 han nacido por encargo de la transnacional israelí Tammuz, una empresa al servicio de parejas israelíes que no pueden tener hijos, en particular los homosexuales”. Sin embargo, el problema aquí, naturalmente en términos de objetividad periodística, es que estos órganos de prensa, hermanados en su afán por desprestigiar a Israel, recurren a un título y a un estilo de lo más tendencioso, que termina por darle al televidente o al lector un mensaje malicioso y malintencionado. Más allá de los debates que puedan luego tener lugar sobre la práctica de la maternidad subrogada, se tergiversa el hecho de que Israel salvó vidas, incluidas las vidas de esos recién nacidos, para asentar por contrario que dicho Estado se aprovechó de la situación para perseguir fines macabros.
El Centro Simon Wiesenthal condenó el reporte, y no es la primera vez que el eje Teherán-Caracas disemina este tipo de notas a través de sus canales oficiales, esparciendo el viejo mito de que los israelíes, por no decir directamente los judíos, abusan de los más indefensos. Esta práctica consiste en lo que yo llamaría un libelo de sangre mediático, ajustado al siglo XXI, y especialmente dirigido a ensuciar con calumnias la reputación de Israel en América Latina.
La agenda verdadera de este tipo de informes, disfrazados de periodismo, puede apreciarse en la inflada atención que estos medios ponen en Israel, y en los sucesivos rótulos con los que acompañan sus noticias. Desde “Estados Unidos apoya masacres de Israel en Palestina” a “Las mentiras de Netanyahu sobre programa nuclear iraní”, la lista se vuelve interminable. HispanTV se caracteriza particularmente por basar casi todo su contenido en rematar a los israelíes. Además de evitar referirse a Jerusalén por su nombre – que guste o no es el único que tiene en español – para utilizar “Al-Quds”, su nombre en árabe, la cadena iraní bombardea su espacio con notas donde los israelíes son siempre los malos. Al momento de escribir esta columna sintonizaba dicho canal (de forma online), y la noticia se centraba, tal como era previsible, en Israel. Solamente el 14 de mayo el medio persa publicó 15 notas con un tono adverso al Estado hebreo. El 13 de mayo publicó 13, y el 12 de mayo, curiosamente, 12.
Yo siempre insisto en que los comentarios de los lectores a una noticia constituyen – si se quiere – una noticia en sí. Permiten mirar de reojo las actitudes y creencias populares de la gente. Reflejan, aunque sea en una pequeñísima muestra, el interés y conocimientos de las personas sobre la temática tratada. En este sentido, usted podrá corroborar que los comentarios a notas que se enfocan en Israel no suelen ser positivos.
Para el caso particular de los israelíes que “trafican bebes”, en el sitio de HispanTV puede verse a un forista comentar: “en verdad el pueblo judío es maligno [y] nunca dejará de adorar a su dios moloc [sic]”. Otro comentario lee: “Han saqueado a los palestinos [y] ahora van por otros, increíble esta escoria de la humanidad.” En teleSUR un comentario lee: “Esta supuesta “ayuda” israelí tiene como trasfondo no solo la venta de bebes, sino también al tráfico y venta de órganos humanos. Tal siniestro comercio ya fue denunciado antes, incluso por médicos israelíes”. Esta opinión suele hacerse recurrente.
En un tono más positivo, es importante sin embargo señalar que también hay comentarios denunciando el amarillismo y el latente antisionismo de este tipo de campañas, aunque, por experiencia personal, los mismos a veces solo logran encender más a los foristas antisemitas. HispanTV fue inaugurado en 2012 por Mahmoud Ahmadineyad, y teleSUR en 2007 por Hugo Chavez. Por fortuna, el acceso a estos órganos proclives a enaltecer el pensamiento autocrático de sus mentores es bastante limitado. No obstante, lo que importa es que explotan prejuicios ya asentados en la sociedad latinoamericana, y se apalancan del conflicto israelí-palestino para perpetrar viejas emociones antisemitas, e instaurar su agenda gracias a ellas.