The Gatekeepers: debates y dilemas de la sociedad israelí

Película premiada de Israel del año 2012.

THEGATEKEEPERS
The Gatekeepers (שומרי הסף «Shomrei HaSaf») (2012) es una de las películas más relevantes de los últimos tiempos para quien desee estudiar el conflicto árabe-israelí. Premiada internacionalmente, la cinta es protagonizada por seis exjefes del Shin Bet, la agencia de seguridad doméstica de Israel. Mirando en retrospectiva, los «guardianes» comparten sus reflexiones y opiniones acerca del pasado, presente y futuro de Israel. Crédito por la imagen: Sony Pictures Classics.

Dirigida por Dror Moreh, The Gatekeepers (2012) podría ser traducida al español como «Los Guardianes», en referencia a las personas que se ocupan de cuidar el acceso hacia Israel, es decir, de vigilar la entrada al país como si este fuera un fortín de los tiempos clásicos.

Se trata de una película sumamente relevante para estudiar el conflicto árabe-israelí. Mediante ella, seis exjefes del Shin Bet, la agencia de seguridad interna de Israel, brindan acceso y perspectiva sobre los dilemas a los cuales tuvieron que enfrentarse durante sus «guardias». Comparten sus reflexiones, y –en el proceso– dan pie a un debate amplio que envuelve a toda la sociedad israelí. De allí estriba su importancia. Confronta al espectador con la dura realidad del aparato de seguridad de este país, y lo hace a uno participe. La cinta muestra los desafíos contantes a los que se enfrenta Israel, invitando al espectador a ponerse en el lugar de quienes toman las decisiones polémicas; que dicho sea de paso nunca son fáciles.

La película ha sido compartida en YouTube, subtitulada al español, y puede verse aquí, a continuación.


El argumento de The Gatekeepers podría sintetizarse en una serie de preguntas fundamentales. La película se detiene en algunos eventos particulares de la historia de Israel, y a partir de los mismos se intercalan los testimonios de los exjefes del Shin Bet: Avraham Shalom (1980-1986) Yaakov Peri (1988-1994), Carmi Gillon (1995-1996), Ami Ayalon (1996-2000), Avi Dichter (200-2005) y Yuval Diskin (2005-2011).

En modo reflexivo, plantean preguntas fundamentales, difíciles, y sin dudas necesarias para cotejar escenarios futuros para la relación entre Israel y sus vecinos.

En la consecución de la seguridad nacional, ¿es sostenible llevar acabo operaciones (tácticas) sin tener una verdadera estrategia de trasfondo?

  • ¿Qué marca el límite entre lo que una agencia de seguridad puede hacer y lo que no? ¿Hasta dónde tiene permitido operar en las sombras, sin un control civil o judicial?
  • ¿Es legitimo torturar física o psicológicamente a prisioneros para extraerles inteligencia?
  • ¿Existe la moral en la lucha contra el terrorismo? Desde el punto de vista del soldado o del oficial de inteligencia, ¿es posible conciliarse con la idea de que el terrorista es un freedom fighter para el enemigo?
  • ¿Cómo actuar frente a las amenazas supuestas por elementos radicales domésticos, cuando el Gobierno de turno no tiene voluntad política por restringir su accionar? (En relación con los extremistas judíos que operan en Cisjordania.)
  • ¿Es posible confiar en los mecanismos de seguridad de la contraparte (palestina), cuando para el otro bando el logro mas grande es que el primero sufra?
  • ¿Es conveniente llevar a cabo asesinatos selectivos? Con esta premisa, ¿qué es un daño colateral tolerable? ¿Bajo qué criterio es posible medir si acabar con un número determinado de civiles es un costo aceptable, a los efectos de dar muerte a un terrorista buscado? ¿El cálculo es cuantitativo o cualitativo?
  • Si un ataque por parte del primer actor lleva a una retribución por parte del otro, y esta a su vez lleva a otro desquite, a otra venganza…¿cómo poner fin al ciclo de violencia?
  • El terrorismo, ¿es un barril con fondo? ¿Cuantos terroristas hay que liquidar para que la organización matriz se desmorone?
  • ¿Hay alternativa al dialogo y al compromiso? ¿Cómo alcanzar la paz, cuando –en palabras de Ami Ayalon– «ganamos todas las batallas, pero perdemos la guerra? ¿Se puede hacer la paz con organizaciones que juraron tu destrucción?
Mi reseña

A título personal, creo que tomada holísticamente, la película es un testimonio acerca de la vitalidad de la democracia israelí. El hecho de que estos hombres puedan cuestionar abiertamente el rumbo del Estado, y plantear semejante debate a la sociedad hebrea, es prueba del dinamismo que tiene la misma. No obstante, al mismo tiempo refleja sus contradicciones inherentes, y el embate permanente entre ideología y pragmatismo.

En general, es evidente que la película adquiere una tonalidad cercana a la izquierda. En este sentido, si bien cabe destacar que tres de los entrevistados hicieron una carrera política, lo importante es que sus opiniones son el resultado de sus experiencias en un puesto de altísima responsabilidad. Aunque sus testimonios dan cuenta de cierto fatalismo – de un escepticismo a que las cosas cambien– al final de cuentas, en simultaneo, no pierden la esperanza.

Habiendo dicho esto, y sin desmerecer la participación de los entrevistados, creo que la película falla en presentar un escenario más imparcial sobre el conflicto árabe-israelí. Esto es especialmente cierto en el caso de los espectadores no tan familiarizados con los acontecimientos.

La cinta falla en proveer suficiente referencia contextual acerca de los acontecimientos históricos presentados, que sirven como puntos disparadores para iniciar el debate. Por ponerlo de algún modo, esto implica que «la culpa» recae enteramente sobre el aparato de seguridad israelí. A diferencia de lo que dicen algunas reseñas, a mí las autocríticas no me parecen deshonestas. Sin embargo, no deja de ser cierto que la edición de la película se siente tendenciosa, y que falta una mayor o mejor explicación sobre las circunstancias que rodean los hechos expuestos, sobre todo en relación a la coyuntura detrás de la ocupación israelí de los territorios palestinos.

Por otro lado, aunque se habla del funcionamiento de la inteligencia israelí, hubiera sido conveniente que el director haya dedicado algunos minutos para que los «guardianes» hablasen del modus operandi de los terroristas. Un espectador que desconoce estos temas podría llegar a conclusiones parciales, y asumir rápidamente cosas que no son.

En suma, por estas razones, desde la diplomacia israelí no han sabido ponerse de acuerdo sobre si la película favorece a Israel, o si por el contrario incita una postura antiisraelí. Pero en definitiva, tal como expresó Yigal Palmor, el entonces portavoz de la cancillería israelí, los entrevistados son parte del establecimiento que critican, y lo hacen para mejorarlo, no para destruirlo. Por esto mismo, creo que The Gatekeepers alude al examen de consciencia constante al que se someten los israelíes.

Es una película imperdible, y no obstante debe ser acompaña por buen material de referencia y estudio.