Mohamed Bin Salmán de visita en España

Artículo escrito por Aitor Bengoa para HUFFINGTON POST ESPAÑA, publicado el 12/04/2018.

El rey español Felipe VI recibe en el palacio de la Zarzuela al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman (MBS) el 12 de abril de 2018. Salman es visto como el gobernante de facto de su país y como un ambicioso reformista. Crédito por la imagen: Pierre-Philippe Marcou / AFP.

Al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salmán, se le conoce popularmente por sus iniciales: MBS. Ha sido una figura desconocida hasta hace relativamente poco, cuando ha adquirido notoriedad por tomar decisiones inéditas en un líder saudí, como promover reformas relacionadas con los derechos de la mujer o exhibir mano dura contra la corrupción entre la élite política y económica de su país.

MBS aterrizó este miércoles en Madrid para una visita de trabajo en el marco de una gira internacional que le ha llevado por otros países como Estados Unidos o Francia. Este jueves participa en un almuerzo en su honor ofrecido por los reyes en el Palacio Real y, posteriormente, en un encuentro con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para firmar acuerdos entre los dos Ejecutivos.

A pesar de que no ocupa aún el trono, él es quien lleva las riendas de su país debido a que su padre, el rey Salmán, es un octogenario que padece demencia senil. MBS es el líder de facto de Arabia Saudí. «La gira internacional en Estados Unidos y Europa está pensada precisamente para reforzar esta visión. Es él quien toma las decisiones importantes para el reino: la cartera de Exteriores y la compra de armamento», explica a El HuffPost Federico Gaon, experto en relaciones internacionales y Medio Oriente

La venta de las corbetas

El punto clave de la visita de 24 horas a Madrid, adonde llegó Mohammed bin Salmán la tarde del miércoles procedente de Francia, es la venta de España a Arabia Saudí de cinco corbetas, un tipo de buque de guerra más ligero que la fragata.

De materializarse el acuerdo, las corbetas serían fabricadas por la empresa pública Navantia. El valor del contrato se estima en unos 2.000 millones de euros, lo que sería un balón de oxígeno para los deficitarios astilleros españoles.

De cumplirse, se sumará a dos importantes contratos obtenidos en Arabia Saudí: la línea de alta velocidad entre las ciudades santas de La Meca y Medina, construida por un consorcio español, y el metro de Riad, en cuya construcción participan las españolas FCC y Typsa.

El príncipe reformista

MBS ha roto los moldes de lo que hasta ahora ha sido un mandatario saudí y ha dado muestras de un marcado carácter reformista. «Probablemente sus ideas sean una combinación entre una afinidad cosmopolita e intereses pragmáticos; una apreciación estratégica a largo plazo. MBS entiende que Arabia Saudita tiene que terminar con su dependencia exclusiva del oro negro», señala Gaon.

«A diferencia de otros funcionarios y parientes, MBS aparentemente desarrolló un temprano interés por los asuntos de Estado», prosigue este experto. Además, mientras otros se contentarían con administrar y mantener un status quo que les permite enfocarse en los privilegios de pertenecer al linaje gobernante, MBS tiene la valiente vocación por cambiar la faz de su país».

«Teniendo en cuenta el tradicional dominio del establishment wahabita en Arabia Saudita, el carisma de MBS no necesariamente garantiza que sus reformas triunfen. Quizás, más bien, lo que importa es su habilidad política», opina Gaon.

Amistades en peligro

Como ejemplos de esa habilidad cabe destacar el hecho de que MBS logró ganarle el pulso a Muhammad bin Nayef, quien originalmente fue designado como sucesor por el rey Salmán. «Nayef es un peso pesado dentro de la escena saudita, y se lo conoce como el ‘zar de la seguridad’ por su histórico manejo de los aparatos represivos y de inteligencia», indica Gaon. Así y todo, en las intrigas palaciegas de Riad MBS logró arrebatarle influencia a su rival conservador.

Otro de los episodios por los que más notoriedad se granjeó el actual príncipe heredero fue el ocurrido en noviembre, cuando mandó arrestar en un hotel de lujo a un número importante de representantes de la élite política y empresarial bajo sospechas de corrupción. «Es la primera vez que semejante purga tiene lugar. MBS arriesga la enemistad de gente importante», apunta Gaon.

«Arabia Saudita es un país hermético con una prensa muy controlada y regulada, no hay espacio para que el disenso tenga eco en los medios», comenta Gaon. «Por ello es muy difícil medir hasta qué punto sus políticas son rechazadas. Así y todo, es muy probable que en efecto esta oposición exista. Al caso, no es secreto que particulares en Arabia Saudita y otros países del Golfo apoyan y financian a grupos yijadistas – sin ir más lejos el Estado Islámico (ISIS)». Teniendo en cuenta la tradicional influencia de los clérigos wahabitas, es difícil que estos estén dispuestos a perder privilegios con resignación.