Entrevista a Nir Barkat, alcalde de Jerusalén. Publicada originalmente en PERFIL el 20/08/2016 bajo el título de «Judíos, cristianos y musulmanes cada vez se llevan mejor». Aquí se ofrece la versión completa de la misma.
Nir Barkat (56) es alcalde de Jerusalén desde el año 2008, y ya va por su segundo mandato. Se trata de una de las estrellas ascendentes de la política israelí. Es relativamente hablando muy popular, y se va perfilando, acaso diligentemente, para competir en el futuro por el liderazgo del partido Likud. Barkat no está hecho con el molde convencional de los políticos israelíes. No es un general, y el suyo no es un perfil cargado con una larga trayectoria militar. En cambio, proviene del mundo de los negocios; más específicamente del entorno start-up, de las empresas innovadoras, las incubadoras, y el emprendimiento. Por ejemplo, en 1988 fundó una de las primeras empresas informáticas de antivirus.
Su éxito empresarial ha sido tal, que hoy es el político más rico de Israel, y uno de los hombres más adinerados del país. Según él, como no necesita el sustento, a modo de salario simbólico se cobra menos de un dólar al año. En base a su experiencia como emprendedor, impulsó el desarrollo de empresas de alta tecnología en la ciudad, creando incentivos, y exenciones impositivas, para atraer inversiones y migrantes calificados. En términos políticos, se posiciona en el ala de la centroderecha secular, y, no obstante, se piensa así mismo como una suerte de facilitador, de mediador entre las distintas comunidades de Jerusalén.
Por otro lado, en función del conflicto con los palestinos, podría decirse que Barkat se inclina por medidas duras. No está dispuesto a dividir Jerusalén, y piensa que un Estado palestino es una mala idea, un proyecto inviable que traerá más daños que beneficios. En contraste con otros políticos, algunos analistas marcan que la suya es una visión práctica que –errada o acertada– se sustrae de experiencias y apreciaciones prácticas, y que no necesariamente parte de una narrativa religiosa. Pero, aunque pretende levantar puentes entre las distintas comunidades de la ciudad, Barkat no ha tenido ningún problema en erigir barreras de cemento en las calles (árabes) de Jerusalén Oriental, o en arrestar a cientos de palestinos. De hecho, en febrero de 2015, se ganó cierta mención internacional cuando ayudó, personalmente, a aprensar a un adolescente árabe que había apuñalado a un transeúnte judío en el estómago.
Entrevisté a Barkat en su despacho en Jerusalén, el jueves 4 de agosto. Me comentó que no está dispuesto a aceptar divisiones en su ciudad, y que la suya es una filosofía inclusiva que busca lo mejor para todos. Eso sí, la seguridad viene primero. Me dijo que la última ola de violencia y de acuchillamientos, patente el año pasado, es el producto de la incitación por parte de radicales, que dispersan mentiras, en tanto manipulan particularmente a los jóvenes. Sugirió no estar preocupado fundamentalmente por los clivajes de Jerusalén. Para él, la presencia de comunidades tan disonantes entre sí, como es la brecha entre ultraortodoxos y seculares, es una de las características inherentes de la ciudad. A lo largo de nuestra conversación, me causó la impresión que, para mi entrevistado, administrar estos y otros problemas no es una cuestión de ideología, pero más bien una cuestión de disciplina metódica y de vocación pública.
– La primera pregunta que me gustaría hacerle tiene que ver con la última ola de acuchillamientos y violencia en la ciudad. El año pasado dijo que los israelíes tienen que armarse a sí mismos para protegerse a sí mismos. ¿Pero cómo puede ser frenada esta ola violenta? ¿Piensa que la violencia cesará de aquí al corto plazo?
– Primero que nada, tuvimos una ola de violencia hace un año, y, en los últimos tres o cuatro meses, Jerusalén se ha vuelto una de las ciudades más tranquilas del planeta. Cuando mirás en retrospectiva, queda claro que Jerusalén ha lidiado con la situación, incluyendo el desarrollo de pensamiento innovador para pensar la cuestión de cómo hacerle frente al terrorismo.
– Creo que las medidas tomadas por las fuerzas de seguridad israelíes, y por la municipalidad, son tales, que hemos reducido drásticamente el nivel de violencia y de terror. De modo que, en retrospectiva, cuando te percatás de que hay más policía, de que la gente está más alerta, y que hay una noción más clara sobre cómo distribuir a nuestras fuerzas de seguridad –incluyendo otras políticas, como incrementar la duración del día escolar, o bien incrementar el castigo para los tipos malos– te das cuenta de que son todas medidas que se apoyan entre sí.
– Hoy el mundo nos está preguntando, “¿cómo lo hicieron?”. Estamos compartiendo nuestra experiencia con otras ciudades. Que los israelíes porten armas es una ventaja local, que no necesariamente pasa en otras partes del mundo. Debo recordarte que, en Israel, hasta la edad de 40 años, muchos reservistas son soldados de combate. No lo permita Dios, pero se los llamará si hay una guerra. El nuestro es uno de los ejércitos más profesionales del mundo. Así y todo, solo el 2% de los ciudadanos israelíes portan armas licenciadas. En caso de emergencia, si hay una ola de ataques terroristas, el hecho de que lleven armas es una gran ventaja a favor de Israel. Si te fijas, un tercio de los ataques fueron neutralizados por civiles antes que por agentes de seguridad. Asique esta es una gran ventaja. Funcionó. Ayudó. Y ahora que las cosas están tranquilas, no necesariamente se necesita de esta ventaja. Pero queda claro que se necesita en el caso de otra ola de violencia, y estamos muy agradecidos con nuestros ciudadanos por tomar responsabilidad, y estar dispuestos a asistir a las fuerzas de seguridad. No me cabe la menor duda de que la participación ciudadana permitió bajar el nivel de violencia.
– Israel es muy criticado, especialmente en el extranjero, y la típica crítica apunta a que Israel está alienando a los palestinos. Se dice que está creando las condiciones que posibilitan la aparición de extremistas, empujándolos indirecta y consecuentemente a ejercer la violencia. ¿Qué tiene para decir sobre este tipo de alegatos?
– Bueno, es un hecho que la mayoría de los árabes de Jerusalén quieren vivir en una ciudad unificada; y que la violencia no tiene nada que ver con el progreso que estamos haciendo con las comunidades árabes de la ciudad. La tendencia es positiva. La violencia tiene que ver con las incitaciones que vienen haciendo los extremistas y radicales. Cuentan mentiras sobre Israel y dicen que queremos apoderarnos de Al-Haram Al-Sharif [la Cúpula de la Roca], y el monte del Templo, cosa que es mentira. Pero vimos que muchos jóvenes y adolescentes en Jerusalén se compraron la mentira. En este sentido, durante la última ola de violencia quedó muy en claro que los jóvenes estaban siendo manipulados por extremistas. Una vez que confrontamos la violencia, y manifestamos que estas incitaciones estaban hechas a partir de mentiras, las cosas se calmaron.
– La realidad es que la relación entre musulmanes, cristianos y judíos en Jerusalén está mejorando muchísimo.
– Bueno, justamente quería preguntarle acerca de esa cuestión. Principalmente, acerca de las divisiones entre los residentes judíos y los residentes árabes. Aunque en términos formales la ciudad está unificada, muchos dirían que existe una división de facto, y que existe una línea cultural separando el lado judío de la ciudad con el lado árabe. Por ejemplo, se dice que esto se debe a que los residentes árabes fueron descuidados, y rezagados por muchos años. ¿Piensa que esta situación es sostenible? Es decir, ¿es posible integrar a los barrios árabes en, llamémosle, los barrios judíos?
– Mirá, déjame dividir tu pregunta en algunos puntos. El primer punto es que si realmente querés entender la ciudad, y si realmente querés ver su futuro, tenés que irte atrás 3000 años. La ciudad de Jerusalén nunca fue dividida. Su filosofía, su rol, y su futuro, son inclusivos. Jerusalén les pertenece a todos. Todos pueden venir, y cuando ves a la gente que se interesa por Jerusalén, te das cuenta que hay judíos, cristianos, musulmanes…y en definitiva más de 4 mil millones de personas interesadas y preocupadas por la ciudad. ¡Nunca podría funcionar como una ciudad dividida! La filosofía, y el éxito milenario de Jerusalén como centro del mundo, como lugar en donde todos los peregrinos pacíficos son bienvenidos, descansa en una visión inclusiva. Quienquiera que lo desee puede visitar o mudarse aquí. Por todo eso, más que ninguna otra ciudad, Jerusalén debería permanecer unificada. Eso sí, no conozco ningún ejemplo de alguna ciudad que haya sido dividida y que haya podido funcionar bien.
– Como alcalde de Jerusalén me siento guiado por esta estrategia y filosofía. Estoy esforzándome para traer más inversiones a la ciudad, reducir las brechas, y asumir los desafíos en infraestructura que tenemos por delante. No solo en los barrios árabes. Tenemos desafíos similares en los barrios ultraortodoxos [judíos]…y no solamente tenemos la voluntad, sino que hemos demostrado, en los últimos ocho años de nuestra gestión, que estamos poniéndonos al día, incrementando las inversiones para Jerusalén. Es un desafío, y hemos demostrado, con resultados, que estamos preparados para tomar acciones positivas en este respecto. Asique cuando mirás la realidad, ves un crecimiento continuado de satisfacción entre todos los residentes de Jerusalén, incluyendo musulmanes, cristianos y judíos. Ves crecimiento en números absolutos y relativos, y ves inversiones en los barrios árabes, ortodoxos, seculares y religiosos.
– Lo que sí, tengo un parámetro, y lo que estamos haciendo es llevar a todos los barrios hacia el mismo estándar: quiero mejorar todos los barrios de Jerusalén por igual. Es un proyecto ambicioso, pero gracias a Dios el Gobierno nacional está apoyando nuestras inversiones año a año, en infraestructura, aulas, carreteras, educación, educación no formal…y en todas estas áreas. Estamos empujando y progresando cada año, y la realidad es que la calidad de vida en Jerusalén está en alza, y es cada vez más competitiva en relación con otras ciudades cerca nuestro, y esto incluye por supuesto a los vecinos árabes de nuestra ciudad.
– Aun así, muchos actores de la comunidad internacional insisten en que la situación no es sustentable. Le pongo el principal ejemplo. El liderazgo palestino ha dejado en claro que no está dispuesto a alcanzar un acuerdo de paz si no se divide la ciudad, y esta es una posición adoptada por las potencias mundiales. ¿Cree usted que, si las cosas se dieran, y las condiciones para la paz fueran las indicadas, estaría dispuesto a ceder soberanía sobre algunos barrios de Jerusalén? Si fuera por usted, ¿estaría dispuesto a sacrificar la unidad de la ciudad para alcanzar la paz?
– No. Nunca pasará.
– A ver…como hombre de negocios, si alguien se te acerca y te dice –“mirá, tengo una oferta para vos, y te prometo que vas a perder todo tu dinero” –¿Hay negocio?… ¡Es mal negocio! Nunca va a funcionar. No hay siquiera un ejemplo de alguna ciudad en el mundo que haya sido dividida y que haya podido funcionar. ¡Ni uno! O se quedan disfuncionales, o eventualmente son reunificadas. ¿Asique por qué tenemos que discutir esto de antemano?
– ¿Diría también esto en virtud de un futuro, o acaso potencial Estado palestino?
– No sé a qué te réferis con un Estado palestino…
– El concepto. Lo que vendría a ser un Estado palestino, o por lo menos tal como viene proyectado según el molde de la comunidad internacional.
– Hay una cuestión en torno a la definición sobre qué significa ser un Estado. ¿Tendrán un ejército? No. Y para mucha gente, el no tener un ejército no clasifica como Estado. Ahora mismo los palestinos en Cisjordania tienen autonomía civil.
– Israel ha demostrado en el pasado que sabe cómo dar a cabo con acuerdos de paz. Lo hizo con Egipto, que por lejos era el enemigo más grande que tenía Israel en ese entonces en Medio Oriente. Creamos un acuerdo de paz con Egipto, y lo mismo con Jordania. Creo que Israel demostró que sabe cómo hacer la paz con sus vecinos. Hay voluntad. La voluntad para hacer la paz con los palestinos definitivamente está. Seguramente haya que negociar un buen acuerdo. Hay ciertas líneas rojas que dibujamos para definir lo que sería un acuerdo malo, para mostrar que no vamos a ir por ese lado.
– Hay otros puntos que ciertamente son negociables. Creo que el Gobierno nacional sabrá velar por Israel en dicho acuerdo. Pero mirá…lamentablemente, por lo menos ahora, no creo que tengamos a nadie en el otro lado con mandato: alguien que tenga la capacidad de crear un acuerdo y sostenerlo en el tiempo con el Gobierno israelí. Es algo desafortunado, pero apoyo a [Benjamín] Netanyahu en su esfuerzo por dar con un buen acuerdo con los palestinos, antes que un acuerdo malo del cual nos arrepentiríamos.
– Digamos que tiene a Mahmud Abbas frente a usted. En breves cuentas, ¿qué le diría?
– Le diría lo que te estoy diciendo a vos. Le diría que Israel está dispuesto a crear paz, una paz justa y sustentable, y que hay algunos puntos que requiere Israel para el mantenimiento de la paz en el tiempo…y que, ojalá venga y se siente en la mesa de negociación. Si viene con el valiente mandato para hacer la paz, estoy seguro que Netanyahu va firmar un acuerdo.
– ¿Piensa que hay o tal vez existan propuestas que hayan sido pasadas por alto?
– No sé.
– En términos de hacer la paz, en términos de llegar a una solución permanente…
– No sé. No fui parte de las negociaciones, y no quiero decir cosas que escapan a mi competencia.
– Le hago esta pregunta porque recientemente usted anunció que estaba interesado en traer “nueva sangre, y un nuevo espíritu” al partido Likud. Dicho esto, ¿tiene alguna estrategia o propuesta en mente?
– La filosofía del Likud….
– Perdón, me refiero a que sea distinta a la que pueda tener en este punto el Gobierno
– Bueno, creo que mi aproximación a los palestinos tiene tres elementos, que deberían guiarnos hacía la paz. El primero es muy claro. Israel tiene que tener control total en lo que hace a la seguridad. Dios no quiera, si hay otra ola de terrorismo y violencia, el ejército israelí tiene que tener la habilidad para entrar y controlar la seguridad [en los territorios palestinos]. Esta es una medida que tiene que quedar bien en clara bajo cualquier formato y circunstancia. Si ves lo que pasó en Gaza, luego de que el ejército israelí se retirara, la cosa empeoró muchísimo. No podemos aguantar una situación semejante, y los palestinos tampoco. Esto es, cuando los extremistas se sobreponen a la Autoridad Nacional Palestina. No podemos permitirlo.
– El segundo punto, por otro lado, apunta a que los palestinos tengan una autoridad civil, perfectamente justa. No creo que alguien en Israel tenga problema con que los palestinos se manejen por cuenta propia, y que gestionen la vida civil de los árabes en Cisjordania. Similarmente, los judíos tienen que conducir la vida judía en las ciudades o pueblos judíos.
– El tercer elemento, es incrementar dramáticamente la cooperación económica. Esto es algo que creo que hay que llevar mucho más lejos de lo que se hizo hasta ahora. Mi experiencia en Jerusalén me dice que todos se benefician cuando construís crecimiento económico sostenido. Los residentes musulmanes, cristianos y judíos se benefician. El crecimiento económico que está teniendo lugar en Jerusalén impacta en mayor cooperación, y en una mucho mejor y más honesta coexistencia en nuestra ciudad. Análogamente, creo que si buscas cooperación, tenés que apostar al lado económico, entre los habitantes musulmanes, cristianos, y judíos de Cisjordania. Creo que si esto se hace, los resultados serán muchísimo mejores de lo que se espera lograr con la separación [territorial].
– Creo que esto es algo que el mundo no entiende profundamente. La cosa no pasa por construir muros y separar a los barrios judíos de los barrios árabes en Cisjordania. Por el contrario, la cosa pasa por una mayor cooperación económica. Desde esta perspectiva, el BDS [el movimiento internacional para boicotear a Israel; o Boycott, Divestment, Sanctions por sus siglas en inglés] es exactamente lo opuesto a lo que queremos lograr. Es lo peor que le podes hacer a los palestinos. La cooperación entre israelíes y palestinos, y entre judíos y musulmanes, crean un win-win clásico desde el lado económico. Por eso, si realmente querés que la gente tenga mejor calidad de vida, esta cooperación tiene que pasar.
– Mi filosofía es incrementar el desarrollo económico. Mi experiencia en Jerusalén es que esto funciona espectacularmente bien, y la práctica debería ser expandida a todas las áreas de Israel.
– Mi siguiente pregunta tiene que ver enteramente con un asunto nacional. Tal como lo mencionó, y de hecho como alcalde es reconocido por ello, usted se esfuerza por integrar a todos los barrios, y mejorar su calidad de vida. Pero hay otra brecha importante, no solo entre judíos y árabes, pero mismo entre judíos, particularmente entre los más religiosos y los más seculares. Como muestra de esta realidad, usted, en su condición de alcalde, no concurrió a la Marcha por el Orgullo LGBT que tuvo lugar en la ciudad días atrás. Faltó para no ofender a los sectores religiosos. Como parte de un debate más amplio, ¿piensa que esta brecha puede ser subsanada enteramente?
– A ver…dejame empezar diciéndote que, por diseño, la ciudad de Jerusalén está llena de conflictos. Tiene conflictos entre seculares y religiosos, entre musulmanes, cristianos y judíos…el hecho de que Jerusalén tenga una filosofía inclusiva…no es un error, es una característica. No es casualidad que haya tantos conflictos en la ciudad. Pero tenés que entender que cuando hay un conflicto acá, esto ya es natural para nosotros. Resolviendo y administrando estos conflictos, le estamos mostrando al mundo como lidiar con este tipo de problemas. Mirá, hay un famoso dicho hebreo que viene de la Biblia, ki mitzion tetzé torah, (כי מציון תצא תורה) …de Sion, de Jerusalén, saldrán nuevas ideas, habrá liderazgo, habrá Torá [la ley judía], emergerán nuevos estándares para el mundo. Y esto es exactamente porque hay una filosofía inclusiva, y a su vez tenemos todos los conflictos internamente.
– Por ejemplo, bueno, vivimos juntos en la ciudad, y hay lugar para todos. Hay lugar para la gente gay y lesbiana, hay lugar para la gente ultraortodoxa, y la pregunta es cómo hacemos para vivir juntos. Como alcalde, este es mi octavo año. Antes de eso, estuve cinco años en la oposición. Siempre apoyé todos los derechos de la gente gay y lesbiana en la ciudad de Jerusalén. De hecho, durante mi gestión, ¡nunca se quejaron! Recibieron lo que les corresponde por ley, y, lo que es más, recibieron consideración. Y, sin embargo, como alcalde de Jerusalén, nunca fue a la Marcha por el Orgullo Gay. Siempre les digo que tengo muchas circunscripciones en la ciudad, y si bien siempre defenderé sus derechos, al mismo tiempo tengo que considerar a otros vecinos de Jerusalén. No es que sea un problema para mí, pero ellos piensan que los desfilen son ofensivos, y yo, como alcalde de todos los citadinos, me preocupo por todos mis chicos y todos mis ciudadanos. Para mí, para administrar la situación, hay que estar muy alerta, y muy al tanto con todos los sectores, con todos los grupos, y entender que estos conflictos nunca desaparecerán en nuestra ciudad de Jerusalén. Siempre estarán acá, precisamente porque la nuestra es una ciudad inclusiva.
– Me siento… ¿cómo lo puedo decir? Muy honesto y justo con todas las circunscripciones.
– Usted es un político, y me gustaría preguntarle lo que el típico empleado de recursos humanos, de una empresa multinacional, le pregunta a un candidato durante una entrevista laboral. ¿Cómo se ve así mismo en diez años? ¿Se ve involucrado formando el futuro de Israel?
– Bueno, tengo el inmenso honor de servir como alcalde de Jerusalén. Es un papel asombroso en muchos aspectos…la influencia, y la habilidad para crear nuevos estándares para la ciudad. Fíjate que tengo 31 miembros en el Consejo Municipal: 30 son parte de mi coalición. Otra vez, eso es parte de nuestra filosofía inclusiva. Estamos manejando una coalición así de grande, y pensá por un segundo que 30 miembros de Jerusalén, con todas sus sectas y diferencias, alzan sus manos para acordar las decisiones que tomamos en el Consejo. A nadie se le va a ocurrir ponerse a discutir conmigo si esta modalidad es la adecuada o no. Nadie se pone a cuestionar nuestra filosofía inclusiva.
– Soy un emprendedor, y actualmente soy un emprendedor público. Vine acá a hacer cambios. Vine a mejorar la calidad de vida de todos los vecinos. Estamos trabajando para mejorar la economía, para crear increíbles modelos innovadores, para traer seguridad; que no solamente está a cargo de las fuerzas de seguridad, pero también en nuestras manos como civiles. Hay que integrar la vida civil en un modo que nunca se ha hecho antes. Estamos creando nuevos estándares en educación, en bienestar, y siempre buscando el común denominador entre todos, y buscando la confianza de tantos grupos diferentes. Para mí, todos estos asuntos e iniciativas son cosas muy innovadoras. Siento que como emprendedor, estoy marcando la diferencia, mejorando la calidad de vida de todos los residentes.
– Me preguntaste cómo me veo en diez años. Creo que toda esta experiencia es muy relevante en la escena nacional. Cuando terminé mi papel como alcalde, con dos o tres términos, –todavía me queda decidir si me voy a postular para un tercer mandato– no voy a volver a mi carrera empresarial. La amaba, pero usaré esta experiencia para el nivel nacional. Si fuera por mí, me gustaría quedarme como funcionario público, y luego de mi rol como alcalde, pasar al plano nacional.
– Mi última pregunta, relacionada con su experiencia en los negocios y en el mundo del high-tech, tiene que ver con el sitio de donde provengo. Últimamente se ha dado un acercamiento sin precedentes entre Israel y algunos países de América Latina. ¿Cuál es el rol de la alta tecnología en la diplomacia y en la política?
– Primero que nada, gracias a Dios, Israel está usando nuestra experiencia en high-tech para crear un mundo mejor. Compañías de las que yo fui parte cuando era un emprendedor y un inversor están trabajando para crear un mundo mejor…en seguridad automovilística, en seguridad informática. Todas estas medidas son relevantes para la gente alrededor del globo. De modo que, compartiendo nuestra tecnología, nuestra experiencia, nuestras ideas innovadoras, creando un mundo mejor, es algo que tiene relevancia para todo mundo, lo que incluye por supuesto a América del Sur. Creo que tenemos algo para ofrecer, para mejorar la vida en el mundo. Aunque lamentablemente nuestros enemigos y los terroristas nos quieren destruir, como parte que somos del mundo libre, nosotros nos concentramos en como contribuir para un mundo mejor. El hecho de que tengas algo para compartir, y para dar, y para crear, une a la gente. Por eso, expandiendo los lazos comerciales, expandiendo la innovación, y compartiendo experiencias, a través del espectro de países libres y democráticos, estarás estableciendo situaciones de win-win; muy beneficiales para todas las partes.
– Creo que esto va a pasar. Cuanto más se concentre el mundo en mejorar la vida en el planeta, más alineados estarán los intereses del mundo libre. Por un lado, combatiendo el terrorismo, pero más importante, trabajando en colaboración para hacer un mundo mejor, lo que impacta positivamente sobre las relaciones diplomáticas, el crecimiento económico, y, en definitiva, todo será un gran factor para estabilizar y mejorar las relaciones internacionales.