El islam radical tiene algo en común con el movimiento propalestino Boicot, Desinversiones y Sanciones, mejor conocido por su acrónimo BDS. Comparten el odio hacia Israel y transmiten una marcada judeofobia. Muchos activistas del BDS encubren su antisemitismo como antisionismo, en tanto se presentan como anti-Israel mas no como antijudíos. Sin embargo, ambas corrientes abogan de un modo u otro por la destrucción de Israel. Su desaparición haría igualmente felices a santurrones universitarios y yihadistas islámicos. Ambos grupos piden por la liberación de Palestina “desde el río hasta el mar”, lo que necesariamente implica el desmantelamiento forzado de la estatidad judía.
La voluntad por ver a los judíos desaparecer es patente entre los extremistas islámicos y la militancia propalestina. Por esta razón, pese a las muchas diferencias entre doctrinas, existe una misma disonancia cognitiva. Los enemigos de Israel predican por el boicot o su destrucción, y con todo emplean tecnología israelí. Aunque la comparación entre yihadistas y agitadores progresistas podría sonar desmesurada, ambos grupos comparten ejercicios mentales parecidos para justificar algunas contradicciones éticas ineludibles. Continuar leyendo «El BDS y el islam radical»
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 10/05/2016.
El 25 de abril los estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile (UCh) decidieron, por medio de una votación representativa, adherir a su casa de estudios a una campaña para boicotear a Israel. Por medio de la presión estudiantil, el objeto de la resolución adoptada consiste en vetar la participación de cualquier persona proveniente de Israel que, según la interpretación facultativa de los delegados, esté vinculada con la ocupación de los territorios palestinos. De esta manera, la universidad más antigua del país, pública, y posiblemente la más prestigiosa también, se suma, virtualmente incondicionalmente, al movimiento internacional para defenestrar al Estado hebreo. Se trata de la última victoria en América Latina del atolondrado proyecto al “Boicot, Desinversión y Sanciones”, más conocido por su acrónimo en inglés, BDS.
A mi criterio, atolondrado es precisamente el mejor adjetivo, o al menos el más formalmente correcto, para resumir la esencia de este movimiento. Este termino se vuelve especialmente revelador en la medida que da constancia de la ignorancia y de la falta de juicio y mesura de sus integrantes. Solo basta con encuestar a quienes celebran tales medidas para percatarse que lo que está en juego es un odio visceral hacia Israel; tan desproporcionado, que la sombra del antisemitismo siempre termina haciéndose presente.
Si en el mundo hispanohablante existe cierto sentido de ecuanimidad y rigurosidad intelectual, la decisión de la Facultad de Derecho de la UCh debería causar preocupación. Esto por el simple motivo que, con su accionar, la facultad en cuestión le ha cerrado la puerta al debate y a la deliberación. Es decir, no ha hecho otra cosa salvo traicionar el espíritu de toda escuela que se precie a sí misma. Ha derogado simbólicamente el ejercicio de cuestionar, la pesquisa por el conocimiento, y la razón académica de conocer el mundo mediante la exploración constante de sus problemas. Continuar leyendo «Sobre la Universidad de Chile y el boicot a Israel»
Artículo Original. Publicado también en AURORA el 17/06/2015.
La reciente controversia en torno a la decisión de Orange, el gigante francés de las telecomunicaciones, de retirar sus negocios en Israel para “ganar la confianza de los árabes” ha vuelto a dar cobertura mediática a la campaña internacional propalestina de boicot contra Israel, conocida por su acrónimo BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones). Se trata de un esfuerzo liderado por diversos activistas de todo el mundo que buscan deslegitimizar al Estado judío, esencialmente llamando a los países y a los particulares a no hacer negocios con Israel, no consumir sus productos; y quizás lo que es más grave – yendo un paso más lejos – llaman a no recibir a sus intelectuales, a no contratar a sus docentes, factualmente instando a la exclusión de los israelíes de los foros en todo campo y disciplina. En teoría, el BDS constituye una campaña consolidada para poner coto a la presencia israelí en Cisjordania y al supuesto apartheid que allí ha sido establecido. En la práctica, entre sus adherentes, el boicot integra no solamente a activistas de los derechos humanos, pero también a muchas personas que reniegan el lugar que tiene Israel en el mundo, y por lo menos en mi opinión, no me cabe duda que algunos preferirían verlo destrozado antes que ver a los palestinos resarcidos por las desdichas que están pasado.
Mas allá de la opinión que cada quien tenga sobre el comportamiento de Israel en los territorios palestinos, me permito establecer que el BDS representa un conglomerado de atolondrados. Para empezar, aunque algunas denuncias son sinceras y de hecho son replicadas por organizaciones civiles israelíes, especialmente en lo referido a situaciones de abuso y maltrato por parte de las fuerzas castrenses, en la mayoría de los casos tienden a sobredimensionar la culpa de Israel y a entrar en simplificaciones maliciosas. Continuar leyendo «El boicot de los atolondrados contra Israel»