El 22 de junio Israel apoyó una resolución crítica hacia China impulsada por los países occidentales en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (UNHRC). Teniendo en cuenta el pragmatismo diplomático que ejercita Jerusalén en la última década, la decisión de contrariar a Beijín representa un giro no menor en política exterior. Según reportan los observadores, este desarrollo sugiere que Israel ya no puede permitirse ser neutral en los asuntos que atañen a la implícita rivalidad geopolítica entre Estados Unidos y China.
El asunto es mucho más que anecdótico, y quizás podría trascender más de lo que quisieran los chinos. En esencia, aunque es temprano para determinar cómo evolucionará la relación sino-israelí, o —mejor dicho—, cómo reaccionará China frente a la inesperada afrenta de una potencia intermedia, el devenir de tales controversias dirá qué es más importante para Xi Jinping: ¿comercio y economía, o diplomacia y política? Continuar leyendo «Israel – China: ¿Lazos económicos sin amistad diplomática?»
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 14/04/2021.
El reciente bloqueo del canal de Suez demuestra, en clave geopolítica, la necesidad de crear nuevos pasos para el comercio internacional. Por el canal egipcio, un cuello de botella inaugurado hace poco más de 150 años, circula más del 10 por ciento del tráfico marítimo mundial, de modo que el estancamiento del portacontenedores panameño, varado durante una semana, causó pérdidas descomunales.
Según la aseguradora británica Lloyd’s, cada día de bloqueo costó 9.600 millones de dólares en pérdidas directas, pero posiblemente mucho más en los desgastes indirectos de las jornadas desperdiciadas. En consecuencia, más que anecdótico, el fiasco puso de relieve la vulnerabilidad de las cadenas logísticas extensas, la necesidad de abaratar costos, y el desafío de minimizar riesgos a la continuidad de negocios. Continuar leyendo «¿Una alternativa al canal de Suez?»
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 05/09/2o19.
En 1890 Alfred Thayer Mahan publicó “La influencia del poder naval en la historia”, uno de los tratados fundacionales de la geopolítica moderna. Debido al éxito internacional del libro, el entonces capitán de la armada estadounidense pasó a convertirse en un estratega de la talla de Clausewitz. En dicho texto, y en una secuela publicada dos años más tarde, Mahan analizó la historia de los imperios y mostró el rol trascendental del poder marítimo (y en particular el naval-militar) a la hora de definir el éxito y la seguridad de los Estados.
Mahan instruyó a los jefes políticos y militares de su era a concebir a la fuerza naval como un factor indispensable e impostergable; sobre todo a los efectos de proteger el comercio y a la vez denegárselo a los enemigos. Se difundió así la noción de que el éxito en la guerra está estrechamente relacionado con el control del mar. En este sentido, la doctrina resultante señalaba que el dominio de los océanos permite avanzar los intereses y objetivos de las potencias.
Si bien Mahan no descubrió nada nuevo, su obra institucionalizó y popularizo, de cara al siglo XX y en adelante, una creencia clave: el país que controle los océanos expande su campo de acción fuera de su territorio nacional. Por tanto, contar con una armada poderosa es el paso cardinal que todo aspirante a potencial global debe tomar. Esta es la lección que actualmente da lugar a una nueva carrera armamentística por el control de los mares; y a una diplomacia basada en mostrar los dientes. Continuar leyendo «El renacimiento del poder naval en el siglo XXI»