Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 04/05/2018.
En 2014 el exalcalde de Londres, ahora secretario de Exteriores británico, Boris Johnson, publicó un libro titulado “El Factor Churchill” (The Churchill Factor). El texto contempla el impacto de Churchill en la política de su país y el mundo. A veces errático, testarudo, egocéntrico, pero también carismático, la presencia y oficio de Winston constituye en la narración de Johnson un factor de peso pesado. No faltan motivos para que la sombra de este estadista tenga proyección global hasta nuestros días, siendo el arquetipo de héroe que muchos líderes quieren imitar.
A Donald Trump ciertamente le gustaría compararse. Sin ir más lejos, se presenta como el salvador de su país frente a tanta adversidad en el mundo. Pero en los puntos importantes hay más diferencias que similitudes. Churchill fue un estadista letrado y multifacético, y Trump –en cambio– un empresario inculto que antepone su imagen a todo. Aun así, es evidente que, para bien o para mal, el factor Trump en política internacional hace mucho ruido. Esto se ve muy claro en los recientes acontecimientos en la península de Corea, y así también con la expectativa sobre el futuro del acuerdo nuclear con Irán. Continuar leyendo «El Factor Trump»
La península de Corea permanece dividida desde el comienzo de la Guerra Fría. A pesar de que en varias oportunidades los gobiernos de Corea del Norte y Corea del Sur han proclamado como meta la eventual reunificación de Corea como estado único, las dificultades persisten y algunas de ellas se agravan con el paso del tiempo. El caso es de importancia no solo para la política internacional de Asia sino también para la teoría de las Relaciones Internacionales.
Hay indicios de que la cuestión de identidad común está cambiando de signo en perjuicio de una eventual reunificación. Las dos Coreas comparten la misma etnicidad, historia y lengua. Sin embargo, los sistemas políticos y de valores no podrían ser más opuestos, y la conducta del régimen de Corea del Norte ha contribuido ciertamente a su imagen en el sur: lanzamientos de misiles, pruebas nucleares, abusos de derechos humanos bien documentados, entre otros.
Es cierto que los surcoreanos entienden la diferencia entre el régimen de Corea del Norte y los norcoreanos como población. En particular, las generaciones de más edad conservan una memoria histórica del origen de la división y la separación de sus familias, y se manifiestan proclives al reencuentro con sus parientes. Pero el componente emotivo de la identidad común disminuye con el paso del tiempo. Continuar leyendo «Sobre la reunificación de Corea»
Como analista internacional, encuentro fascinante la mera existencia de Corea del Norte. Quizás esta no sea la palabra más indicada para tratar con este país, y más en concreto con su régimen. No obstante, lo cierto es que esta entidad, la única monarquía comunista del mundo, evidentemente llama la atención. Precisamente, hay quienes dicen que Corea del Norte es una anomalía entre las naciones. Además de que presenta una dictadura unipartidista, la cual ya lleva casi setenta años en el poder, sistematiza el único modelo socialista que luego de tanto tiempo, no muestra ni el menor interés en la reforma económica.
Visto como actor internacional, o como régimen totalitario, se puede decir que la dinastía Kim decidió hacer de Corea del Norte un ente aislado, marginalizado por sus propias maquinaciones y mitos fundacionales. En la península de Corea, septentrionalmente al paralelo 38, no existe la noción de sociedad civil. El impulso totalitario, el culto a la personalidad fastuoso, la propaganda constante, y el sistema de clasificación social basado en la lealtad al régimen (songbun), han creado una nación de pobres y conformistas, de esclavos que viven y mueren para la supuesta gloria de sus líderes mesiánicos.
Sin la narrativa de heroísmo dentro de la continua percepción de victimización, cual distopía orwelliana habría dejado de existir hace tiempo. Y bien, pese a las reformas económicas de China y Vietnam, la caída del Muro de Berlín, y más recientemente las incipientes transformaciones en Cuba, no existe señal alguna de que Pyongyang vaya a modificar su rumbo, tanto en la esfera económica como política.
Más allá de que la trama norcoreana está bien documentada, se desarrolla una suerte de tragedia ad hoc de la que no muchos conocen. Me refiero, en realidad, al caso particular de unos individuos occidentales que por cosas del destino terminaron formando parte del cuerpo propagandístico de la familia Kim. Es la historia de los idiotas útiles que prestan fidelidad a Corea del Norte, para intentar, de una forma u otra, venderle al mundo un paisaje socialista armonioso de fantasía. ¿Por qué no darlos a conocer, e intentar entender sus motivos? Veremos que detrás de ellos se esconde una búsqueda por sentido, propósito y relevancia. Continuar leyendo «Los idiotas útiles de Corea del Norte»