La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) causó desconcierto en la política británica, y conmoción en la arena internacional. Entre otras cosas, Gran Bretaña tendrá ahora que elegir a un nuevo primer ministro, renegociar centenares de contratos con el bloque europeo, esclarecer su política migratoria, y mitigar, especialmente a corto plazo, el impacto económico que trajo consigo la caída de la libra.
En efecto, existe mucha especulación sobre que pasará a continuación. Para los partidarios del Brexit, este representa la “independencia” británica de los burócratas de Bruselas. Para sus detractores, la disociación pone en riesgo la misma continuidad del Reino Unido como tal. Existen amplios sentimientos separatistas entre los escoceses, y estos podrían llegar a buscar un segundo referéndum. Por otro lado, a razón de lo acontecido, muchos conjeturan que el final de la UE podría asomarse por el horizonte. Para los proeuropeos, existe el riesgo de que, en lo sucesivo, otros países sometan a referéndum su membrecía en dicho proyecto de integración continental.
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 31/05/2016.
Este mes marca el centenario del famoso acuerdo Sykes-Picot entre Francia y Gran Bretaña, el tratado secreto más trascendental de la historia moderna de Medio Oriente. Conocido por el nombre de los diplomáticos que negociaron el acuerdo en representación de las potencias firmantes, es recordado por sentar las bases de las fronteras que definen a los Estados contemporáneos de la región. Firmado el 16 de mayo de 1916 durante la Primera Guerra Mundial, el pacto venía a congelar la rivalidad colonial entre Londres y Paris, particularmente en relación a la sucesión del Imperio otomano, entonces perceptiblemente moribundo.
La relevancia de Sykes-Picot como hito histórico estriba no tanto en el pacto en sí, pero más bien en los eventos que desencadenaría desde 1916 en adelante. Existe la creencia inexacta, mas ampliamente difundida, que el pacto creó las fronteras de los países que actualmente componen la región. Este delineamiento sería el resultado de negociaciones y acontecimientos venideros que reemplazarían el orden establecido por el tratado original. No obstante, lo que sí es cierto, y allí su importancia, es que Sykes-Picot dividió Medio Oriente (o más concretamente al Levante extendido) en áreas de influencia, las cuales esencialmente condicionaron la formación de las actuales entidades políticas, a los intereses y discrecionalidad de los miembros del Entente anglo-francés (con el consentimiento de la Rusia zarista, a la cual se le prometió territorios en Turquía).
El hecho de que estas fronteras hayan sobrevivido cien años da testimonio de la firmeza de la herencia colonial en la construcción de Estados, algunos de ellos esbozados virtualmente de la nada sobre un mapa. Sin embargo, simultáneamente, parecería que estos comienzan a desmoronarse. La legitimidad de las entidades políticas que en algún punto nacieron como productos de la repartición de las potencias es fuertemente cuestionada. Esto ha quedado en evidencia con el relativo éxito del Estado Islámico (ISIS), que busca suprimir expresamente los trazos “artificiales” que envuelven la región. De este modo, en tanto los analistas se preguntan hacía donde se dirige Medio Oriente, conviene analizar la trayectoria de Sykes-Picot, y su impacto en la contemporaneidad. Continuar leyendo «Sykes-Picot: un siglo después»
El reino jordano, una monarquía constitucional, ha cambiado su legislación para darle más poder al rey, Abdalá II, quien básicamente tendrá, a partir de ahora, la competencia de designar cargos políticos prominentes. Puede designar a su propio regente y al príncipe heredero sin necesidad de obtener consenso previo, o de pasar por las formalidades preestablecidas. Esta reforma viene a complementar una modificación de 2015, por la cual el soberano puede ahora designar y remover a los jefes militares y de inteligencia a discreción.
Hasta hace poco tiempo atrás, el rey, aunque retiene una influencia predominante sobre el cuerpo legislativo (que de por sí es conservador y realista), formalmente hablando solo podía nombrar al primer ministro. En teoría, las reformas van apuntadas a garantizar que los cargos clave no sean politizados. La idea defendida por la casa hachemita es que los cargos castrenses deben quedar ocupados por especialistas en base a sus méritos y experiencia, y no así en base a sus inclinaciones políticas.
Ahora bien, claramente el criterio para discernir entre quien es apto y quien no depende de la discrecionalidad del soberano, cosa que viene a realzar desde lo judicial las competencias del rey por sobre el parlamento. Siendo este el caso, es fácil entender porque la medida es vista como una traición al supuesto espíritu democrático de la Primavera Árabe. En 2011 el Abdalá había prometido un país más participativo, con espacio para la deliberación popular. Entonces, ¿qué ha cambiado? Continuar leyendo «Jordania: menos democracia y más estabilidad»
Jordania se enfrenta a una crisis de refugiados agraviada por las serias falencias económicas del país. Los recursos del reino hachemita no dan abasto para sostener al creciente esfuerzo humanitario, el cual debe ocuparse de un estimado cercano a 650 mil personas. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la llegada de tantas personas, sobretodo de Siria, está poniendo a prueba la ya limitada capacidad del Estado para absorber a tantos habitantes. Para un país con 6.459 millones de habitantes, el flujo de refugiados representa cerca de un 10% de la población, y todo indica que la cifra seguirá en aumento. Según algunas estimaciones extraoficiales, el número real habría superado el millón de refugiados.
Ya en febrero, este panorama llevó al rey Abdalá II a anunciar que su país se encuentra en el punto de ebullición, y que “tarde o temprano la presa va a reventar”. Según el monarca, el 25% del presupuesto del Estado se ocupa en la cuestión de los refugiados. En este aspecto, Amán pide desesperadamente mayor asistencia internacional para responder a semejante desafío. Los analistas opinan que el gran caudal de refugiados podría desestabilizar el país, en la medida que los recién llegados se insertan en las comunidades urbanas, dando pie a la percepción de que los migrantes se llevan los trabajos y los recursos del Estado. ¿Están justificadas entonces las palabras del rey? Continuar leyendo «¿Inestabilidad y crisis en Jordania?»
Existe una opinión muy difundida alrededor del globo que consiste en señalar que si el conflicto israelí-palestino terminara mañana, el leitmotiv de la yihad, la guerra santa contra “los pérfidos judíos”, siempre presente en el islam radical, perdería su tono para eventualmente convertirse en un susurro. Esta creencia supone que si los israelíes y palestinos firman la paz, tanto árabes como musulmanes en general no tardarán en verse forzados, dadas las circunstancias, a resignarse a convivir con un Estado judío como vecino. No obstante, si bien esta hipótesis se justifica con algunos argumentos, vistas las cosas en perspectiva, la misma resulta poco realista – y hasta algo ilusoria también.
Recientemente el rey Abdalá II de Jordania suscribió en público a esta idea. El monarca hachemita se dirigió al parlamento europeo, y advirtió que el conflicto entre israelíes y palestinos sirve como un grito de guerra para los yihadistas. Si bien admitió que la lucha contra el extremismo es una tarea que pesa sobre las naciones musulmanas, al final aseveró que el problema de raíz yacía en el fracaso de la comunidad internacional para defender los derechos palestinos. “Este fracaso – dijo – envía un mensaje peligroso”. Continuar leyendo «La yihad no termina con una paz entre israelíes y palestinos»