Publicado originalmente en INFOBAE el 16/12/14.
La semana pasada se dio a conocer el informe del Senado estadounidense sobre el programa de detención e interrogación llevado a cabo por la CIA, en “la guerra contra el terror”, durante la administración de George W. Bush. Alabado por la bancada mayoritaria demócrata, y duramente criticado por la bancada republicana, la confección del informe llevó cinco años, consumió $40 millones de dólares, y arrojó 6.000 páginas – que aún no han sido desclasificadas en su totalidad.
Por descontado, enhanced interrogation techniques – “técnicas mejoras de interrogación” – es un eufemismo elegante para decir tortura. ¿Pero es legal la tortura llevada a cabo por una democracia en momentos de riesgo críticos? El debate no es nuevo, y en este aspecto, el informe del Senado llega como una crónica ya anunciada. Nadie ha quedado sorprendido por las anécdotas ahora desglosadas, que narran la tortura llevada a cabo en los centros de detención estadounidenses. La pregunta fundamental pues, es sí es posible tolerar cosas como “el submarino” (waterboarding), la privación forzada de sueño, fuertes golpizas, o la simulación de una ejecución súbita, todo en pos de extraer información crucial para la seguridad nacional. Continuar leyendo «El caso contra las “técnicas mejoradas de interrogación»»