El caos permanente de Medio Oriente

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Un monumento improvisado pidiendo justicia frente a las ruinas de los silos de grano que fueron destruidos por la explosión en el puerto de Beirut, el 4 de agosto de 2020. A un año del incidente, al menos 84 personas resultaron heridas durante protestas violentas por la percibida impunidad de las autoridades políticas y la agravante crisis ecónomica. En cierta medida, la situación en Líbano es representativa de problemas mayores en todo Medio Oriente. Crédito por la imagen: Hussein Malla / AP.

La situación regional en Medio Oriente continúa siendo altamente inestable. Pese a ciertos avances en materia diplomática, efectuados para diferir conflictos y cementar realidades prácticas, lo cierto es que, entre los analistas, la incertidumbre y el potencial de violencia están al orden del día. Esta apreciación se manifiesta en diversos países que transitan crisis políticas sistémicas; y de tal envergadura, que además ponen en duda el propio futuro de algunas estatidades.

Desde Líbano a Túnez, y desde Yemen a Iraq, existe un evidente riesgo político que atenta contra el crecimiento económico, lo que queda de institucionalidad, y la tranquilidad de millones de personas que no tienen en claro hacia donde se dirigen sus destinos. Luego de los conflictos fratricidas derivados de la llamada Primavera Árabe, la presente década inaugurada por la pandemia del COVID-19 seguramente arrojará más desesperanza, impulsada por estatidades disfuncionales e incluso el cambio climático.

Los próximos años representarán un decenio de encrucijadas, donde se debatirá el futuro del islamismo, el resurgimiento del yihadismo, la convivencia entre sectas y facciones, la vieja dicotomía entre liberalización y autoritarismo, y la sustentabilidad económica y ambiental. Continuar leyendo «El caos permanente de Medio Oriente»

Rachid Ghannouchi: ¿demócrata islamista?

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Ghannouchi
Rachid Ghannouchi es el líder y principal intelectual del partido Ennahda, una de las principales fuerzas políticas de Túnez. Ennahda es una plataforma islamista que ha llamado la atención por distanciarse del ejemplo de otros grupos con afinidades ideológicas en la región. Gracias a su disposición al dialogo y a la conciliación nacional, Ghannouchi ha sido reconocido por los comentaristas como un moderado que podría cambiar la faz de los movimientos islamistas. Aún más, recientemente ha declarado que su partido abandonaba su pretensión de llevar la religión a la política. Crédito por la imagen: Nicolas Fauque / Le Monde. 

“El histórico partido islamista tunecino Ennahda quiere dejar de ser islamista”. Así lo anunciaba El País el último 22 de mayo. Si la aseveración es cierta, se merece justamente ser presentada como noticia. Resulta que, conceptualmente hablando, islamismo y democracia parecen términos opuestos, incompatibles entre sí. A la luz de los hechos, hablar de un “islamismo democrático”, esto es, en un sentido liberal y republicano, es un oxímoron que no se contrasta con el comportamiento verídico de las plataformas islamistas, como Hamas y la Hermandad Musulmana. Por ello, cuando Rachid Ghannouchi, el histórico líder e intelectual de Ennahda (“renacimiento”), llamó a separar Estado de religión la semana pasada, los medios internacionales anunciaron lo que se percibe como una buena noticia para Medio Oriente.

En concreto, Ghannouchi saltó a la prensa internacional porque en el marco de un congreso partidario dijo que –como parte de un proceso histórico– “debemos separar la religión de las luchas políticas”. Para el dirigente, el debate identitario de Túnez fue resuelto con la constitución de 2014, la cual encontró un juste milieu (un punto medio) entre Estado y religión, limitando además toda forma de extremismo, tanto religioso como laico. Con esta lógica, que algunos prefieren llamar “especialización”, si bien se habla de que las referencias del partido seguirán siendo musulmanas, ya no habría instrucción o sesgo religioso a la hora de hacer política

En consecuencia, la pregunta fundamental que hay que hacerse es si el septuagenario líder es honesto. ¿Es Ghannouchi un verdadero reformista? ¿Cambiará en el futuro la relación entre democracia e islamismo? Continuar leyendo «Rachid Ghannouchi: ¿demócrata islamista?»