Antología del odio palestino

Artículo Original.

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Esta foto de un joven enmascarado blandiendo un cuchillo y haciendo el gesto de «V» de la «victoria» fue compartida por la página oficial en Facebook del movimiento Al-Fatah, el pasado 23 de octubre. Se lee «Seremos victoriosos o moriremos». Al-Fatah es la plataforma comandada por Mahmud Abás, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Crédito por la imágen: Palestinian Media Watch.

Con motivo de la llamada «Intifada de los cuchillos», acaso una tercera intifada, las redes sociales comenzaron a ser testigos de un número creciente de incitaciones al asesinato de judíos. Esto de por sí no es nada nuevo. Existe amplia documentación y evidencia que demuestra que el odio de los palestinos hacia los israelíes viene inculcado desde temprano en la niñez. Es inculcado en el núcleo familiar, en el entorno social y en la escuela. La incitación al odio proviene de libros escolares, de sermones en las mezquitas, y más recientemente de la televisión y las redes sociales. Se trata de una realidad que se ha convertido en una tradición palestina, y sin embargo es frecuentemente obviada por los medios de comunicación y los formadores de opinión.

Por fortuna existen canales que recogen y analizan el comportamiento de los medios palestinos, haciéndolos más accesibles – en su formato original – al resto del mundo. Particularmente querría resaltar a dos institutos que se dedican, en este sentido, a mostrarle a Occidente las cosas que se dicen en los programas palestinos. Me refiero a
The Middle East Research Institute (MEMRI), y a Palestinian Media Watch (PMW). En el espacio que permite este blog, al hablar del conflicto entre palestinos e israelíes, suelo hacer mención de estas organizaciones, a mi criterio “patronatos de la verdad”, en tanto muestran que aún existe una faceta cultural e ideológica fundamentalmente antitética con la paz en la escena palestina.

En base a lo revelado por MEMRI y PMW, desde hace algunos días vengo recopilando videos que manifiestan un odio latente hacia el judío, incitando al asesinato. El hecho delictivo suele ser reivindicado simultáneamente como un acto de redención nacional y como un deber religioso. A mi juicio, la naturaleza de este contenido conlleva intenciones genocidas. En efecto, si uno se guía por la definición estándar de genocidio, esto es (según la Real Academia Española), “el exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad”, vemos que lo que se inculca es un resentimiento que traspasa – por lejos – cualquier agravio perpetrado por la ocupación israelí de territorios palestinos. Aquí propongo mostrar tan solo algunos ejemplos:

El siguiente video (subtitulado en inglés) es un extracto de un programa de televisión trasmitido desde la Franja de Gaza el 16 de octubre. En él, la anfitriona, una niña, glorifica a los mártires que se sacrificaron para acabar con la «tiránica ocupación». Establece sin embargo que los soldados y los colonos israelíes mienten sobre lo que está ocurriendo. Dice que los israelíes asesinan palestinos y luego dejan cuchillos a su lado para montar operaciones mediáticas.

La niña también dice: «Oh muyahidines, conserven sus zapatos porque llegará el día en que todos los museos en el mundo querrán exhibirlos».


El video que comparto a continuación (subtitulado en inglés) también es un extracto de un programa televisivo, transmitido el 22 de octubre desde Líbano. El fragmento muestra una entrevista realizada a la madre de un terrorista. El hijo, Muhamed Shamasne, estuvo detrás de un atentado el 13 de octubre y resultó muerto al enfrentarse a la policía. Él y un compañero comenzaron a disparar y a acuchillar a los pasajeros que, junto con ellos, viajaban en un autobús,  dejando un saldo de dos israelíes muertos y varios heridos.

La madre se presenta como «Umm» Muhamed, la «madre» de Muhamed. El gesto es un vestigio de la cultura trival árabe que aún permanece en Medio Oriente, y en este caso, la mujer decide asentar su identidad remarcando que es la progenitora de semejante «héroe». Se ve a la mujer expresarle agradecimiento a Dios por permitirle a su hijo martirizarse por la mezquita de Al-Aqsa, y pide a los cielos que el resto de sus hijos imiten el noble ejemplo de su hermano. Luego de decir al aire que solo está enojada porque Muhamad no se la llevó consigo al martirio, les ofrece a los periodistas caramelos en celebración por el cometido de su hijo. De sus ropas luego sacó un puñal que dice estar guardando para Israel. La entrevistadora debe contenerla, y la entrevistada reafirma su compromiso de sacrificarse a ella y a los suyos por Al-Aqsa y Palestina.


En el video que se ve ahora (subtitulado en inglés), un clérigo insta al público, durante un sermón pronunciado el 23 de octubre en una mezquita de Gaza, a matar israelíes. Con declaraciones como que «ha llegado la hora de las espadas, del derramamiento de sangre, de los disparos» pues «solo la ira liberará esta tierra», el líder religioso convoca a su comunidad a ir a la guerra. Por si no hubiera sido claro, agrega: «¡háganlos explotar, derramen su sangre, atropéllenlos, descuartícenlos, paralícenlos, hagan que la tierra tiemble debajo de sus pies, pisoteen sus cabezas!»


Lo que sigue es un extracto televisado de un partido de fútbol en Gaza, jugado el 25 de octubre. El comentarista mezcló deporte con la política del terror a tal punto, que, a propósito de un gol,  invitó a los espectadores a pensar en la imágen de un autobús israelí explotando. También aludió a la ciudad de Hebrón defendiéndose con ametralladoras y cuchillos, «enseñándole al enemigo una lección».


El siguiente video (subtitulado en inglés) fue subido a una cuenta de Facebook el 16 de octubre. Se ve a una pequeña niña palestina llamada Rahf con un cuchillo importante, declarando «quiero matar a un judío».  El padre, orgulloso, le pregunta por qué quiere asesinar. Como si se tratara de un juego, con una sonrisa en la cara, la niña responde: «porque se robó nuestra tierra». Luego se ve la imágen de otro infante, presumiblemente el hermanito de Rahf, sosteniendo alegremente el cuchillo.


No todos los promotores de la violencia son «lobos solitarios» o trabajan para Hamás. El siguiente video (subtitulado en inglés) muestra a Yibril Rayub, presidente de la federación palestina de fútbol, y secretario adjunto del comité de Al-Fatah, declarando, el 17 de octubre, que los que salen a acuchillar cometen actos heróicos. Rayub expresa que desea que la fibra moral de los «mártires» pueda recopilarse en un documento, para que este pueda ser enseñado en las escuelas, inculcando a los jóvenes el significado del martirio y el patriotismo.

Aunque insiste en que los terroristas vienen actuando por motu proprio, el funcionario «moderado» aprovecha para saludar con orgullo a la gente que perpetró los ataques contra los israelíes. No obstante, quizás lo mas interesante es que asume con toda honestidad que estas «operaciones» – si bien loables, dice – no pueden ser conducidas abiertamente por los políticos: «Combatimos la ocupación, pero queremos a la comunidad internacional de nuestro lado». «Para la comunidad internacional es inaceptable que un autobús explote en Tel Aviv, pero no le importa lo que le pase a un colono o a un soldado, que se encuentra en el lugar equivocado y en el tiempo equivocado en algún lugar de la tierra ocupada. Consecuentemente, tenemos que pelear de un modo que mantenga al mundo de nuestra parte».


Sobre la Autoridad Nacional Palestina (ANP) puede verse, en el video siguiente (subtitulado en inglés), a otro funcionario declarar por televisión, el 6 de octubre, que la sublevación armada es un acto de «deber nacional». El funcionario es Mahmud Ismail, y proviene del Frente por la Liberación Árabe (ALF), una facción que en su momento fue patrocinada por Sadam Husein.

Ismail es entrevistado a razón del asesinato de un matrimonio israelí, y afirma que sin importar que grupo haya llevado a cabo la «operación», lo importante es que uno haga todo lo que puede por la causa nacional.


Si no fuera suficiente, el propio Mahmud Abás también intentó subirse a la cresta de la ola con declaraciones análogas. A partir del próximo video (subtitulado en inglés), se hace evidente que este tipo de labia es bien recibida por el electorado palestino. Hablando en televisión el 16 de septiembre, el presidente palestino dijo que «bendecimos cada gota de sangre que ha sido derramada por Al-Quds (Jerusalén) – sangre limpia y pura – derramada por Alá”. “Cada mártir alcanzará el paraíso, y cada quien que resulte herido será recompensado por Alá”.


Los académicos y comentaristas asociados con vertientes de izquierda, y que se identifican a pleno con la causa palestina, suelen culpar a Israel por la violencia, polemizando que la ocupación genera antagonismo, provocando axiomáticamente a los palestinos a tomar las armas. Tomándolos como seres desamparados, pobres, y nihilistas desesperados, es muy común escuchar a “expertos” justificar el terrorismo a partir de la injusticia que pesa sobre Cisjordania y la Franja de Gaza. Pero si usted me pregunta a mi está claro que el problema de fondo es otro, y descansa en la insuperable barrera psicológica de los palestinos que no pueden reconciliarse, al menos parcialmente, con la narrativa israelí.

A juzgar por el contenido de esta muestra de videos (entre tantos otros disponibles en Internet), el lamento palestino no se limita a una cuestión exclusivamente territorial. Al hablar de «ocupación», no queda claro si se hace referencia a los territorios que Israel capturó tras la guerra de los Seis Días en 1967, o bien a la totalidad del territorio. Desde ya, si con «ocupación» uno alude al propio Israel, entonces no queda cupo para ningún tipo de compromiso. Por eso, a mi criterio los videos dan la impresión de intenciones genocidas subyacentes, en tanto sus partícipes siguen el patrón que, según los expertos, puede conducir al exterminio sistemático.

Primero se observa la degradación del judío o del «enemigo», y según la circunstancia, se apela a una retórica cargada con más contenido nacionalista, o más contenido religioso.  Puede decirse con seguridad que esto retroalimenta la polarización ya existente, deshumanizando al israelí; creando una otredad negativa que por lo visto, de continuar esta tendencia, permanecerá por generaciones, dificultando el prospecto de una paz duradera.