La sociedad israelí está experimentado un momento de gran convulsión y polarización, motivado por la controversial reforma judicial que propone el Gobierno. Desde comienzos de este año, las manifestaciones semanales masivas evidencian una grieta creciente dentro del electorado israelí, especialmente en su mayoría judía. Los partidarios de la reforma y sus detractores coinciden en describir sus causas como justas y trascendentales, postulando que la identidad de Israel está en juego.
Aquellos que simpatizan con la coalición gobernante sostienen que la reforma es necesaria para desahuciar a una élite supuestamente atrincherada en los tribunales. Discuten que la justicia está dominada por un establecimiento secular y askenazi que ya no representa la situación demográfica del país ni las preferencias de sus ciudadanos. Por otra parte, quienes se oponen a las propuestas argumentan que el Gobierno busca deliberadamente minar la separación de poderes. Los críticos sugieren que el primer ministro Benjamín Netanyahu, señalado por la justicia por corrupción, busca quitarse de encima problemas legales. Continuar leyendo «La reforma judicial en Israel»
Los videojuegos de estrategia siempre fueron uno de mis pasatiempos favoritos, y desde pequeño me atraen los juegos que entremezclan historia con entretenimiento. Cuando era chico, para tranquilidad de mi madre, podía presuponer frente a ella que esta afición no era meramente esparcimiento, pues permitía “aprender jugando”. Para ganar había que ejercitar la cabeza y pensar estrategias. Además, casi por inercia, uno prestaba atención a las tramas argumentativas, muchas veces inspiradas en eventos reales. Así es cómo el Age of Empires ejerció una gran influencia en mi interés temprano por imperios y civilizaciones, o cómo el Commandos —y no la escuela— me introdujo a la Segunda Guerra Mundial.
Ya sea por nostalgia o porque son parte de mi identidad, como adulto retengo el mismo interés por estos juegos, y de vez en cuando continúo sorprendiéndome con la creatividad de las nuevas entregas. Este es el caso de Frostpunk, un título que instantáneamente ganó lugar en mi lista de favoritos. Inserto en el subgénero de construcción y gestión, el jugador es responsable por el mantenimiento y expansión de un asentamiento humano, sitiado por un invierno volcánico apocalíptico. La misión consiste en liderar a unos pobres desamparados y sobrevivir al frío y al hambre a como dé lugar. La acción transcurre en un universo ucrónico a finales del siglo XIX, y, como sugiere el nombre (un guiño al steampunk), el argumento es retrofuturista: toda la tecnología está dominada por el vapor.
No escribo de Frostpunk porque me interese reseñar y analizar su jugabilidad, sus gráficos, o determinar qué tan entretenido me pareció. Lo hago porque quedé encantado con la forma en la que 11 Bit Studios, la joven desarrolladora polaca detrás del título, inserta temáticas fascistas. Si no fuera por ellas, el juego seguramente perdería su magia y pasaría a ser un simulador citadino monótono, acaso otro Sim City sin sabor o sustancia. Por ello, en lo que respecta a la noción de aprender jugando, el potencial de este programa reside en la excelente lección interactiva que arroja sobre el fascismo, posiblemente muy útil para impartir tal concepto en jóvenes y adolescentes. Continuar leyendo «Frostpunk: una lección interactiva de fascismo y el género humano»
El 6 de enero partidarios revoltosos de Donald Trump protagonizaron la inédita y sorprendente toma al Capitolio estadounidense. En vista de muchos, este ataque a las instituciones democráticas fue agravado por el mismo presidente saliente, particularmente cuando twitteó, el 8 de enero, que los 75 millones de ciudadanos que lo votaron son “grandes patriotas norteamericanos”. Si bien Trump ya había publicado un video condenando el asalto en Washington, en su tweet cometió el garrafal error de escribir lo siguiente en referencia a todos sus votantes: “¡¡¡¡No serán irrespetados ni tratados injustamente de ninguna manera!!!”
Ese mismo día, Twitter tomó cartas en el asunto y dio de baja permanentemente la cuenta @realDonaldTrump, el perfil principal utilizado por el presidente. La red social alegó que la censura quedaba justificada en el “riesgo de mayor incitación a la violencia”. Prontamente Facebook anunció que Trump quedaba suspendido hasta nuevo aviso, por lo menos hasta la inauguración de Joe Biden el 20 de enero. Pero la cosa no quedo allí en el establecimiento del Big Tech. Todas las redes sociales anunciaron que tomarían mayores medidas para retirar contenido vinculado con actos violentos.
Dejando de lado los incidentes en el Congreso, la “cancelación” online de un presidente en funciones seguramente venga a marcar un antes y un después en la relación entre Gobiernos y el llamado quinto poder, compuesto por las empresas dominantes en la industria de la tecnología de la información. El quid de la cuestión estriba en preguntarse hasta qué punto debe interceder el sector privado para regular la libertad de expresión. ¿Están las redes sociales capacitadas para decidir qué constituye un discurso lícito y qué representa incitación al odio? Continuar leyendo «El Quinto Poder»
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 06/08/2020.
La presente pandemia del coronavirus trajo a colación diversos debates acerca del mundo poscovid-19. Inmersos en ellos, los analistas discuten el estado de la economía mundial, la regularización del trabajo a distancia, y la normalización de controles sanitarios en aeropuertos y en ciudades. Sin embargo, y aunque por lo pronto suene amarillista, creo que los argentinos también deberíamos considerar temas de otra naturaleza más elemental, enraizada con la propia soberanía y existencia del Estado nacional como tal.
En los sectores productivos del país existe la impresión de que las medidas prolongadas de cuarentena han socavado las bases del contrato social entre los ciudadanos y el Estado. A decir verdad, dicha realización no es del todo novedosa. A juzgar por los discursos y los entredichos de la política, desde hace tiempo tiene lugar una creciente desconexión entre el peronismo y los intereses de los industriales, agroexportadores y comerciantes. Esto ya se vislumbraba tras los resultados de las elecciones generales de 2017 y 2019, las cuales dejaron en el mapa la noción de una “Argentina del centro”. Continuar leyendo «¿La independencia de “Argentina del centro”?»
Artículo escrito por Juan Felipe Veléz Rojas con mi colaboración para ANADOLU AGENCY (AA), publicado el 16/07/2019.
La guerra en Afganistán parece no tener fin. Pese a la intervención de EEUU el 7 de octubre de 2001 con la Operación Libertad Duradera, la población afgana no ha encontrado paz ni ha alcanzado estabilidad alguna.
Informes entregados por el diario The New York Times señalan que el gobierno afgano solo controla el 29% del territorio. De acuerdo con los registros del Departamento de Defensa de EEUU, 2.216 soldados estadounidenses han muerto durante la operación y un estimado del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales dice que Washington ha gastado unos USD 841.000 millones desde el 2001, un costo superior al Plan Marshall, con el que se ayudó a reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Continuar leyendo «¿Por qué es tan difícil lograr la paz en Afganistán?»
Hace tiempo tomé como costumbre escribir reseñas de libros recientes, particularmente cuando estos aportan conceptos o planteamientos relevantes para analizar la realidad contemporánea. Este es el caso de Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español, escrito por María Elvira Roca Barea. Publicado en 2016, este ensayo presenta la existencia y desarrollo de un histórico relato hispanófobo (antiespañol) que aún continua hasta nuestros días, y que –según la autora– se manifiesta en las artes, las finanzas, y en la academia.
En esencia, Roca Barea analiza diversos textos europeos publicados en los últimos cinco siglos; y encuentra patrones y conceptos que se repiten en el tiempo, transmitiendo juicios y valoraciones negativas sobre los españoles y sus gestas imperiales. Encuentra que el resquemor a España es el denominador común que conecta, y en cierto modo define, a las principales experiencias intelectuales occidentales a partir del medioevo, comenzando por el humanismo italiano, siguiendo por el protestantismo alemán, el calvinismo neerlandés, la ilustración francesa, y por último el liberalismo anglosajón.
La autora plantea que España nunca se interesó por defenderse frente a las calumnias producidas por la propaganda hispanófoba, a tal costo que los propios peninsulares terminaron por adoptar la supuesta inferioridad que peyorativamente ha sido impuesta por “el Norte” que se autodefine tolerante, democrático, y laborioso. En este sentido, el ensayo se lee como un tomo de revisionismo histórico, el cual sin disimulo deja entrever la indignación de quien lo escribe.
El argumento de Roca Barea es muy válido, y el libro ha sido muy bien recibido en su tierra. Sin embargo, más interesante aún es el modelo teórico que utiliza para emparentar a todas las formas de imperiofobia, pensando a esta como un prejuicio racista, o bien como “la aversión indiscriminada hacia el pueblo que se convierte en columna vertebral de un Imperio”. De esta definición estriba el título de la obra. Para entender el odio hacia España es menester entender que todo Imperio a lo largo de la historia es difamado por élites que lo detractan, pues “el que manda siempre tiene mala prensa”. Continuar leyendo «Conceptos de Imperiofobia y el odio hacia España»
“¿Contratarías a un pedófilo para dirigir un preescolar?”. Con esa pregunta, el alcalde de Caracas exiliado, Antonio Ledezma, resumió en unas pocas palabras las sensaciones que uno se lleva luego de participar de la Cumbre de Ginebra por los Derechos Humanos y la Democracia, organizada por UN Watch y una coalición internacional de 25 organizaciones no gubernamentales de derechos humanos. Son sensaciones que van desde la contradicción y la incredulidad, a la ironía o la frustración.
El evento tuvo lugar, el pasado 20 de febrero, pocos días antes de que las Naciones Unidas dieran apertura a la sesión de marzo del Consejo de Derechos Humanos (CDH). La fecha fue elegida con absoluta intención. Pero el público principal al que se intentaba llegar no era solo el grupo de 700 personas sentadas en la sala principal del Centro Internacional de Convenciones de Ginebra. En realidad, el objetivo era llamar la atención de los diplomáticos y empleados de embajadas de todo el mundo con duros testimonios acerca del triste estado de los derechos humanos en muchas partes del mundo.
Muchos de los funcionarios que caminan a diario por los pasillos y salones de las Naciones Unidas en su sede en Suiza deberían estar al tanto de esta realidad. Aunque se dedican a darle forma a la agenda internacional en materia de derechos humanos, muchas de estas personas tienen oídos sordos. Peor aún, algunos son cómplices de los perpetradores. Continuar leyendo «Manteniendo viva la lucha por los Derechos Humanos»
Columna invitada. Artículo por Kevin Levin. Publicado originalmente en ESPARTACO REVISTA el 28/12/2017.
A mediados de 2014, Yusuf Sarwar y Mohammed Ahmed se declararon culpables de actos de terrorismo por haber abandonado su Inglaterra natal unos meses antes para ir a luchar junto a los combatientes del denominado Estado Islámico en Siria. La investigación reveló que, justo antes de salir, los jóvenes habían obtenido vía Amazon copias de Islam for dummies y Koran for dummies.
Este y otros casos similares nos presentan una extraña paradoja, la de alguien que mata en nombre de una religión que apenas conoce. Podríamos pensar también que es la paradoja de quien lucha contra una opresión que no conoce, o abraza una muerte segura por una causa que hace suya.
Hace algunos años, un gran interrogante desafía a los intelectuales y políticos europeos: ¿por qué miles de jóvenes europeos en apariencia asimilados a la cultura de sus países de nacimiento deciden abandonar la relativa comodidad de sus vidas para ir a luchar en defensa del autodenominado Estado Islámico? ¿Por qué personas que están comenzando sus vidas y para quienes la religión en muchos casos no ha sido un factor de peso en sus etapas formativas, repentinamente rechazan el mundo que conocen y se lanzan a una guerra religiosa que los lleva a pelear en tierras lejanas o realizar atentados en sus propios países? Continuar leyendo «El jihadismo en debate»
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 30/11/2017.
El semanario satírico Charlie Hebdo volvió a desatar polémica, suscitando un debate en Francia en torno a los límites de la libertad de expresión. El caso comenzó a raíz del affaire Tariq Ramadan que trascendió en todos los medios del país. Ramadan es un prominente intelectual y apologista islámico que venía perfilándose como una de las voces más influyentes de una corriente reformista y acaso modernista del islam. No obstante, si bien esta reputación lo benefició con cátedra en Oxford y el respeto de los círculos progresistas, Ramadan tiene detractores que lo acusan de ser un reaccionario y un misógino encubierto, que altera su discurso según la audiencia y la circunstancia. (Escribí un ensayo al respecto, puede ser accedido aquí.) Por lo pronto, estos críticos se anotaron un gran punto a favor. El escándalo involucrando a Ramadan se destapó el 20 de octubre pasado, cuando Henda Ayari, una conocida activista musulmana que lucha contra la violencia de género, lo denunció por acoso sexual. Luego comenzaron a caer más denuncias similares en su contra, en sintonía con la reacción mundial que devino a partir de la caída en desgracia de Harvey Weinstein.
A diferencia de otros casos de acoso en el mundo de las luminarias, el de Ramadan trasciende la violencia de género. En rigor, también toca otra cuestión de fondo que levanta pasiones y hiere sensibilidades en Francia y en el resto de Occidente. Me refiero al rol de la mujer en la coyuntura islámica, y en el ideario social que se desprende de los recados de la religión. Esto es lo que quiso mostrar Charlie Hebdo con su semanario del primero de noviembre. Su portada mostró a un Ramadan caricaturizado como depravado sexual que afirma ser “el sexto pilar del islam”, en referencia a la grotesca erección del personaje y su presunto egocentrismo. Inmediatamente después de salir a la venta dicha edición, Charlie Hebdo recibió amenazas de muerte contra sus dibujantes. Desde luego, se trata de un reminiscente de la masacre acontecida en enero de 2015, cuando terroristas irrumpieron en la redacción del semanario asesinando a doce personas.
En lo sucesivo, a lo largo de noviembre, Francia presenció un intenso debate que viene dándose de larga data: ¿deberían prohibirse las expresiones artísticas que dañen el honor de los devotos de cualquier religión? Esta es una pregunta relevante que hace a la vida cívica de cualquier democracia, y por tanto vale la pena ser discutida. A mis ojos, tal como lo planteo a continuación, la respuesta debería favorecer inexorablemente a la libertad de expresión. Continuar leyendo «Nueva polémica de Charlie Hebdo: ¿Tiene límite la libertad de expresión?»
Artículo en inglés publicado en ACADEMIA el 25/11/2017.
Hasta hace muy poco tiempo Tariq Ramadan era considerado una estrella en el firmamento de supuestos intelectuales musulmanes moderados. Siendo el nieto de Hassan al-Banna, el fundador de los Hermanos Musulmanes, Ramadan llamaba la atención de sus audiencias abogando por una mejor comprensión entre religiones, y entre musulmanes y seculares. Sin duda un literato en religión, el pensador insiste a través de libros y conferencias en la necesidad de un islam pensante. Imparte que es menester que sus correligionarios regresen al islam original que revindicaba la facultad de raciocinio, y que siempre priorizaba el bienestar de la comunidad por sobre el dogma que tanto atraso le ha traído al mundo islámico.
Con el correr de los años estas premisas hicieron de Ramadan una de las personas más influyentes del mundo, así reconocido por la revista TIME entre otras publicaciones. Un hombre carismático, con mucha repercusión en círculos musulmanes, Ramadan era visto por las élites occidentales como un paladín creíble para combatir discursivamente al extremismo islámico. No obstante, algunos autores planteaban que Ramadan era un arma de doble filo. Sostienen que si bien presentaba una retorica progresista en Oxford y en otros espacios donde enseñaba, transmitía un mensaje conservador y reaccionario a sus oyentes musulmanes en espacios más recluidos.
En vista de esta polémica hace algunos meses decidí investigar la obra de Ramadan con profundidad a los efectos de detectar dichas contradicciones y medir su veracidad por medios propios. A mi pesar encontré que detrás de las palabras adornadas con llamados a la tolerancia se esconde un hombre cínico y ambivalente, con poco aprecio real por aquello mismo que dice defender. A final de cuentas, Ramadan es incapaz de reconciliar la cultura y jurisprudencia secular de Occidente con los recados religiosos instruyen la obligación de llevar a cabo proselitismo religioso.
Al hablar de la reputación de Ramadan escribo en pretérito perfecto a raíz del gran escándalo que trascendió en las últimas semanas, particularmente en Francia. Ramadan es ahora acusado por varias mujeres de haber abusado sexualmente de ellas. Entre ellas se destaca Henda Ayari, una escritora y activista musulmana que transmite su experiencia bajo el yugo del extremismo islámico. Las acusaciones contra Ramadan ya han surtido efecto, y Ramadan ha sido suspendido de Oxford, perdiendo así seguramente los buenos cuidados de muchos de sus patrocinadores.