Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 24/07/2017
El jueves 14 de julio tres jóvenes árabes con nacionalidad israelí mataron a dos policías en la Ciudad Vieja de Jerusalén con armas de fuego, particularmente dentro del complejo del Monte del Templo que alberga a la mezquita santa de al-Aqsa y la Cúpula de la Roca. Como consecuencia, a los efectos de reevaluar los mecanismos de seguridad en el lugar, las autoridades competentes decretaron clausurar el complejo temporariamente. Esta acción imposibilitó que los fieles musulmanes puedan ingresar al sitio al día siguiente para participar en la azalá (oración) del viernes, provocando una ola de consternación en el mundo musulmán. Subsecuentemente, la instalación de detectores de metales a la entrada del complejo exacerbó a las multitudes, dejando como saldo una serie de enfrentamientos entre palestinos y las fuerzas de seguridad.
Si bien los ataques terroristas en la Ciudad Vieja son una realidad recurrente, el último incidente llama la atención porque los agresores lograron ingresar al complejo del Monte, donde el control policial es aún mayor. En este sentido, inadvertida o intencionalmente, los militantes lograron explotar las tensiones subyacentes entre israelíes y palestinos, dando pie a incidentes explosivos. El enojo proviene de la percepción de que Israel busca anexarse el complejo, y que las medidas de seguridad adicionales están pensadas para acosar a los fieles deliberadamente, a modo de restringirles el paso e insultar su dignidad. No por nada la postura palestina sostiene que los detectores de metales constituyen “una violación a la santidad de la Mezquita de Al-Aqsa”.
¿Son válidas están percepciones? Son ciertas en la medida que reflejan la interpretación dominante en la escena musulmana, acostumbrada a pensar a Israel como un constructo colonial ilegítimo. Con independencia de lo acontecido, y sin importar que hagan o dejen de hacer las autoridades israelíes, estas impresiones no van a cambiar en el futuro previsible. Bien, paralelamente, a la luz de los hechos estas quejas revelan cierta hipocresía, visible cuando uno contrasta la seguridad en Jerusalén con la seguridad en La Meca. Por ello, es conveniente revisar la situación, como así el prospecto de que pueda darse una solución “intermedia”. Continuar leyendo “Los disturbios en Jerusalén: entre hipocresía y pragmatismo”