Artículo Original.
Dos años atrás publiqué un artículo con consejos de oratoria, elaborado en gran parte sobre la base de mi experiencia en los llamados Modelos de Naciones Unidas (ONU), también conocidos como Model UN (por su abreviatura en inglés). En aquella ocasión, escribía que estas conferencias simulan las sesiones verídicas del organismo internacional, bajo la consigna de que sus participantes –por regla general jóvenes secundarios o universitarios– puedan ponerse en el papel de diplomáticos, y así aprender sobre las dinámicas de la diplomacia internacional.
En esencia, los interesados toman la representación de un Estado (preferentemente uno que no sea el propio), estudian su política exterior, y luego lo representan en la comisión simulada. En cada sesión se discute alguna temática de relevancia mundial, de modo que los diplomáticos virtuales deben presentar discursos de posición, hablar en público, contestar preguntas de otros delegados y negociar en privado; todo a los efectos de disfrutar la experiencia, y –si lo que se busca es el aspecto competitivo– sobresalir del resto.
En mi trayectoria como participante y luego organizador tuve momentos muy gratificantes, pero también otros bastantes decepciones. Los Modelos de ONU son ejercicios académicos que permiten “aprender haciendo”, dándole al estudiante conocimientos relevantes sobre política mundial; y quizás más importante, herramientas para desenvolverse mejor en público, ya sea en un ámbito formal como profesional. Sin embargo, la función de estos congresos puede degenerarse fácilmente, particularmente si los mismos son llevados a cabo erróneamente. Precisamente, he sido testigo de varias circunstancias en donde los facilitadores de dichas conferencias fallaron en explotar el potencial de sus eventos. Esto ocurre cuando los organizadores no conceptualizan correctamente la mecánica de las Naciones Unidas, ciertas controversias insalvables entre Estados, o bien (entre otras cosas) simplemente escogen personas poco capacitadas para dirigir un debate formal.
En esta oportunidad me propongo rememorar mis experiencias, y aprovechó la ocasión para dirigirme especialmente a colegas y organizadores de Modelos de ONU hispanohablantes. Por el gran valor educativo que ofrecen, estas conferencias deben ser armadas como corresponde, y esto no es una tarea instintivamente fácil, ni siquiera para internacionalistas circunstanciados con la escena global. Tal como lo sintetiza José María Cánepa –un colega a quien creo mucho más capacitado en la materia que yo–, “muchos pueden organizar un Modelo, mas muy pocos lo hacen bien”. Continuar leyendo «¿Cómo organizar un Modelo de Naciones Unidas?»