El Licenciado en Relaciones Internacionales, Federico Gaon, habló en la 99.9 sobre la incidencia del islam en Europa y remarcó que prácticas como las sucedidas en Colonia a finales del año pasado era algo que venía sucediendo habitualmente pero los medios nunca lo habían tratado: “los medios superaron el tabú y empiezan a hacer preguntas al respecto”, destacó.
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 24/01/2016.
En 2010, ante una audiencia de jóvenes de su partido, Angela Merkel pronunció algunas palabras que ya son parte de la sabiduría convencional. Expresó que los intentos de crear una sociedad multicultural en Alemania habían fracaso estrepitosamente. Un año más tarde, David Camerón y Nicolás Sarkozy sumaban sus voces a esta posición. Los inmigrantes de otros entornos culturales –argüían los líderes– no habían logrado integrarse a la idiosincrasia occidental, esto es, a la vida comunitaria, social y cívica del continente europeo.
Este discurso, que algunos etiquetan como una maquinación racista, ha dejado de representar exclusivamente a las plataformas conservadoras o derechistas. Con justa razón, los europeos están cada día más alarmados por el embate cultural que se está produciendo en el seno de sus comunidades. En Europa se habla de zonas liberadas, en donde las fuerzas de seguridad tienen prohibido el paso. Se habla de barrios en donde la ley de facto es la sharia, la ley islámica, y se habla de escuelas y centros comunitarios que instan a atentar contra las instituciones seculares del Estado. Hoy, el último fenómeno que está sacudiendo el viejo continente es uno que ha ganado terreno en las calles de Egipto y el Magreb. Se trata de las violaciones grupales, el llamado “juego” de taharrush gamea, “acoso colectivo”. Si bien no está emparentado con el islam per se, es un subproducto derivado de la religión. Concretamente, viene de una herencia cultural tradicionalista, que reacciona violentamente frente a la emancipación de la mujer. Continuar leyendo «Multiculturalismo y taharrush»
Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 28/09/2015.
A partir de una nota del Sunday Express, la semana pasada los medios conjeturaron que alrededor de cuatro mil yihadistas habrían entrado a Europa, camuflados entre los refugiados sirios. Sacando ventaja del enorme flujo migratorio hacia el continente, a suerte de caballo de Troya, el Estado Islámico (ISIS) habría infiltrado a combatientes experimentados con el objeto de reclutar nuevos miembros, formar células locales, y perpetrar ataques terroristas. Lastimosamente, lejos de ser esto solamente una especulación mediática, es una realidad severa que podría llegar a materializarse en un atentado. Cualquier estimación contraria es lisa y llanamente negligencia. Se trata de un escenario adverso que ya ha sido vociferado por varios funcionarios, entre ellos el ministro de Interior español, el ministro de Educación libaneses, el director de Inteligencia estadounidense, e incluso el papa.
Ahora bien, ya desde un principio no haría falta poner la lupa en los refugiados para sonar la alarma. Europa viene atestiguando en la última década un auge en actividades terroristas llevadas a cabo por musulmanes radicales. En contexto, y para ilustrar, alcanza con pasar revista a sucesos como los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, del 7 de julio de 2005 en Londres, del 29 de marzo de 2010 y del 21 de enero de 2011 en Moscú, entre tantos otros. Más recientemente, entre el 7 y el 9 de enero de este año, los atentados en París (Charlie Hebdo, Hyper Cacher) volvieron a manifestar la vulnerabilidad de las capitales europeas frente al terrorismo. Lo peor del caso es que los responsables, asesinos, cómplices y perpetradores, no siempre provienen de un país musulmán extranjero, pero suelen ser nacionales del Estado atacado – españoles, británicos, rusos o franceses. Continuar leyendo «El peligro del terrorismo islámico en Europa»
La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner hablando apasionadamente durante un acto público, el 9 de septiembre de 2015. Con la presencia del expresidente brasilero Lula Da Silva, Kirchner criticó con dureza a la Unión Europea por la manera en que lidia con el desafío que plantea la ola migratoria proveniente de Siria. Sugirió, entre otras cosas, que no quiere parecerse a Ángela Merkel, la canciller alemana. Crédito por la imágen: trasmisión de Teledoce (Uruguay).
La semana pasada Cristina Fernández de Kirchner hizo tapa en los diarios al detractar a los países europeos por la manera con la que lidian con los refugiados sirios. En un efusivo discurso televisado, en clara alusión a Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años fotografiado ahogado, Cristina dio a entender que Argentina no es como “los países del norte que expulsan inmigrantes y dejan morir chicos en las playas”. La presidenta sentenció que no quiere parecerse a Europa, y con la pomposidad y autobombo que la caracteriza, intentó, nuevamente, aleccionar al primer mundo acerca de la ética con la cual deben conducirse los Estados. No obstante, lo que esta vez llama la atención, es que sus dichos coincidieron con la muerte (mediatizada) de un adolescente chaqueño por desnutrición. En efecto, mientras Kirchner vanagloria su propia sombra, en Argentina, otrora “granero del mundo”, siguen muriendo chicos de hambre. Tal vez no fallezcan en las playas, pero ciertamente lo hacen en las áreas más carenciadas sino abusadas del país. Continuar leyendo «Cristina Kirchner y los refugiados sirios»
Artículo publicado originalmente en INFOBAE el 02/09/2015.
La portada de El País de España del 8 de agosto lo decía todo. Una imagen habla más que mil palabras, y lo que entonces se veía era desgarrador. Tal como leía el periódico, se veía “el caos” migratorio en el Mediterráneo. Decenas de personas luchando para mantenerse a flote y no ahogarse, y quizás, con la gracia de Dios, llegar a salvo a territorio europeo. Se trata, en su mayoría, de desplazados que huyen de la guerra en Siria, y buscan establecerse en la seguridad y relativa prosperidad del continente europeo. Por ello, con sus periodistas indignados por la situación, Al Jazeera expresó que dejaría de referirse a los damnificados como “migrantes”, para en cambio reflejar la realidad con el término “refugiados”.
También me llamó la atención una reflexión que se difundió por Facebook. En ella, apelando a la misma fotografía, un profesor de historia se confesaba avergonzado de la “civilización” o “cultura” occidental y cristiana, pues – de acuerdo con el autor del post – “pasará a la historia como la más cruel, sanguinaria y terrorista que jamás haya conocido la humanidad”. Si no está Banksy, el famoso artista callejero satírico de Inglaterra, quien montó una imagen compuesta por cuerpos flotando en el agua, en un círculo que mimetiza la bandera de la Unión Europea, con el azul marino de fondo.
No hay dudas que Europa está experimentado una crisis migratoria, o una crisis de refugiados, producto de la desolación que están dejando los conflictos civiles y sectarios en el mundo árabe. Es verdaderamente una catástrofe humanitaria. Sin embargo, ¿por qué no hay refugiados pidiendo asilo en los países del golfo Árabe? O bien, ¿por qué no los dejan entrar? Me refiero a algunos de los países más ricos, cabalmente entre los primeros en la lista de los que más dinero tienen per cápita en el mundo. Ni que hablar sobre todo de Arabia Saudita, con la gran extensión territorial que tiene, y su proximidad a zonas de conflicto. ¿Por qué – en otras palabras – gran parte de la opinión mundial le exige a los europeos encontrar la manera de dar abasto con los refugiados, y sin embargo no le recrimina o exige nada a los propios árabes? Los europeos deben por supuesto tomar cartas en el asunto, mas los dobles raseros son bajo cualquier circunstancia insensatos y deplorables. Continuar leyendo «¿Por qué no hay refugiados sirios en el golfo Árabe?»
Artículo publicado originalmente en INFOBAE el 13/07/2015.
Mientras la atención del mundo se centra en las negociaciones entre Atenas y sus acreedores, discutiendo la crisis económica helena y sus ramificaciones, en Grecia se está desarrollando otra crisis que no ha recibido suficiente atención. Se trata del drama de los miles de migrantes, sirios principalmente, que a duras penas logran cruzar el Egeo con la meta de rehacer sus vidas en suelo europeo. Desde Turquía se embarcan en balsas y en botes que fácilmente podrían zozobrar debido al sobrepeso con el que se adentran al mar. Amontonados y desesperados, no todos logran salir con vida de la arriesgada travesía. Los que sí llegan a destino dan fin a un calvario, pero solamente para comenzar a vivenciar otro.
Como consecuencia de la inestabilidad generalizada que sacude a Medio Oriente y África del Norte, se ha desatado una crisis humanitaria sin parangón en la región que, entre otras cosas, ha resultado en un aumento avasallante en la cantidad de refugiados que intentan llegar a las costas sureñas de Europa. En contexto, a raíz de los conflictos fratricidas y sectarios que se extienden desde Libia hasta Yemen, se estima que hoy existen alrededor de 15 millones de refugiados y desplazados en Medio Oriente – desamparados a la espera de volver a casa, o bien esperanzados para encontrar un nuevo hogar. Con el detonante de la guerra civil siria y la aparición del Estado Islámico (ISIS) la crisis se ha acentuado. Dada su cercanía con el teatro de batalla, los países que lindan con Siria se han visto forzados por las circunstancias a dar cabida a un número creciente de refugiados. Según cifras oficiales del Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), Jordania alberga a 629 mil personas, Líbano a 1.172 mil, y Turquía a 1.800 mil, aunque en condiciones que van de malas a deplorables, siendo que el elevado flujo ha colapsado la capacidad de respuesta de estos Estados. Continuar leyendo «La otra crisis griega»