Reseña de libros recomendados por el autor de este blog. También publicado en POLÍTICAS Y PÚBLICAS.
A quince años de los fatídicos acontecimientos que cambiaron el mundo, los medios internacionales están pasando revista a los sucesos desencadenados por el terrorismo islámico. Sin los atentados en Nueva York y Washington, no habría habido intervención de la OTAN en Afganistán, y discutiblemente tampoco guerra en Irak. Por otro lado, la guerra contra el terrorismo lanzada por el presidente George W. Bush tiene evidentes repercusiones al día de hoy.
En el ámbito académico, el 9/11 (por la denominación en inglés) influenció una inmensa cantidad de estudios y trabajos como pocos eventos en la historia contemporánea. En efecto, en nuestra parte del globo, el interés del público por las cuestiones islámicas coincidió con un renacimiento en estos estudios, abordando desde luego el fenómeno de los movimientos extremistas. Sin embargo, y no menos importante, distintas disciplinas se sumaron al debate. Hoy la cuestión del islam radical puede ser estudiada desde enfoques multidisciplinarios. Uno puede estudiar la formación de grupos como Al-Qaeda desde un punto de vista histórico, pero también existen aproximaciones que buscan comprender los rasgos psicológicos del terrorista típico. Hay trabajos que se enfocan en el entorno social del yihadista, o en tendencias comunes a todos los movimientos totalitarios.
Hay quienes dicen reflexivamente que el 11 de septiembre inauguró el siglo XXI. Sea como fuere, lo cierto es que la fecha marca una bisagra en la historia. Por ello, a modo de contribuir al recuerdo –para conmemorar y debatir lo que pasó y lo que continúa sucediendo– me gustaría compartir la bibliografía que, a título personal, recomiendo para encuadrar muchas de las discusiones relevantes del presente.
Nota: el orden de los libros no responde a ninguna jerarquía. Escogí listarlos como lo hice por una mera cuestión de estilo. No los listé por orden alfabético porque esto me impediría agrupar a los libros que más se relacionan entre sí. Por otro lado, cabe la posibilidad de que decida actualizar mi selección más adelante.
- Mariano Bartolomé, La seguridad internacional post 11-S. Instituto de Publicaciones Navales (2002).
El libro de Bartolomé es un excelente trabajo, oportuno para dar cuenta concisa pero consistentemente de los desafíos globales en materia de seguridad. El trabajo explora la faceta geopolítica de la cuestión, particularmente relevante luego de la caída de las Torres Gemelas. El texto es de fácil lectura, y su nivel de generalización lo convierte en un manual de rápida referencia.
El problema es que es muy difícil de encontrar. No existe versión online, y hasta donde tengo entendido no es posible comprar la versión física por Internet. Sin embargo, es posible acceder gratuitamente a los artículos de Bartolomé en su perfil en Academia.edu, los cuales resumen muy bien los puntos introducidos en su libro.
- Ramiro Anzit Guerrero, Cooperación penal internacional en la era del terrorismo. Lajouane (2009).
Aunque también es complicado acceder a este texto, se destaca porque pone el énfasis en el aspecto penal, y abarca los desafíos globales desde una perspectiva con la que los latinoamericanos pueden relacionarse. Interesantemente, introduce los modelos jurídicos que pueden servir de base para hacerle frente al terrorismo desde la óptica positivista. El lenguaje es algo técnico, y está pensado para una audiencia letrada en derecho.
- George Chaya, La Yihad Global: el terrorismo del siglo XXI. Editorial Dunken (2012).
El libro de George Chaya es otra referencia atinada para una aproximación al terrorismo y a la guerra santa islámica. No obstante, el texto se destaca particularmente por centrarse en torno a la definición del terrorismo, y su lugar en el derecho internacional. Algo que parece tan sencillo de explicar, en verdad conlleva largas y polémicas discusiones, sobre todo en los foros internacionales.
Desde este lugar, la obra de Chaya es un buen punto de partida, y está escrita para una audiencia hispanohablante. Por otro lado, el libro también hace hincapié en el aspecto propagandístico del terrorismo, una dimensión fundamental inherente a la costumbre de cualquier grupo clasificado como terrorista.
Chaya aporta una definición valiosa para encuadrar el debate. Habla de “terrorismo reivindicativo” y de “terrorismo punitivo”. El primero comprende las acciones contra objetivos políticos o sociales, en espacios limitados, y frecuentemente se da en función de una causa social, segregacionista o independentista. El segundo ya toca a los grupos inspirados religiosamente, que ya no se sienten constreñidos por el espacio. Su campo de acción es mucho más amplio, y su sentido de pragmatismo pierde terreno frente a las convicciones religiosas de que el sacrificio es el honor más grande.
Por otra parte, el texto de Chaya resulta algo inconcluso, en tanto –a criterio personal– no se detiene lo suficiente en el componente ideológico del yihadismo, o bien de las tendencias dentro del espectro islamista.
- Lawrence Wright, La torre elevada: Al-Qaeda y los orígenes del 11-S. Debolsillo (2011).
Se trata de uno de los libros de no ficción más galardonados de los últimos años, y a título personal, un texto inevitable para estudiar el fenómeno del terrorismo islámico. Publicado originalmente en inglés en 2006, Lawrence reconstruye con una narración exquisita todos los eventos que llevaron al 11 de septiembre. Rememorando sus propias experiencias en Egipto, y valiéndose del testimonio de agentes reales de la CIA y el FBI, Lawrence abarca el auge del extremismo islámico en el país del Nilo, y el desarrollo consecuente de la ideología yihadista en Arabia Saudita y Afganistán. El texto explora sobre todo la aparición en escena de los talibanes, Osama bin Laden, y los debates ideológicos en el seno de Al-Qaeda. Para esto, Wright detalla la actividad del grupo durante los diez años que llevaron al 9/11, explicando con lujo de detalle los atentados previos, que acaso debieron servir como advertencia de lo que se venía.
Lo que es más, creo que el libro es especialmente valioso porque muestra que en el fondo, mucho del odio que profesan los militantes islámicos yace en los traumas de sus integrantes, y en la humillación constante a manos del aparato represivo del Estado. Wright sugiere que estas experiencias sacan lo peor de los individuos, siendo estas un componente elemental para comprender los procesos de radicalización. Esta aseveración no significa que el autor desconozca la poderosa atracción que ejerce el islam radical. Más bien, por el contrario, el argumento conlleva a la concientización de que existen variables psicológicas importantes que se atañen a la interiorización de una ideología totalitaria.
Notoriamente, Wright señala que el éxito del extremismo islámico a la hora de reclutar jóvenes –de cualquier pasar económico– puede medirse en parte como un derivado de la rigidez política, social y cultural del entorno sunita. En la medida que las sociedades islámicas están estratificadas por la tradición, y no ofrecen suficientes distracciones, esparcimiento, u oportunidades de socialización, no existen razones por las cuales creer en el futuro. De este modo, la obra de Wright manifiesta que el islam radical llena el vacío que necesitan algunos idealistas y algunos nihilistas para sentirse útiles en esta vida; para sentirse partes de una causa más grande que uno.
A mi criterio, este es uno de los mejores libros existentes para entender el contexto detrás de los atentados, y adentrarse en la mente del yihadista. Tan exitoso fue, que en 2010 HBO produjo un documental presentado y narrado por el autor.
La lectura puede ser completada con el flamante texto de Lawrence, The Terror Years: From al-Qaeda to the Islamic State. Deckle Edge (2016). Me encuentro leyéndolo, y promete ser tan bueno como el anterior; y desde ya sirve como continuación. Se ocupa de conectar los eventos que van desde el 9/11 hasta nuestros días, incluyendo la notoria aparición del Estado Islámico (ISIS).
- Jerrold M. Post. The Mind of the Terrorist: The Psychology of Terrorism from the IRA to al-Qaeda. St. Martin’s Griffin (2007).
El autor es considerado una autoridad en la psicología del terrorismo, y relaciona la personalidad con el comportamiento político. En este libro, Post aborda comprensivamente la conducta de terroristas procedentes de distintos contextos, y demuestra que existe un patrón muy similar en todos ellos. No se trata de individuos meramente fanatizados, pero de personas que frecuentemente comparten agravios comunes, relevantes para sus respectivos lugares antropológicos. Por este motivo, refuta el argumento de que los terroristas sufren de algún desorden psicótico –de algo que los haga fundamentalmente diferentes a los seres de su entorno social.
El análisis de Post sugiere que muchas veces la transición de un individuo hacia el terrorismo viene marcada por fuertes traumas. Por ejemplo, sobre la cuestión de la represión estatal, infiere que la “prisión ofrece una educación de posgrado en terrorismo”. Al caso de Ayman al-Zawahiri, Lawrence Wright diría que el líder de Al-Qaeda “entró a la cárcel como un cirujano, y salió hecho un carnicero”. El trauma de la persecución, el desplazamiento, o el sentimiento de aislación (que no necesariamente se relaciona con las variables económicas), son factores que alteran la percepción de la realidad que tienen los terroristas. El experto argumenta que el odio de los radicales es algo construido por el entorno social, y que en los traumas descansa el elemento catalizador que los lleva a tomar acciones violentas.
No menos importante, Post toma muy enserio los dichos de los terroristas, y reconstruye a partir de ellos las justificaciones que emplean para calmar su conciencia. En base a la reivindicación enarbolada por los distintos grupos, el autor define tres categorías principales para enmarcar el fenómeno del terrorismo en su conjunto. Están los “nacionalistas-separatistas”, que persiguen la autodeterminación de su región o territorio; los “socialistas-revolucionarios”, que representan a la generación desencantada con la vida, con sus padres, con la tradición, y que encuentran respuestas en las utopías seculares; y, por último, están los “religiosos-extremistas”, que representan el campo volcado hacia la redención divina, y las utopías religiosas consagradas mediante la violencia. En suma, Post discute que existen factores piscoculturales en juego, y que detrás de cada cosmovisión extremista, generalmente hay experiencias traumáticas. En este proceso, interiorizar una causa trascendental –independentista, divina o redentora– se convierte en un leitmotif.
Como lectura complementaria, recomiendo el libro de Anna Geifman, Death Orders: the vanguard of modern terrorism in revolutionary Russia. Praeger (2010). Geifman traza los orígenes del terrorismo moderno a la Rusia de finales del siglo XIX y comienzo del siglo XX. Da la pauta que para algunas personas el terrorismo se convierte en un fin en sí mismo. La causa pasa a ser un medio legitimo por el cual exteriorizar y justificar pulsiones autodestructivas, que dan sentido a la existencia del individuo.
En algún punto el texto de Geifman se toca con el de Roy, ofreciendo una perspectiva más completa sobre el perfil del terrorista. La conclusión es que para algunos matar se convierte en la excusa para sentirse vivo. Bajo el título de La génesis psicosocial del terrorismo moderno también ya he dedicado un artículo aparte para reseñar este trabajo.
- Bernard Lewis, What Went Wrong? The Clash Between Islam and Modernity in the Middle East. Harper Perennial (2003).
Este libro se convirtió en uno de los más vendidos en la inmediatez de los atentados. Escrito por Bernard Lewis, una eminencia en lo relacionado con el islam, el libro consiste en un ensayo breve y de fácil lectura, que expone las razones históricas detrás del choque civilizacional entre Occidente y el mundo islámico. (Lewis fue el primero en acuñar el famoso término “choque de civilizaciones” en 1990.) El trabajo no representa ninguna innovación en relación a los textos anteriores del autor, y más bien es una sinopsis, pensada a modo de divulgación.
Discute esencialmente la existencia de un sentimiento perene de supremacía en las entidades islámicas, y un desinterés tan arraigado en el pensamiento crítico, que eventualmente –llegada la Edad Contemporánea– la islamósfera se atrasó a tal punto que ya no podía competir económica, científica y militarmente con los poderes occidentales.
La premisa central, presente en todos los textos de Lewis vinculados con el problema del radicalismo musulmán, apunta a que la violencia se arraiga en profundas diferencias culturales, que continúan influenciando las memorias colectivas y las percepciones de las personas hasta nuestros días.
La lectura puede ser complementada con The Crisis of Islam: Holy War and Unholy Terror. Random House (2004). Si el libro anterior se enfoca en una aproximación generalizada, este se detiene en los eventos del siglo XX. (Existe una edición en español, pero tengo entendido que es muy difícil dar con ella.) En rigor, ambos libros son partes complementarias que podrían formar la base de un tomo compaginado.
- Philippe d´Iribarne. El islam ante la democracia. Pasos Perdidos (2014).
Publicado originalmente en francés en 2013, este libro es breve pero esclarecedor. Este sociólogo francés retoma la tesis civilizacional o culturalista, y expone, en tono determinista, la adversidad de las sociedades musulmanas hacia la duda, el debate, y consecuentemente hacia el pluralismo.
A partir de las fuentes religiosas, d´Iribarne muestra que existe un bagaje cultural contrario a las prácticas liberales, muy difícil de poner de lado. Con esta observación, el libro introduce interrogantes muy actuales.
Si bien su prosa no cuenta con la elegancia de Bernard Lewis, el texto es un excelente complemento, y aborda cuestiones parecidas a las que toca el historiador británico. Para mayor información, de hecho, ya reseñé la obra de d´Iribarne en un artículo aparte.
- Ahmed Rashid. Los talibán: islam, petróleo y fundamentalismo en Asia Central. Península (2014)
Este es uno de los libros más consultados por periodistas, políticos y el público en general en la inmediatez del 9/11. Publicado originalmente en inglés, y escrito un año antes de los atentados, el texto se ha convertido en una cita obligada. El libro de Rashid fue traducido a decenas de idiomas y ha vendido millones de copias por todo el mundo. Su éxito motivó al autor a escribir una serie de secuelas, incluyendo la publicación de una versión actualizada a diez años de su publicación, en 2010. (La versión en español que compartí aquí corresponde a esta edición actualizada, pero también es posible encontrar el texto original traducido al español, publicado por Península en 2001.)
Este es el libro que catapultó a Rashid, un periodista pakistaní formado en Gran Bretaña, a la escena mundial. Su obra provee el marco histórico necesario para entender la geopolítica de Asia Central, como así también los factores detrás de la aparición de los talibanes. Entre otras cosas, Rashid discute la cooperación entre la inteligencia pakistaní y saudita en beneficio y apoyo a los talibanes, y cómo estos elementos sunitas persuadieron a Estados Unidos de emprender la lucha contra los soviéticos por intermedio de la insurgencia islámica. Sobre geopolítica, Rashid entiende que Asia Central representa el “nuevo gran juego” entre las potencias, pues observa que Afganistán tiene mucho potencial estratégico. “En el corazón de este enfrentamiento regional está la batalla por las grandes riquezas de petróleo y gas encerradas en Asia Cental – las últimas reservas energéticas en el mundo que hoy no se están explotando”.
Remitiéndose a sus intercambios personales, Rashid intenta desentrañar, con remarcable éxito, el funcionamiento interno y el modus operandi de los yihadistas. El autor muestra cierta añoranza por el Afganistán de antaño, presentando la historia del país como una tragedia, tan importante y aciaga, que las repercusiones se extienden a todo el planeta. Expone que tradicionalmente, “el islam en Afganistàn ha sido inmensamente tolerante –a otras sectas musulmanas, otras religiones, y a los modos de vida modernos. Los mulás de Afganistán nunca fueron conocidos por encajarle el islam a la gente por la fuerza, y hasta recientemente el sectarismo no era en un asunto político”.
Como lectura complementaria, para explorar más a fondo las problemáticas geopolíticas de Asia Cental, recomiendo, del mismo autor, Descenso al caos. Península (2009). En este tomo, Rashid le objeta a la administración de Bill Clinton el no haber prevenido los acontecimientos que se desarrollarían posteriormente. Critica la falta de estrategia de la Casa Blanca para con los asuntos regionales, y particularmente para con los talibanes (que terminaron su conquista de Afganistán en 1996). No obstante, la crítica más fuerte se la lleva la gestión George W. Bush (y en especial Donald Rumsfeld), por su falta de juicio en la reconstrucción de Afganistán como también de Irak.
Rashid denuncia que los norteamericanos apelaron a las mismas políticas sectarias que los tiranos, empoderando a ciertos jeques o señores de la guerra por sobre otros. Esto, para delegar responsabilidades y lavarse las manos frente al dolor de cabeza que implica garantizar los derechos humanos bajo una ocupación militar.
Por otro lado, no menos importante, Rashid detalle el doble juego de Pakistán, denunciando a los yihadistas por diestra, y amparándolos por siniestra. El autor argumenta que la inteligencia pakistaní considera a los talibanes un activo estratégico, útil para que Afganistán se pliegue contra los intereses de India. En suma, el libro busca concientizar acerca de la volatilidad de Asia Central. Lo malo es que se hace muy denso, y no se lee con la misma fluidez que Los talibán.
También es posible acceder a una tercera entrega, titulada en español Pakistán ante el abismo. El futuro de EE.UU., Pakistán y Afganistán. Peninsula (2013). Hasta donde tengo entendido aquí profundiza los argumentos del libro anterior, actualizándolos a la presidencia de Barack Obama. Pero como aún no lo he leído, de momento no puedo reseñarlo.
- Gilles Kepel. La Yihad: Expansión y declive del islamismo. Península (2001).
Publicado originalmente en francés, un año antes de los infames ataques, este libro se ha convertido en una de las principales obras de referencia consultadas por estudiantes y periodistas. Este especialista galo da cuenta del auge del islam político en las sociedades musulmanas, y presenta muy bien los debates que en ellas se suceden, entre la tradición y los requisitos de la vida moderna. Muestra el rol dominante de la religión en las sociedades musulmanas, y marca este factor como algo determinante a la hora de explicar el auge de la causa yihadista.
Dicho esto, el libro introduce las tendencias existentes dentro de los movimientos islámicos. A criterio personal, su única falla reside en la falta de una categorización conceptual de dichos movimientos. Sin embargo, en cualquier caso, es una obra esencial para comprender el contexto histórico detrás de las insurgencias islamistas y –según el caso– yihadistas.
El lector también puede recurrir a Le Prophète et Pharaon. Les mouvements islamistes dans l’Égypte contemporaine. Gallimard (2012), uno de los primeros trabajos del autor (la primera edición corresponde a 1984), y uno de los más republicados. El texto se centra en los elementos radicales egipcios, y los eventos que llevaron al asesinato del “faraón” –el presidente Anwar Sadat.
- Olivier Roy. La Santa Ignorancia: el tiempo de la religión sin cultura. Península (2010).
Publicado originalmente en francés, este libro es fundamental si lo que se busca es una dimensión puramente sociológica sobre el fenómeno del extremismo islámico. Roy es conocido por tener una opinión marcadamente diferente a la de sus contrapartes. Roy resta importancia al rol del islam per se, y enfatiza que el resurgimiento violento de la religión no es una respuesta al secularismo, pero más bien un síntoma de algo más trascendental que acontece en nuestra era. Se refiere a que existe una crisis identitaria, fomentada por la homogeneización que paulatinamente imparte la globalización. En este sentido, en la medida que las culturas están perdiendo sus rasgos únicos, en su esfuerzo por mantenerse relevantes, los agentes religiosos buscan apoyarse en lo que les queda –referencias difusas que no representan formas puras, pero que se atañen a las preferencias culturales de la sociedad determinada que los acoge.
Roy comprende que el extremismo islámico es una tendencia que busca romper precisamente con esta ambigüedad, con la religión à la carte, suprimiendo las referencias culturales que influyen sobre la práctica de la fe. Es decir, interpreta que ser fundamentalista significa elementalmente romper con la cultura de origen. Esto es un dato importante, porque no comparte la noción de que exista un “choque” cultural o civilizacional. Para Roy las religiones están en decadencia, y el fundamentalismo representa el esfuerzo de algunos por mantenerse relevantes. Roy concede que las reacciones radicales se amparan en interpretaciones (o reinterpretaciones) de las fuentes islámicas, pero añade que estas son llevadas a extremos para acomodarse al sentimiento nihilista que caracteriza a una generación desencantada con la vida; que ha perdido su rumbo o sentido de la identidad, y que está fascinada por la estética de la violencia. Siendo este el caso, para Roy no resulta viable culpar al colonialismo por el terrorismo islámico. No se trata de los abusos de Occidente, pero de la dirección vertiginosa a la que se dirige el mundo globalizado.
El libro puede ser complementado con L’Echec de l’Islam politique. Édition du Seuil (1992). Este es posiblemente el magnum opus de Roy, y al día de hoy continúa siendo un tomo muy presente en los salones de clase. En él, el francés separa al islam político en categorías, y pronostica su fracaso, aduciendo que la religión no tiene modo de competir con la Contemporaneidad.
Esto hace que presente al islamismo como una plataforma propia del sistema político moderno, bajo la forma de nacionalismo islámico o “islamonacionalismo”. Para referirse a los seres autodestructivos que reniegan completamente de la política (como los yihadistas), Roy prefiere hablar de “neofundamentalismo”. Para acceder al texto, lo más fácil es adquirir su edición anglosajona, bajo el título de The Failure of Political Islam. Harvard University Press (1994).
- Nazih Ayubi. El islam político: teorías, tradición y rupturas. Bellaterra (1996).
Publicado originalmente en inglés en 1991, este libro es a mi criterio uno de los trabajos de divulgación más completos acerca del fenómeno del islam político o islamismo. Pese a su relativa antigüedad se mantiene relevante, porque da cuenta de las variables históricas y culturales que incidieron en la gestación de estos movimientos politizados. Egipcio, el autor desarrolla la importancia de la religión musulmana en la sociedad árabe, y sostiene que el islam político representa la contravención del “islam cultural”.
Tradicionalmente, hasta el día de hoy, los gobernantes han acudido a un discurso religioso para cubrirse con legitimidad, por lo que esta práctica es inherente a la costumbre musulmana. En este aspecto, Ayubi señala que los radicales quieren revertir la tendencia, subordinando la política a su ideología religiosa, y no viceversa. Pese a que reconoce que hay diferentes matices, Ayubi presenta al islam político como una corriente antisistémica. Logra explicar el vínculo entre política y religión en la escena islámica (sobre todo árabe), pero difiere de autores como Lewis o d´Iribarne en tanto minimiza la conexión de las fuentes musulmanas (la teología) con el predominio de lo religioso en lo social. Para él, esto se explica en la permanente lucha por subordinar la religión al poder de turno, para lo cual había que impartir moralidad en un modo casi propagandístico, a los efectos de consagrar al gobernante.
El texto de Ayubi no es exactamente el más citado o difundido, pero su análisis logra profundizar donde otros no llegan. Además de estudiar la variable histórica, analiza factores socioeconómicos. Particularmente cabe mencionar que se adelanta al trabajo de Roy. Emplea las mismas categorías que el francés para hablar de islamistas (hermanos musulmanes) y «neofundamentalistas» (muyahidines, yihadistas), y argumenta que el islam político es el resultado de las dinámicas contradictorias de la Contemporaneidad, la globalización, y los procesos de modernización.
- Tawfik Hamid. Inside Jihad: How Radical Islam Works; Why It Should Terrify Us; How to Defeat It. Mountain Lake Press (2015).
Este libro ofrece uno de los pocos raccontos escritos por un exradical islámico. El testimonio de Hamid es especialmente revelador porque formó parte de la célula de Ayman al-Zawahiri (el líder de Al-Qaeda) en Egipto. El texto, substancialmente una historia de transformación personal, sirve de referencia para comprender los mecanismos internos de los grupos yihadistas. De hecho se trata de la versión actualizada de su ebook, publicado en 2008 (puede ser descargado aquí), el cual ya trataba las mismas cuestiones. El objetivo de Hamid, quien hoy vive exiliado en Estados Unidos, donde se desempeña en la academia, es que su experiencia sirva como advertencia sobre lo que está ocurriendo en las sociedades árabes. Critica la falta de respuesta por parte de Occidente ante el fenómeno del extremismo religioso, y arremete contra lo que él llama “terrorismo pasivo”. Utiliza este término para referirse a los musulmanes con opiniones radicales que, aunque no toman parte en los hechos violentos, apoyan y celebran la agenda de islamización.
Como complemento de este trabajo, también recomiendo el registro de Maajid Nawaz, compaginado en Radical: My Journey Out of Islamist Extremism. Lyons Press (2013). Nawaz es británico-pakistaní, y su vida lo llevó a engatusarse con Hizb ut-Tahrir, una organización panislamista que aboga por implementar un califato global. Más sofisticado que Hamid, Nawaz es el fundador de la Fundación Quiliam que trabaja por la desradicalización de los jóvenes extremistas. Su testimonio arroja perspectivas sobre la elaboración de políticas públicas.
- Raymond Ibrahim. The Al Qaeda Reader: The Essential Texts of Osama Bin Laden’s Terrorist Organization. Broadway Books (2007).
Editado por Ibrahim, un estudioso del extremismo islámico, este libro recopila los textos elementales, escritos por yihadistas, que transmiten la ideología de Al-Qaeda. Tomado como evidencia, este compendio, traducido al inglés, permite una aproximación de primera mano hacia las creencias del grupo. El editor sugiere que el grupo no es irracional, y que su cohesión se desprende de un cuerpo de ideas totalitarias. Los textos expuestos muestran que Al-Qaeda hace un uso recurrente de labia religiosa para justificar sus acciones y motivos, impartiendo que el ejemplo de Mahoma es una verdad literal.
Como complemento, es posible acceder por internet a extractos del libro de Ayman al-Zawahiri, Caballeros bajo la bandera del Profeta escrito en 2001. En él, el líder de Al-Qaeda expone la ideología del grupo, y diagrama el propósito de la organización. El texto opera a la inversa que los testimonios que ofrecen Tawfik Hamid y Maajid Nawaz, en el sentido de que expone el camino del protagonista hacia la radicalización. Es un recuento de traumas, incluyendo la pérdida de colegas, y la tormentosa represión gubernamental que determinó su senda hacia el terrorismo.