Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 09/10/2017.
Las causas independentistas en Kurdistán y Cataluña han puesto nuevamente el foco sobre la espinosa cuestión del derecho a la autodeterminación. En teoría, se trata de un principio enarbolado por las Naciones Unidas. Se supone que todas las naciones reconocen la autodeterminación como ius cogens, como norma perentoria, que es determinante, e inaplazable. No obstante, idealismo aparte, en la realidad sucede otra cosa. De una forma u otra, el derecho que las naciones tienen a escoger su representación política está condenado a chocar con el principio de soberanía e integridad territorial, que fomenta la preservación de las entidades políticas ya existentes. Por esta razón, es evidente que todo Estado será reticente a posibilitar un medio para abrir paso a su propia desintegración.
La disyuntiva entre autodeterminación y soberanía es una de las controversias del derecho internacional más difíciles de resolver. La autodeterminación estuvo en boga durante la posguerra mundial, y fue promovida tanto por Estados Unidos como por la Unión Soviética en deterioro de los intereses anglo-franceses. Sin embargo, aun finalizado el proceso de descolonización, el principio de autodeterminación está actualmente fuertemente asociado a este contexto. Es decir, nadie pondría en tela de juicio el derecho de los argelinos a separarse de Francia, ¿pero por qué esto mismo no sucede en relación a las patrias autóctonas a las que aspiran kurdos o catalanes?
Para abarcar este debate, primero es necesario desbancar una idea deshonesta arraigada en el imaginario popular: el argumento informal (sin codificar) que relaciona espacialmente a la metrópolis con la región que contempla o pretende independizarse. ¿Importa la distancia física entre el grupo que quiere autodeterminación y la capital que reclama la integridad territorial del Estado que gobierna? Continuar leyendo «Referéndums en Kurdistán y Cataluña: cinismo, soberanía y autodeterminación»