La reforma judicial en Israel

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En Israel se producen manifestaciones semanales contra la reforma judicial del Gobierno desde comienzos de 2003. La oposición discute que las propuestas de la coalición gobernante socavarán la democracia y la separación de poderes. En la imagen, un manifestante en Tel Aviv sostiene un cartel que dice: «No es una reforma, es un golpe», durante una protesta en marzo. Crédito: Avivi Aharon.

La sociedad israelí está experimentado un momento de gran convulsión y polarización, motivado por la controversial reforma judicial que propone el Gobierno. Desde comienzos de este año, las manifestaciones semanales masivas evidencian una grieta creciente dentro del electorado israelí, especialmente en su mayoría judía. Los partidarios de la reforma y sus detractores coinciden en describir sus causas como justas y trascendentales, postulando que la identidad de Israel está en juego.

Aquellos que simpatizan con la coalición gobernante sostienen que la reforma es necesaria para desahuciar a una élite supuestamente atrincherada en los tribunales. Discuten que la justicia está dominada por un establecimiento secular y askenazi que ya no representa la situación demográfica del país ni las preferencias de sus ciudadanos. Por otra parte, quienes se oponen a las propuestas argumentan que el Gobierno busca deliberadamente minar la separación de poderes. Los críticos sugieren que el primer ministro Benjamín Netanyahu, señalado por la justicia por corrupción, busca quitarse de encima problemas legales. Continuar leyendo «La reforma judicial en Israel»

Arabia Saudita: la gallina de los huevos de oro

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Todos los caminos en la agenda de paz de Medio Oriente conducen a Riad. Arabia Saudita estaría considerando bajo qué condiciones estaría dispuesta a firmar un tratado de paz con Israel. El acuerdo saudita tendría grandes ramificaciones en la política del mundo musulmán. Crédito por la imagen: adznano3 / Shutterstock. 

En el lenguaje de la ciencia política estadounidense, Donald Trump es ahora un lame duck, una suerte de “pato incapacitado”, que debe aceptar con resignación la transición de poder. Se entiende, por lo menos convencionalmente, que un presidente saliente no debe tomar medidas drásticas que pudieran desafiar o contradecir las voluntades del presidente entrante.

No obstante, es evidente que hay distancia entre los supuestos teóricos y los acontecimientos prácticos, incluso en materia de política internacional. En este sentido, aunque probablemente compute en la ecuación de los analistas, el carácter errático de Trump no es el único factor en arrojar imprevisibilidad. En lo que compete a los asuntos globales, dejando de lado el COVID-19, tal vez podría haber alguna sorpresa de cara a la inauguración de Joe Biden el 20 de enero.

Desde que entró al despacho oval, Trump quiso sellar su legado con una paz inédita y comprensiva entre israelíes y palestinos. Aunque se hizo evidente que tamaña ambición no se materializará en el futuro inmediato, en su defecto Trump logró extender el reconocimiento diplomático hacia Israel en el mundo árabe. Con todo, en vista de algunos especialistas, este logro no será una paz generalizada hasta en tanto Riad no se sume a los llamados Acuerdos de Abraham. Podríamos decir que Arabia Saudita es la gallina de los huevos de oro, y si lo desea podría congraciar a Trump antes de que su mandato expire en menos de un mes. Continuar leyendo «Arabia Saudita: la gallina de los huevos de oro»

¿Vientos de paz en Medio Oriente?

Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 14/08/2020.

El Ayuntamiento de Tel Aviv se enciende con la bandera de los Emiratos Árabes Unidos el 13 de agosto de 2020, luego de que se anunciara el país estableceria relaciones diplomáticas con Israel. Credito por la imagen: Oded Bality / AP.

El 13 de agosto Donald Trump anunció que los Emiratos Árabes Unidos e Israel acordaron establecer relaciones diplomáticas plenas, compartiendo por Twitter una declaración conjunta de las partes involucradas. Con este desarrollo, los Emiratos se convertirán en el tercer país árabe, luego de Egipto y Jordania, en reconocer abiertamente la existencia de Israel a los efectos de intercambiar embajadores.

Según lo estipulado, el acuerdo llega como un compromiso. A cambio de oficializar relaciones, Israel se compromete a congelar los ya anunciados planes para anexionar territorios en Cisjordania. Esta premisa podría sugerir que nos encontramos ante un nuevo escenario regional en Medio Oriente, quizás vaticinando mayores acuerdos entre Jerusalén y las capitales del Golfo. ¿Se vienen vientos de paz? Continuar leyendo «¿Vientos de paz en Medio Oriente?»

La cuestión de la anexión de Cisjordania

Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 01/06/2020.

El primer ministro Benjamín Netanyahu explica sus planes para anexar el valle del Jordán (pintado de azul en el mapa) durante una presentación el 10 de septiembre de 2019. De concretarse tales planes, Israel podría poner en peligro su seguridad y su reputación o lugar entre las naciones occidentales. Crédito por la imagen: Hadas Parush / Flash90.

Tras el establecimiento de una coalición de Gobierno en Israel, Benjamín Netanyahu afirmó que empujaría para llevar a cabo la anexión del 30% de Cisjordania, incluyendo el valle del Jordán. Como era previsible, y pese a la atención mediática puesta en la presente pandemia, tales declaraciones no pasaron desapercibidas. A nivel internacional, las pretensiones del primer ministro fueron contestadas con fuertes advertencias. Mismo así, comenzando por los debates domésticos, no son pocas las controversias en torno a la extensión de soberanía judía sobre Judea y Samaria, las regiones bíblicas cisjordanas típicamente catalogadas como territorios ocupados.

A decir verdad, como hoja de ruta, la anexión supone la confirmación de realidades en el terreno, de por sí virtualmente inalterables bajo cualquier tipo de tratado de paz. Si bien Israel no estaría anexando la totalidad de Cisjordania, estaría oficialmente incorporando los principales bloques de asentamientos, bajo los lineamientos contemplados en el plan de paz de Donald Trump. Se trata de rubricar jurídicamente la soberanía que el Estado judío ya ejerce sobre grandes parcelas de territorio que los palestinos reclaman como suyo. Según puede contemplarse, la medida unilateral sería una suerte de balde de agua fría para despertar al liderazgo palestino, acaso forzándolo a negociar so pena de perder mayores territorios.

No obstante, asumiendo que la proposición anexionista se lleve a cabo, dichos planes claramente trascienden el límite de las formalidades. Para empezar, la anexión podría desencadenar un duradero estadio de violencia, en tanto los jefes palestinos “moderados” desconocerían todo acuerdo y esfuerzo de cooperación conjunta con las autoridades israelíes. Si para los partidarios de Netanyahu la anexión simboliza la consecución de las aspiraciones sionistas, para los palestinos es también la realización, acaso desesperada, de que el statu quo es precisamente inalterable. En segundo término, tal como argumentan destacados veteranos de la seguridad israelí, la anexión podría forzar a los mandatarios de la región a renunciar a los tratados de paz y truncar futuras iniciativas en esta dirección. Continuar leyendo «La cuestión de la anexión de Cisjordania»

El plan de paz de Trump para Medio Oriente

Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 04/02/2020.

El presidente estadounidense Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu anuncian e en la Casa Blanca el nuevo plan de paz para el conflicto israelí-palestino, el 28 de enero de 2020. Aunque el programa es marcadamente proisraelí, su relevancia estriba en el reconocimiento explícito que recibio por parte de Egipto y las monarquías del Golfo.

El 28 de enero la Casa Blanca dio a conocer la “Visión por la Paz” para resolver el conflicto israelí-palestino. Donald Trump hizo el anuncio del proyecto en compañía de Benjamín Netanyahu, pidiendo al liderazgo palestino aceptar la iniciativa. Para los partidarios de la alianza israelí-estadounidense, se trata de una solución ingeniosa que busca diferir controversias políticas por medio de un paquete económico y un plan de infraestructura sin precedentes. En cambio, para sus detractores, es un plan insípido, tan tendenciosamente proisraelí que se hace impracticable.

¿Qué lectura debe hacerse entonces del asunto? Si bien el programa estadounidense fue boicoteado de antemano por el liderazgo palestino, lo interesante es que Trump cuenta abiertamente con el apoyo de Arabia Saudita, Egipto, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Este es un desarrollo sin parangón en la historia del problemático proceso de paz iniciado formalmente con los acuerdos de Oslo de 1993. Más allá de los parámetros estipulados en el programa, en la alta política árabe queda claro que el conflicto no será resuelto mediante la iniciativa de los palestinos. En esta posición existe un reconocimiento implícito a Israel como potencia regional, y una valorización de la consecuente necesidad realista de normalizar relaciones diplomáticas en cuanto sea posible.

Incluso si el programa de paz no es llevado a cabo, la “Visión por la Paz” ofrece un marco para que los países árabes que no reconocieron formalmente a Israel puedan hacerlo. De alguna manera, justamente gracias a la parcialidad del plan, la pelota está en la cancha palestina; de modo que todo fracaso en la implementación recae discursivamente en la falta de voluntad de los líderes palestinos. Aunque el plan de Trump puede leerse como una imposición unilateral, demuestra simultáneamente la transversalidad del pragmatismo y la fuerza militar en la política internacional. No obstante, creo que es erróneo decir que los Estados árabes están dispuestos a sacrificar el bienestar de los palestinos en pos de normalizar relaciones con Israel. Continuar leyendo «El plan de paz de Trump para Medio Oriente»

El rey Bibi camina por la cornisa

Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 22/09/2019 bajo el título «El futuro incierto de Netanyahu».

El «rey» Bibi Netanyahu está caminando por la cornisa y posiblemente llegando al final de su mandato. La segunda ronda electoral en Israel confirma el desgaste político producido por la inhabilidad de las fuerzas políticas a ponerse de acuerdo para formar una coalición de Gobierno. El único punto en donde hay acuerdo es en la conveniencia de que Netanyahu dé un paso al costado como primer ministro. Crédito por la imagen: David Lockard / Haaretz.

El 17 de septiembre Israel celebró elecciones generales por segunda vez consecutiva en un año. Sin embargo, al igual que los primeros comicios de abril, los resultados no rompieron la grave parálisis política que atraviesa el país. Esto se debe a que ningún partido o alianza puede formar Gobierno sin antes recurrir a plataformas incompatibles o antagónicas.

Tal y como reflejan distintos titulares, el impasse en el parlamento hebreo podría significar la caída de Benjamín Netanyahu, el primer ministro que más tiempo ha liderado Israel. No por poco, las últimas elecciones fueron percibidas como un referéndum a la figura del mandatario; a la continuidad del “rey” Bibi en el poder. Lo cierto es que los actores principales coinciden en que Netanyahu se tiene que ir, pues es el obstáculo más importante que dificulta un acuerdo de unidad.

La política israelí contemporánea es un verdadero juego de tronos con drama, traición y rencores. El líder del oficialismo es la pieza central, pero su situación en el tablero es la más precaria. Por lo pronto, el partido gobernante Likud perdió la mayoría parlamentaria, habiendo obtenido 31 escaños frente a los 33 que ganó la lista “Azul y Blanco” (Kahol Lavan) encabezada por Benny Gantz. Este resultado habla de la polarización de la sociedad israelí entre partidarios y detractores del primer ministro. Continuar leyendo «El rey Bibi camina por la cornisa»

Un sistema presidencialista para Israel

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Israel se enfrenta al prospecto de inestabilidad política a largo plazo. El sistema parlamentario israelí está entrando en decadencia. A mi criterio el país necesita Gobiernos fuertes para poder tomar decisiones dificiles y restar la influencia desproporcionada de los sectores ultraortodoxos. Un sistema presidencialista podría ser la respuesta.Crédito por la imagen: Lev Tsimbler.

El 17 de septiembre Israel celebrará elecciones legislativas por segunda vez en un año: una ocurrencia sin precedentes que deja entrever la falta de estabilidad del sistema parlamentario israelí. Este problema tiene larga data, y es discutido regularmente por observadores y analistas políticos. Si bien el modelo vigente le ofrece al electorado mucha representatividad, al menos en términos de candidatos y plataformas a elegir, en última instancia, la multiplicidad de partidos y la creciente polarización social en torno a debates nacionales dificultan enormemente la gobernabilidad y la toma de decisiones.

Los politólogos reconocen que el sistema político israelí es una rareza o excepción a la regla. Existe un sistema democrático y sin embargo multiconfesional. Como ya notaba Giovanni Sartori en Partidos y Sistemas de Partidos (1976), “la religión desempeña, en la política israelí, un papel contradictorio, o por lo menos ambiguo” Por un lado, es evidente que el judaísmo es el factor aglutinador que provee identidad al Estado. Por otro, los partidos confesionales buscan expandir el alcance de la ley religiosa, en tanto contradiciendo el estatus moderno del Estado.

Los últimos acontecimientos demuestran efectivamente que la fisura entre seculares y religiosos está creciendo a pasos agigantados; a tal punto, que cada vez es más difícil alcanzar consenso y apaciguar diferencias. Aunque este análisis no es nuevo, a mi criterio amerita otra discusión en relación a la posibilidad de reformar las reglas de juego. La realidad es que el parlamentarismo israelí no permite los niveles de estabilidad necesarios para tomar decisiones difíciles. Por ello, creo que es hora de introducir los méritos de un sistema presidencialista, y que los políticos israelíes evalúen la transformación del sistema. Continuar leyendo «Un sistema presidencialista para Israel»

Altos del Golán: mitos y verdades

Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 28/03/2019 bajo el título «Entendiendo el conflicto por los Altos del Golán».

Soldados israelíes apostados en los Altos del Golán miran hacia la provincia siria suroccidental de Quneitra, el 7 de julio de 2018. Israel capturó el Golán durante la guerra de los Seís Días en 1967.  Ningún Estado reconocía a dicho territorio como israelí, pero el 25 de marzo Donald Trump firmó una declaración reconociendo al Golán como territorio israelí. Crédito por la imagen: Jalaa Marey / AFP / Getty Images.

El 21 de marzo el presidente estadounidense Donald Trump anunció por Twitter que llegó la hora de reconocer la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán. Finalmente, lo hizo oficial el 25 de marzo con una proclamación en la Casa Blanca en presencia del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Evidentemente, siguiendo el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, la decisión de Trump fue recibida con júbilo por el liderazgo de dicho país. En cambio, tal y como era previsible, la nueva política de Washington fue condenada por varios países y por los adversarios del Estado hebreo.

La noticia ha sido tratada desde distintos ángulos, cubriendo algunas verdades y difundiendo a la vez ciertos mitos. Por eso, a razón de las circunstancias, vale la pena revisar la situación del Golán y preguntarse en qué cambia o afecta a Medio Oriente el anuncio de Trump, y si acaso tienen sentido las alarmas de la comunidad internacional. Continuar leyendo «Altos del Golán: mitos y verdades»