El nuevo dilema de Erdogan

Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 24/10/2015; y en AURORA el 25/10/2015 bajo el título «El nuevo dilema de Erdogan ante el avance ruso».

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El «sultán» turco, Recep Tayyip Erdogan se dirige a sus partidarios durante una manifestación de apoyo al oficialismo en la ciudad de Elazig, en marzo de 2014. Aunque su plataforma salió victoriosa durante las últimas elecciones, en junio de este año, Erdogan no logró hacerse con suficientes bancas en el parlamento como para gobernar sin necesidad de pactar con otras fuerzas políticas. En un intento por evitar formar una coalición de gobierno, el líder convocó a elecciones anticipadas para el próximo primero de noviembre. No obstante, mientras no se esperan resultados disímiles a los de junio, paralelamente se registra una peligrosa polarización social que podría ser causal de una nueva ola de violencia en suelo turco. Crédito por la imagen: Umit Bektas / Reuters.

Hace dos meses escribía que Recep Tayyip Erdogan tenía un dilema por delante. Con su popularidad en un bajo histórico, en aquella oportunidad discutía que para imponerse en las elecciones anticipadas (y generales) del primero de noviembre, el mandamás turco, en el poder desde hace más de una década, tenía que dar con un logro resonante en política exterior. Actuar o no actuar en Siria y en Irak – esa era la cuestión. Por ponerlo sucintamente, Ankara se opone al régimen de Bashar al-Assad porque representa una gran fuente de inestabilidad regional, y porque se supone el apéndice de Irán, al que Turquía quiere contrarrestar. Por otro lado, el Estado Islámico (ISIS) también representa un grave peligro, pero el Gobierno turco teme que una derrota yihadista signe una victoria kurda irreversible, poniendo a los kurdos un paso más cerca de su tan ansiada estatidad. En agosto este era el dilema de un Erdogan presionado domestica e internacionalmente por su ambigüedad y vacilación. Los analistas concedían al respecto que si el “sultán” turco quería asegurarse una mayoría parlamentaria en los comicios, necesitaba tomar una resolución contundente, y lo que es más difícil (considerando los riesgos), conseguir una victoria rápida que sea mediatizable y redituable en términos electorales.

Bien, ¿qué puede hacer el oficialismo turco, a poco más de una semana de las elecciones, para incrementar sus posibilidades? Indistintamente de lo que pase en los próximos días, lo más probable es que el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), capitaneado por Erdogan, salga como la primera fuerza política del país. El problema pasa no obstante por el hecho de que Erdogan no quiere verse obligado a formar una coalición para poder gobernar, pues hasta ahora nunca ha tenido que negociar o conciliarse con sus contrincantes políticos. Para peor, ya no puede intervenir en Siria ni aunque quisiera, y de momento difícilmente pueda actuar en Irak. Vladimir Putin le ha ganado de antemano, y le ha cortado a los turcos la posibilidad de interponerse, en detrimento del prestigio de Turquía como actor regional. Consecuentemente, podríamos decir que Erdogan se enfrenta ahora a un nuevo dilema: ¿cómo proyectar poder? ¿Apuntar sus cañones al escenario doméstico o al campo de batalla externo? Por lo pronto la distinción entre uno y el otro parece haberse desvanecido del glosario político de los turcos. Y dispare a donde dispare, Erdogan arriesga con incendiar Turquía y sus alrededores. Continuar leyendo «El nuevo dilema de Erdogan»

El dilema de Erdogan

Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 28/08/2015; y en AURORA el 02/09/2015 bajo el título de «El dilema de Erdogan entre su figura y la realidad».

Turkey's President Tayyip Erdogan looks on durin his visit to Northern Cyprus
Tayyip Recep Erdogan durante una visita al Chipre turco el último julio. El presidente de Turquía tiene las riendas del poder desde hace doce años. Anteriormente primer ministo, Erdogan busca dotar a su país con un sistema presidencialista fuerte, con él a la cabeza. Siendo en teoría el rol del presidente ceremonial, Erdogan no figurará en las boletas durante las elecciones anticipadas convocadas para noviembre. Se concede no obstante que el «sultán» ejerce una inmensa presión en la política, y es quien realmente toma las decisiones importantes. Dada la caída de su popularidad, Erdogan necesita una victoria en política exterior para ganar puntos. Crédito por la imágen: Harun Ukar / Reuters.

Tras sufrir una recaída electoral en junio, con su popularidad en un bajo histórico, Recep Tayyip Erdogan, fiel a su estilo, ha vuelto a apostar a la política exterior para ganar los puntos que le faltan. Apelando a un tono nacionalista, tanteando una ofensiva contra los enemigos del Estado, el oficialismo busca compensar por la gestión que falta en casa, y, apalancándose en el contexto actual de guerra regional, busca recuperar los votos que en las últimas elecciones no pudo cosechar. Es la primera vez, desde las elecciones generales de 2002, que la plataforma de Erdogan, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), no logra hacerse con una mayoría parlamentaria.

Pese a ganar las elecciones pasadas, dado que no ha podido formar coalición con otra fuerza política, Turquía llamará a elecciones anticipadas en noviembre. Erdogan intenta cambiar el sistema turco para convertirlo en un presidencialismo moldeado en el ejemplo ruso, y en los tres meses que quedan hasta los próximos comicios, espera recuperar votantes apoyándose en una política exterior fornida. Esta, que en el pasado reciente ha sido duramente criticada por su ambivalencia frente al conflicto en Siria y el avance del yihadismo, en los últimos meses se ha endurecido; y mientras el Gobierno la presenta como el cálculo estratégico propio de los intereses nacionales, la oposición, periodistas y analistas, sospechan que la misma estriba de intereses políticos bastante limitados, con mira a réditos inmediatos en el plano doméstico. De cualquier modo, vale preguntarse si la política exterior turca es sustentable, como desde ya también inquirir si le saldrá bien o no la apuesta a Erdogan. Continuar leyendo «El dilema de Erdogan»

Entrevista con Círculo Global 1070 AM Radio Noticias de Guadalajara

Entrevista radial realizada el 18/03/2015 con motivo de las elecciones en Israel.
 
Benjamín Netanyahu ganó las elecciones parlamentarias en Israel. Tras su triunfo el martes pasado se conoció que estaría formando un nuevo Gobierno con fuerzas políticas derechistas. Crédito por la imagen: Reuters.
Benjamín Netanyahu ganó las elecciones parlamentarias en Israel. Tras su triunfo el martes pasado se conoció que estaría formando un nuevo Gobierno con fuerzas políticas derechistas. Crédito por la imagen: Reuters.

Elecciones en Israel: el escenario y posibilidades tras la victoria nacionalista

Artículo original. Publicado también en INFOBAE el 21/03/2015.

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El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu hace oficial su victoria electoral el último martes en el bunker del Likud. Crédito por la imagen: EPA

Benjamín Netanyahu renovará su mandato como primer ministro de Israel. Lo que durante la jornada del martes parecía, a boca de urna, una victoria ajustada del Likud frente a la Unión Sionista (Majane HaTzioni), finalmente ha resultado ser una victoria determinante, que deja a la centroizquierda israelí en una posición desperanzada. Mientras que el Likud ha obtenido 30 escaños para la Knesset (parlamento), la alianza encabezada por Isaac “Buji” Herzog y Tzipi Livni obtuvo 24.

La pregunta ahora es cómo será la forma del nuevo Gobierno. Por convención, es el presidente de Israel, una investidura mayormente ceremonial, quien debe seleccionar al primer ministro entrante. Para esto debe tomar en cuenta su capacidad para negociar con las demás fuerzas políticas y formar una coalición; que por supuesto está condicionada al número de bancas que cada partido aseguró en la Knesset. El presidente, Reuven Rivlin, nombrado en julio del año pasado y miembro del partido Likud, debe darle al jefe de Gobierno, el primer ministro entrante, un plazo de hasta 45 días para que este presente una coalición viable. El premier debe poner de su lado a un mínimo de 61 parlamentarios: la mitad más uno del cuerpo legislativo israelí. Continuar leyendo «Elecciones en Israel: el escenario y posibilidades tras la victoria nacionalista»

Tumulto político en Israel: ¿cierre o continuación de la era Netanyahu?

Publicado originalmente en INFOBAE el 09/12/14.

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Netanyahu a momentos de comenzar la conferencia de prensa el martes 2 de diciembre, cuando anunciara formalmente la ruptura de la coalición. Crédito por la imagen: Emil Salman.

El martes pasado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, despidió a su ministro de Finanzas, Yair Lapid, y a su ministra de Justicia, Tzipi Livni, ocasionando la ruptura de la coalición que armara en marzo de 2013, ya con bastantes dificultades, para lograr su tercer Gobierno. Sin el sustento de las dos fuerzas más importantes del centro, Yesh Atid (de Lapid), y Hatnuah (de Livni), que en conjunto sacaron el 19% de los votos en las últimas elecciones de enero de 2013, el Gobierno de Netanyahu se queda corto de números, y se queda escueto de legitimación para liderar el país. Siendo este el caso, el llamado a nuevas elecciones se ha hecho inevitable. Bien, lo que se preguntan los israelíes, como así mismo todas las partes interesadas en el proceso de paz, es qué sucederá en marzo, para cuando está previsto el próximo sufragio. ¿Será el cierre de la era de “Bibi”, como le dicen al mandatario, o será la oportunidad que éste necesita para revindicar su liderazgo con una nueva coalición?

Netanyahu asentó que su decisión se basaba en un criterio de gobernabilidad, siendo que no podía mandar “con una oposición dentro del Gobierno”. Para situarnos en contexto, hay dos elementos clave que hay que tener presente. El primero tiene que ver con el aparato político israelí en sí, y el segundo con la polémica desatada a raíz de la ley Israel – Estado judío. Continuar leyendo «Tumulto político en Israel: ¿cierre o continuación de la era Netanyahu?»