¿Es islamófobo monitorear a las comunidades musulmanas?

Artículo Original.

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Mientras los expertos en seguridad insisten en que es necesario monitorear a las comunidades musulmanas, críticos y activistas aducen que los servicios de seguridad están institucionalmente sesgados con posturas racistas y xenófobas hacia el islam. En la foto, un grupo de musulmanes se concentra ante el Ayuntamiento de Barcelona, en diciembre de 2015. Crédito por la imagen: Robert Bonet.

La reciente ola de atentados en Francia y en Bélgica ha vuelto a reavivar un debate que lleva instaurado por lo menos desde hace quince años, desde que el peligro del radicalismo islámico se hiciera palmario tras los ataques de Al-Qaeda en Estados Unidos. En relación con este flagelo, a diferencia del continente americano, donde la integración de los musulmanes ha sido más exitosa, Europa no ha podido o no ha sabido tratar con la población procedente de una coyuntura islámica.

El barrio de Molenbeek en Bruselas es quizás un ejemplo conocido y revelador. Puesta en escrutinio por las autoridades tras los atentados del 22 de marzo, esta municipalidad cuenta con una mayoría musulmana, principalmente de origen marroquí, y se ha sido catalogada como un caldo de cultivo de yihadistas. En la medida que la radicalización islámica genera resquemor para con los sectores musulmanes, cada vez son más los políticos, especialmente aquellos populistas, que demandan un seguimiento, o alguna especie de control sobre lo que se discute puertas adentro de las mezquitas y centros culturales islámicos.

Desde el punto de vista del oficial de inteligencia y seguridad, más allá de las polémicas políticas –de lo que digan o hagan los funcionarios– existe una necesidad tangible de monitorear lo que sucede en las instituciones islámicas; con mayor o menos intensidad según el caso. En palabras de un analista francés, “estamos ciegos”. “No contamos con las herramientas más obvias para lidiar con esta amenaza”. Para los expertos europeos, las deficiencias en materia de seguridad tienen mucho que ver con la inhibición de los líderes a tratar temas espinosos, conocidos por contrariar la corrección política, y ergo suscitar fuertísimas críticas. Por eso, tal como expresa lacónicamente un analista belga, el problema en cuestión no será resuelto en tanto no se tome una decisión: “O querés vivir en una sociedad muy segura –una sociedad con un montón de fuerzas de seguridad– o te quedás con tu modo de vida, y con las libertades con la que estás acostumbrado a convivir.”

¿Es entonces islamófobo el destinar más recursos para hacer un seguimiento más detenido a los musulmanes? Hay quienes dirían que el solo hecho de plantear tal discusión esconde una agenda xenófoba; una “gran ópera” ilusoria articulada para generar miedo. ¿Es válida esta aseveración? Continuar leyendo «¿Es islamófobo monitorear a las comunidades musulmanas?»

Marcelo Cantelmi y otro comentario errado sobre la Yihad

Artículo publicado originalmente en POLÍTICAS Y PÚBLICAS el 02/04/2016.

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Marcelo Cantelmi, jefe de exteriores del diario Clarín, opina que el Estado Islámico no lleva ninguna ideología religiosa por detrás. Por otro lado, alega que la derecha populista es tan peligrosa como el propio yihadismo. Además de errados, sus comentarios trivializan el estudio académico acerca del islam radical. Crédito por la imagen: Diario Sirio-Libanés.

Marcelo Cantelmi, el jefe de política internacional del diario Clarín, nuevamente ha opinado acerca del Estado Islámico (ISIS). Para ir al grano, desde mi lugar ya había criticado al reconocido periodista por plantear lo que a mi criterio es una visión ilusa e inocente acerca del yihadismo. En noviembre, Cantelmi argüía en su columna de Clarín que el ISIS no tenía nada de “islámico”; y que el islam es un componente mítico y fabulesco, dentro de la amenaza terrorista que representa dicho grupo.

En mi tribuna, a modo de retruque, aprovechaba la ocasión para dejar ver la incongruencia de esta conducta intelectualmente deshonesta. Postulaba que el jefe de exteriores de uno de los principales periódicos argentinos debería leer más libros de Historia y menos artículos de internet. Con una mirada superficial del asunto, Cantelmi les decía a sus lectores que los intereses de los yihadistas son terrenales, y no así religiosos. Para dar autoridad a su comentario, el periodista –quien por cierto también es docente en periodismo– citaba que el ISIS se aparta del ejemplo de Mahoma, porque mientras “para esta banda asesinar a sus prisioneros es una rutina”, “Mahoma mató a solo dos y liberó a 6347”.

Al leer a Cantelmi, lo religioso parece representar una abstracción sin mucho sentido como factor explicativo. En mi opinión, esta sentencia, si es que en efecto así la piensa Cantelmi, no podría estar más alejado de la realidad. Acaso reflejando la máxima del materialismo dialéctico –que la ideología tiene su base en las condiciones materiales de la vida– el periodista cae en lo grotesco de buscar explicar al ISIS desde el marxismo. Y nuevamente, en su columna más reciente, este formador de opinión insiste en sobreponer supuestos intereses geopolíticos a ideología, como si la religión fuera una mera fachada para la muchachada, para el circo. Por ello, si se me permite la expresión, habemus otro comentario despistado, de este cronista desorientado. Continuar leyendo «Marcelo Cantelmi y otro comentario errado sobre la Yihad»

¿Por qué hay silencio frente al genocidio cristiano?

Artículo publicado originalmente en POLÍTICAS Y PÚBLICAS el 30/03/2016.

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Gente llorando el 28 de marzo durante el funeral de sus seres queridos, un día después del ataque suicida contra una multitud cristiana, que dejo más de 70 muertos en Lahore, Pakistán. La situación de los cristianos en el mundo se ha vuelto bastante precaria, siendo sujetos fáciles del terrorismo islámico. Crédito por la imagen: Rahat Dar / EPA. 

Tras los trágicos atentados en Bruselas, los medios informaron que el 27 de marzo se produjo un ataque suicida contra una conglomeración de cristianos que celebraban la pascua en Lahore, Pakistán. Se habla de que hay más de 70 muertos, en su mayoría mujeres y niños, y que el móvil evidente del ataque es el odio hacia la población no musulmana del país. Sin embargo, por alguna razón lúgubre, también es muy trágico que –a nosotros, los latinoamericanos, los occidentales– este asunto no parece indignarnos demasiado.

Por si la barbarie de Al-Qaeda no estuviera impregnada lo suficiente en el recuerdo, ya acostumbrados a las ejecuciones al estilo Estado Islámico (ISIS), estos asesinatos en masa se convirtieron en la norma, en una realidad que, aunque sobresalta, en la cotidianidad no sorprende lo suficiente. Al final del día, esto de que el extremismo islámico le declaró la guerra a todo quien no suscriba con sus interpretaciones es noticia conocida.

Por otro lado, parecía que por más aclimatado que está el periodismo al fuego yihadista, paradójicamente, los periodistas no se explican de donde viene toda esta violencia, ni tampoco hacia donde va. Fallan, en otras palabras, en proveer el contexto indispensable para adquirir una comprensión honesta de lo que está ocurriendo. En este sentido, fracasan en informarnos que lo que estamos presenciando es una campaña genocida, pensada en una escala global, contra los cristianos. Continuar leyendo «¿Por qué hay silencio frente al genocidio cristiano?»

Seguridad israelí para los aeropuertos del mundo

Artículo Original. Publicado también en INFOBAE el 31/03/2016.

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Los atentados del 22 de marzo en Bruselas reabrieron el debate acerca de la seguridad aeroportuaria. Siendo el aeropuerto de Tel Aviv uno de los más seguros del mundo, quizás es momento de estudiar el modelo israelí con seriedad. En la foto, personas se alejan del aeropuerto de Bruselas luego de que estallaran las explosiones. Crédito por la imagen: Geert Vanden Wijngaert / AP.

Los trágicos atentados que sacudieron Bruselas días atrás pusieron de relieve, una vez más, la necesidad imperiosa de aumentar la seguridad en las capitales europeas. Entre lo que está en discusión, el saldo de 13 muertos en el principal aeropuerto belga manifiesta –como quien dice – que hecha la ley, hecha la trampa, y que aún con tantos mecanismos de seguridad, las terminales internacionales siguen siendo territorio accesible para el terrorismo.

El hecho de que se hayan producido explosiones en uno de los aeropuertos más transitados de Europa en la era post 9/11, dice mucho acerca de las deficiencias en materia de seguridad. Pese a las nuevas tecnologías y a los controles espinosos, evidentemente los mecanismos para salvaguardar al pasajero de la ira terrorista no alcanzan. Con justa razón, la prensa ha recogido el caso para relanzar el debate acerca de la seguridad aeroportuaria. ¿Es necesario que las autoridades extiendan los controles más allá de las puertas de embarque, a expensas de la comodidad y privacidad de los usuarios? Parece evidente que, lamentablemente, la respuesta es sí.

Tal vez Israel tenga respuestas. No por poco, dada su tenaz experiencia con el terrorismo, tiene uno de los aeropuertos más seguros del mundo. En el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv, uno no necesariamente tiene que sacarse el cinturón y los zapatos, y, no obstante, a uno lo están mirando constantemente. Si bien este logro no vino sin sus propias polémicas, lo cierto es que la doctrina de seguridad israelí es exitosa, y podría ser replicada en las terminales internacionales; especialmente en las occidentales, acaso las más endebles a convertirse en blancos de la furia yihadista. Continuar leyendo «Seguridad israelí para los aeropuertos del mundo»

Atentado en Uruguay: el perfil del asesino

Artículo Original. También publicado en INFOBAE bajo el título «Uruguay: las conexiones terroristas del musulmán que asesinó al dirigente judío».

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El martes 8 de marzo un hombre asesinó a puñaladas a otro por su mera condición de judío, en la ciudad de Paysandú, Uruguay. El fatídico evento sacudió al país , y existe evidencia que sugiere que el homicida, que ya contaba con antecedentes por violencia, podría haber actuado bajo la influencia de islamistas extranjeros. En la foto, el cuchillo del agresor. Crédito por la imagen: El Telégrafo.

El 8 de marzo se produjo un atentando en la ciudad uruguaya de Paysandú. Alrededor de las tres de la tarde, David Fremd, conocido empresario y prominente integrante de la comunidad judía del ámbito local, se aproximaba a su comercio (ubicado sobre Avenida España y Guayabos) cuando un hombre de 35 años lo interceptó por la espalda, acuchillándolo un par de veces. La víctima tenía 55 años, era padre de tres hijos, y, trágicamente, falleció posteriormente en un sanatorio. Las heridas eran demasiado graves y Fremd no pudo ser salvado.

La víctima estaba acompañada por uno de sus hijos. Este intentó defender a su padre, pero el atacante le propició varios cortes en un brazo. Según lo reportado, el homicida se dio entonces a la fuga. Corrió un par de cuadras hasta ser reducido por dos transeúntes que, al presenciar el suceso, lo persiguieron y sujetaron hasta la llegada de personal policial.

Al cabo de unas horas se pudo confirmar que el crimen fue premeditado y que estuvo motivado por causas religiosas. Según una versión que circula por las redes sociales, el agresor habría cometido su acto al grito de “Allahu akbar” (Dios es grande). Otra versión apunta a que el hombre habría dicho en cambio “soy de ISIS y hay que matar a los judíos de mierda”. Independientemente de estos rumores, lo cierto es que ha podido confirmarse que el agresor mató a Fremd por su condición de judío. Fuentes oficiales confirmaron a El Observador que el asesino confesó: “Maté a un judío por orden de Allah” . Continuar leyendo «Atentado en Uruguay: el perfil del asesino»

El mito del Estado Islámico no islámico

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La imagen, extraída del número 7 de DABIQ, la revista del Estado Islámico (ISIS), lee «Islam es la religión de la espada, no del pacifismo». El artículo que acompaña este eslogan dice «Alá reveló al islam como la religión de la espada, y la evidencia de esto es tan profunda que solo un hereje argumentaría lo contrario». En una columna reciente, Marcelo Cantelmi, jefe de exteriores del diario Clarín, argumenta que en el ISIS la religión es una fachada para esconder intereses terrenales.

El Estado Islámico (ISIS) es una de las sensaciones mediáticas del momento. Mire como se lo mire, y desde donde se lo mire, se hace presente en la prensa, en las conversaciones de todos los días, y en el imaginario popular. Se sabe que es la organización terrorista más peligrosa, y que escenifica niveles pavorosos de violencia. Sus ambiciones de purgar Medio Oriente, sino todo el mundo, de apóstatas, infieles y detractores son tan grandes, que, en comparación, incluso Al-Qaeda parece menguarse. El ISIS ha logrado consagrar su infamia rápidamente, y a la par, conforme lo planteado por muchos periodistas, no todos especialistas, se ha establecido el mito que esta entidad no es islámica. Se dice que el ISIS, dado que no representa a todos los musulmanes, no es en sí musulmán; y – que básicamente – se trata de un cuerpo terrorista antitético con los valores del islam.

Ejemplificando, esto es lo que argumenta Marcelo Cantelmi, jefe de política internacional del diario Clarín, cuando, en función de que le conviene decir, les explica a sus lectores que las enseñanzas reales del islam y aquellas del ISIS son dos cosas totalmente alejadas. Desde luego no puede decirse que el ente terrorista sea representativo de todos los musulmanes, pero, ¿acaso eso lo hace menos “islámico”? En este espacio quiero responderle al renombrado periodista. Mi propósito parte de la base que Cantelmi es un formador de opinión muy respetado, y en vista de esta realidad, lamento que desconozca la raíz fehacientemente musulmana del grupo en cuestión. En palabras de un colega, como analista, lo que Cantelmi ofrece en este caso es una mirada conformista, que no hace más que pagar un peaje de corrección política. Por así decirlo, escribe una columna que le podría sentar bien a cualquiera, sin instar controversia, pero, causalmente, tampoco respuestas. Continuar leyendo «El mito del Estado Islámico no islámico»

La Yihad, y las paradojas del pacifismo occidental

Artículo Original.

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Viñeta de José Maria Nieto publicada el 9 de enero de 2015 en el periódico ABC de España. El discurso pacifista y políticamente correcto frente a la amenaza yihadista tiene sus paradojas. Conduce al autoengaño, es contraproducente, y minimiza la responsabilidad que tienen las comunidades musulmanas en la lucha contra el extremismo.

Ante la barbarie del yihadismo, muchos de mis conocidos se han volcado a las redes sociales para pregonar mensajes de tolerancia religiosa y de amor. Comparten imágenes con mensajes loables que invitan a la reflexión y al acercamiento cultural. Por ejemplo, está la campaña viral de musulmanes que le dicen a la gente “el Estado Islámico (ISIS) no me representa” – “not in my name” (en mi nombre no); están las fotos de judíos, cristianos y musulmanes de la mano, y demás alusiones a que todos se llevan bien. También está la foto de un musulmán francés dando abrazos en París. Tengo amigos que, con todas las buenas intenciones del mundo, me dicen “lo de Francia pasó por la exclusión de los musulmanes”, “por la pobreza”. Cuando yo desmitifico la relación entre pobreza y terrorismo, yéndose por la tangente, algunos me dicen que los yihadistas no representan a los musulmanes. Punto. Se acabó el debate, porque resulta que esto ha sido consagrado como dogma por el establecimiento de lo políticamente correcto. Desde luego, sabemos que no es justo medir a todo un colectivo por las acciones nefastas de una minoría extremista. Como resultado – retomando mis amigos su argumento –  frente al clima de ansiedad suscitado por el auge del terrorismo islámico, podemos estar tranquilos que la gran mayoría de musulmanes no es yihadista.

¿Es contestable está noción? Por supuesto que lo es, pero conlleva un costo. Debatirla implica entrar en el pantanoso terreno de lo políticamente incorrecto. Significa remar contra la corriente, y exponerse a que lo tilden a uno de muchas cosas feas, incluso antes de que los argumentos tengan la oportunidad de ser debidamente presentados. Por tanto, apelar al mantra de que “los yihadistas son una pequeñísima minoría” se ha vuelto la respuesta cómoda por excelencia. Es empleada como un medicamento para calmar los nervios, y asegurarle al tipo promedio que no tiene nada qué temer de su vecino musulmán. Bien, so pena de que alguien me llame islamofóbo, me permito discrepar, pues este comportamiento pacifista tiene sus paradojas. Conduce al autoengaño, es contraproducente, y resta responsabilidad a las comunidades musulmanas, muchas de ellas virtualmente inertes frente al embate del extremismo. Continuar leyendo «La Yihad, y las paradojas del pacifismo occidental»

Crónica de otra masacre anunciada

Artículo publicado originalmente en POLÍTICAS Y PÚBLICAS el 11/16/2015. También publicado en INFOBAE el 24/11/2015.

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Parisinos reunidos afuera de la sala Bataclan luego del ataque, el 13 de noviembre de 2015. El Estado Islámico (ISIS) tomó responsabilidad por la serie de atentados que sacudieron Francia. Hay centenares de heridos, y 132 víctimas fatales confirmadas. Crédito por la imagen: Pascal Le Segretain / Getty Images.

A menos de un año del atentado a Charlie Hebdo y a Hyper Cacher, el terrorismo islámico vuelve a desgarrar a los parisinos, despertando nuevamente desasosiego entre los occidentales. Otra vez, los medios describen las escenas de luto y resquemor en una capital europea asediada por una fuerza transnacional invisible al transeúnte. Tal como ya acostumbra a suceder en la inmediatez de un ataque terrorista, la gente comienza a preguntarse el por qué, a divagar sobre las razones que vienen detrás, y a tratar de dar con las motivaciones de los asesinos. Basta con prender la televisión y sintonizar una cadena internacional para apreciar que el debate, de uno u otro modo, siempre termina girando en torno al “¿por qué nos odian tanto?”. A esto se suma el agravante de que Francia ha sufrido el ataque terrorista más terrible de su historia, y que los perpetradores amenazan con nuevas incursiones contra los “apostatas” y “cruzados”. Sin embargo, aunque la evidencia del fervor antioccidental de los yihadistas está al alcance, muchos intelectuales están empecinados en dar con respuestas erráticas.

Si hay algo que hay que comprender es que el islam radical, con independencia de sus ramificaciones, constituye un movimiento internacional abocado a la guerra santa. Esto implica que los yihadistas revindican precisamente el concepto de “choque de civilizaciones” como propio, afirmándolo como un cauce natural de la historia; donde lo que está en juego es la supremacía del islam como religión y sistema universal. En segundo término, los extremistas interpretan las fuentes musulmanas en una usanza literal y abyecta. Rechazan tajantemente toda innovación que la cultura, la ciencia y el pensamiento político puedan impregnar sobre la religión, y por ende se rehúsan a comprometer el dominio sagrado con la esfera de lo secular y lo profano. Lo cierto es que los yihadistas le han declarado la guerra a Occidente y a todos los sistemas de pensamiento que éste representa. En la lista de enemigos del Estado Islámico (ISIS) caben los nacionalistas, los ateos, los judíos, los cristianos, los demócratas, los conservadores. En definitiva, quien no suscriba a la lectura arcaica de los yihadistas es un enemigo.

Entonces, ¿por qué Francia? Continuar leyendo «Crónica de otra masacre anunciada»

Antología del odio palestino

Artículo Original.

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Esta foto de un joven enmascarado blandiendo un cuchillo y haciendo el gesto de «V» de la «victoria» fue compartida por la página oficial en Facebook del movimiento Al-Fatah, el pasado 23 de octubre. Se lee «Seremos victoriosos o moriremos». Al-Fatah es la plataforma comandada por Mahmud Abás, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Crédito por la imágen: Palestinian Media Watch.

Con motivo de la llamada «Intifada de los cuchillos», acaso una tercera intifada, las redes sociales comenzaron a ser testigos de un número creciente de incitaciones al asesinato de judíos. Esto de por sí no es nada nuevo. Existe amplia documentación y evidencia que demuestra que el odio de los palestinos hacia los israelíes viene inculcado desde temprano en la niñez. Es inculcado en el núcleo familiar, en el entorno social y en la escuela. La incitación al odio proviene de libros escolares, de sermones en las mezquitas, y más recientemente de la televisión y las redes sociales. Se trata de una realidad que se ha convertido en una tradición palestina, y sin embargo es frecuentemente obviada por los medios de comunicación y los formadores de opinión.

Por fortuna existen canales que recogen y analizan el comportamiento de los medios palestinos, haciéndolos más accesibles – en su formato original – al resto del mundo. Particularmente querría resaltar a dos institutos que se dedican, en este sentido, a mostrarle a Occidente las cosas que se dicen en los programas palestinos. Me refiero a
The Middle East Research Institute (MEMRI), y a Palestinian Media Watch (PMW). En el espacio que permite este blog, al hablar del conflicto entre palestinos e israelíes, suelo hacer mención de estas organizaciones, a mi criterio “patronatos de la verdad”, en tanto muestran que aún existe una faceta cultural e ideológica fundamentalmente antitética con la paz en la escena palestina.

En base a lo revelado por MEMRI y PMW, desde hace algunos días vengo recopilando videos que manifiestan un odio latente hacia el judío, incitando al asesinato. El hecho delictivo suele ser reivindicado simultáneamente como un acto de redención nacional y como un deber religioso. A mi juicio, la naturaleza de este contenido conlleva intenciones genocidas. En efecto, si uno se guía por la definición estándar de genocidio, esto es (según la Real Academia Española), “el exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad”, vemos que lo que se inculca es un resentimiento que traspasa – por lejos – cualquier agravio perpetrado por la ocupación israelí de territorios palestinos. Aquí propongo mostrar tan solo algunos ejemplos: Continuar leyendo «Antología del odio palestino»